miércoles, 29 de diciembre de 2010

Comienzo de un cuento de Navidad que he encontrado por ahí

Cuento de Navidad.

Había una vez un cerdito que añoraba ser humano para disfrutar de la Navidad. Los demás cerditos se reían de él y le recordaban cruelmente que estaban destinados precisamente a morir en Navidad. Pero el cerdito no se lo quería creer y jugaba a escribirle cartas al Papá Cerdito Noel (Jou Jou Jou). Los padres del cerdito lo miraban preocupados porque el pobre vivía en un mundo de fantasías, pero al fin y al cabo, se decían, mejor así que luego le dolerá menos.
Pasaban los meses y el cerdito iba engordando y no dejaba de soñar con la llegada de la Navidad. Le rezaba al Dios de los cerdos (Cerdios) para que le concediera el bendito favor de convertirlo en niño ese día y así disfrutar por un momento de aquella feliz jornada. Y llegó la noche de Navidad y el cerdito se acostó tremendamente ilusionado.
Cuando despertó se encontró en la misma chiquera de siempre, pero observó con sorpresa que sus compañeros no eran los otros cerditos ni sus padres, sino los humanos que vivían en la casa y sus hijitos. El corazoncito le dio un vuelco cuando se miró las patas delanteras y descubrió sendas manitas con sus cinco dedos cada una, bien separaditos y flexibles. Se sonrió y notó en la cara las arrugas de la primera sonrisa. Y con esa cara miró hacia sus flamantes parientes.
Estos se dirigieron a él y le hablaron en su idioma, pero el cerdito no podía entenderles porque no había aprendido aún el idioma de los humanos. Por eso no pudo comprender por qué le miraban con pena y le hablaban con lágrimas en los ojos. Pero no tardo en averiguarlo. Ya se abría la puerta de la cerca y apareció su propio padre, caminando sobre las patas traseras. Se dirigió directamente hacia él y lo agarró de las manos. Con extraordinaria habilidad para no poseer dedos se las mantuvo unidas mientras las ataba, y luego agarrando el cordel con la boca tiró de él fuera del recinto. El cerdito-niño se dejó arrastrar sin comprender qué es lo que estaba ocurriendo, aunque abrigaba la esperanza de que lo llevaran a ver sus regalos bajo el árbol. Pero no, adónde lo llevaron fue a un tocón que había en el patio trasero de la casa, donde ya estaba la madre y sus hermanitos esperando. La madre llevaba un enorme cuchillo en la boca y los hermanitos le miraban con una especie de horror y ansiedad...
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Entonces el cerdito, presa del pánico les habló:
-Esperad, ¿qué vais a hacer? ¿No veis que soy vuestro hijo? -dirigiéndose a la madre, a la cual la sorpresa le había hecho abrir la boca y el cuchillo se le había resbalado clavándose en el suelo entre sus pezuñas - ¿vuestro hermano? - dirigiéndose a los cerditos que salieron corriendo y gritando hacia la casa. Corrían sobre las dos patas traseras al principio, pero luego aceleraron su huída ayudándose también de las delanteras.
La madre Cerda temblaba y el padre Cerdo no podía quitarle la vista de encima.
-¿Pero cómo es posible que tú hables como nosotros? ¡Jamás en todos los años que llevo criando humanos, había oído algo semejante!
-¡Pero si soy vuestro hijo, el pequeño Oinky!¿Cómo es que no me recordais?
-Aunque hablas muy raro -el padre Cerdo hablaba sin prestar atención a lo que decía el niño-cerdito, como reflexionando en voz alta- como si hubieras aprendido a hablar en la ciudad, con tantas eses y vais y sois. Pero no puede ser, yo mismo te saqué de la barriga de tu madre después de nueve meses de preñez. Hasta te hice esa marca en forma de triángulo en la oreja para distinguirte de tus hermanos. Esto tiene que ser cosa de demonios.- y se dirigió a la mamá Cerda - ¿Qué dices Cerda, qué opinas de esto? ¿No crees tú que será cosa de los demonios?
-¡Oh, querido, ha mencionado a nuestro querido Oinky! Desde que desapareció no había vuelto a oírse su nombre en esta casa. Y precisamente en el día de Navidad. Esto tiene que ser una señal de Cerdios que nos premia de alguna manera!
-¿Qué nos premia quitándonos un hijo y devolviéndonos un humano? -atronó el padre Cerdo -¿Qué clase de Cerdios podrías ser ese? -y alzaba al cielo una pezuña - ¿Qué extraños juegos practica con nuestras miserables vidas? ¿Y por qué me miras con esa cara de estúpido, jodío humano? Anda, dí algo, justifícate. Di quién te manda, si Cerdios o Cerdanás?
El niño-cerdito miraba, ciertamente, a papa Cerdo embobado. Nunca hubiera imaginado ver a aquel barrigudo y perezoso cerdo roncador con el que convivía en el chiquero en una actitud tan poética. Avanzó unos pasos hacia él dispuesto a abrazarlo, pero papa Cerdo lo rechazó.
-¡Eh, eh, eh! Quieto ahí. ¡Humano! El engaño no ha sido tan completo que te vaya a permitir acercarte más de lo debido. Volverás a tu chiquero mientras mi mujer y yo celebramos un consejo y decidimos si llamar a cura o al psiquiatra.
El cerdito comprendió que era el momento de retirarse

martes, 28 de diciembre de 2010

El "Joven Escritor"

Ya estoy viejo para ser un “joven escritor”. Pero ese fue siempre mi objetivo: ser un “joven escritor”. PASEARME POR LOS LUPANARES CON LEONTINA Y MONÓCULO. Vivir del cuento. Participar como guionista en películas porno. Digo esto llorando aunque parezca que me burlo. PORQUE SIEMPRE HE SIDO SENTIMENTAL COMO UNA DONCELLA DECIMONÓNICA. Lo que me hubiera gustado es vivir del cuerpo. Follar en películas porno como actor. Actuar en películas checas en versión original dobladas al ruso. Nomenclavarme en el centro de las enciclopedias como Aristóteles o Giovanni Papini. Me he hecho viejo esperando y me he convertido en un personaje de Francisco Kafka, antes de comenzar una de sus estrafalarias historias de entrar en donde no hay dentro o salir de donde no hay afuera. Si no fuera por eso me habría vuelto loco. (Este es el chiste, semejante a aquel que termina “menos mal que por lo menos no soy negro”)

miércoles, 22 de diciembre de 2010

...y de pronto se abre el horizonte

Uno está metido en su topera y cree que el mundo es como lo ve cada día y que la gente es como la gente que se tropieza cada día. Pero de vez en cuando se abre una ventana y uno vislumbra la infinitud.

Teoría de la Evolución-Creación del Hombre

Teoría elaborada por mi hija acerca de la evolución-creación del Hombre que compatibiliza el Creacionismo con la Evolución Darwiniana.

Dios creo a Adán y a Eva, (Ref: Génesis) pero éstos sólo tuvieron hijos, así que la especie se extinguió. Los hombres actuales provienen del mono (Ref: Darwin)

martes, 14 de diciembre de 2010

El roble parlanchín.




Cuenta Alejandro Dolina que en el barrio de Flores se estableció en una ocasión una animada disputa entre Los Hombres Sensibles y Los Refutadores de Leyendas a propósito de un roble que hablaba, según los primeros. Salían al paso los Refutadores de Leyendas argumentando que ese árbol ya había sido convertido en puerta y que, a causa de ello, ya no se trataba estrictamente de un roble. Los Hombres Sensibles replicaban que la madera conservaba la misma naturaleza y que tras golpearla se apreciaba claramente una voz que contestaba: “¿Quién es?”
Los Refutadores de Leyendas, con presunción irónica, apuntaban la extraordinaria semejanza entre la supuesta voz del roble y la del Notario Jiménez que vivía tras esa puerta junto con su hermosa hija Lucía. Añadían los Hombres Sensibles de Flores que el roble no sólo hablaba sino que gemía, a lo que pretendían dar respuesta los Refutadores de Leyendas argumentando que eso solo ocurría después de haberle sido franqueada la entrada a alguno de los novios de Lucía, en estricta ausencia del notario. Creían resolver el enigma señalando que el roble había dejado de gemir tras la marcha de Lucía con uno de aquellos pretendientes, a lo que los Hombres Sensibles replicaban que, como ellos, algunos incluidos entre los pretendientes y otros con expectativas de serlo, el roble había enmudecido de tristeza.
 Lo copié de un relato de Alejandro Dolina en "El Bar del Infierno", adaptándolo a mi gusto. Podemos considerarlo una variante. Nunca un plagio.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Un retazo de Historia

Transcribo una página de "España, Biografía de una nación" de Manuel Fernández Álvarez.

La ruina de la Monarquía Visigoda

Con todo, hay que atribuir al morbo godo, expresión con que se reconoce aquella tendencia de autodestrucción de unos godos contra otros, la principal causa de la debilidad del reino visigodo en España. Era lo que Gregorio de Tours denominaba:

... la detestable costumbre que los godos habían tomado para sustituir los reyes que no les placían ...

O bién Rodrigo Toledano la calificaría:

...la feroz sangre de los godos ...

Es la enconada rivalidad de unos grupos de poder contra otros dentro de la Monarquía Visigoda lo que hace comentar a Menendez Pidal:

La gran construcción unitaria en que trabajaron Leovigildo, Recaredo, Recesvinto, Suintila y Wamba se arruinó por el desarrollo de un partidismo enconado, sin los límites razonables de convivencia...

Y añade:

... un odio infinito entre godos y godos, que despedazan su propia carne, que se aniquilan alternativamente, como sintió bien el mozárabe del 75: Chisdasvintus demoliens Gotos...

Una actitud que resultó fatal para el Reino Visigodo que hace concluir al gran historiador:

Este partidismo furioso fue el verdadero morbo godo que la invasión árabe no dio tiempo a curar

En esas condiciones, con esas pugnas internas y con la tradición de acudir a cualquier procedimiento, por muy tortuoso que fuese, con tal de conseguir el poder, la Monarquía Visigoda entra en el siglo VIII teniendo que afrontar un nuevo reto; pues al otro lado del Estrecho, en la costa norteafricana del actual Marruecos, asomaba ya una nueva y terrible fuerza con un credo religioso que le insuflaba una gran ambición.

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¡Coño!¿Estoy leyendo Historia o el periódico?

jueves, 9 de diciembre de 2010

Celebración del yo

Uno sabe de qué pie cojea.

Tampoco es que sea tan difícil. Sólo tenemos dos.

Pero saberlo no es suficiente.

Lo mismo que no es suficiente reconocer la culpa.

O pedir perdón.

No se debe pedir perdón si no estás seguro de no volver a cojear.

Pedir perdón no es tan importante.

En cuanto a reconocer las culpas. No pasa de ser un gesto.

¿Y qué pasa cuando es contigo mismo con quien tratas?

¿Cuando te ves los dos pies cojos y no sabes si cojeas o es que eres así?

¿Y pedirte perdón a tí mismo? ¿No es un absurdo?

Todo lo más que puedes hacer es compadecerte. Que no es bueno.

Cuando uno empieza a compadecerse a sí mismo es porque ya no piensa hacer nada más.

Y eso no es bueno.

Se cansa uno ser uno mismo.

Y acaba creyendo que ya no se puede salir de ahí.

Se acostumbra uno a los propios límites impuestos.

Y lo llamas tú. En medio de la nada, tú.

Pero "tú" no existe sino por pereza.

Por desgana. Por abandono. Por costumbre.

¡Pero si hasta mudas de piel completamente cada... no sé cuánto tiempo!

Tu cuerpo, en el que tanto confías, se derrumba y se reconstruye a cada momento.

¿Tu mente es "tú"? ¿Esa mente que está guiada por los anuncios de televisión?

¿Por lo que digan los vecinos? ¿Por la cantidad de hormonas que tengas sueltas hoy?

Estoy viendo el camino de las baldosas amarillas.

Pero no lleva a Oz.

Viene de allí.

A esta aldea seca y triste.

Todos los caminos traen hacia aquí.

Y yo escogí sólo uno.

Este.

Yo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Canción [graciosa] de Navidad

Amanece. Canta el primer gallo: ¡quiquiriquí! y luego el segundo más lejos: “¡quiquiriquí!” y luego otro más al fondo: “¡quiquiriquí!” y otro que parece sonar entre medias de los dos primeros: “¡quiquiriquí...!” y la cosa sigue un rato. Parece que ya es de día.
Ahora, lo siento, tengo que decir esto: esta noche es Noche Buena y mañana Navidad.
Ya está. ¡Uf, qué ridículo me siento! Pero estaba obligado. Es lo que se llamaría la situación temporal del relato. Ahora viene la historia:

Pues estaba sentado en el parque leyendo una cosa de Wilhem Reich que ahora no viene a cuento cuando de pronto: ¡Plaff!, a mi lado cae un paquete del cielo, totalmente envuelto en telas. Y de repente aquello empieza a llorar. ¡Joder, qué susto! "¡Su puta madre!" Miré para arriba instintivamente, y luego para los lados. No había nadie. Y ningún edificio cerca del que lo pudieran haber tirado.
Aquello seguía llorando, pero su llanto no correspondía con el trastazo que se había pegado, para eso tendría que estar berreando, gritando, desgañitándose, quedándose ronco; pero no, estaba llorando, sencillamente llorando, con la tranquilidad de esas lluvias matutinas que parece que forman parte del mismo amanecer, tranquilamente. Venciendo mi miedo me le acerqué, estiré las manos y entreabrí las telas, con el mismo pánico con que hubiera abierto un niño bomba, pero no estalló, era un niño nada más. Me vio y dejó de llorar. Y se puso a reír el muy gilipoyas. ¡Qué gracioso estaba...! ¿Pues no me puse tierno? ¿Sabes esos idiotas que se ponen “cuchi, cuchi, cuchi”?, pues así me puse yo. ¿Seré idiota?
Lo tuve en brazos un rato. No sabía qué hacer con él salvo los imbéciles cuchi cuchi esos. Después de media hora repitiendo lo mismo el pibe me miraba un poco asustado, así que me decidí a hacer algo. Le aparté las telas y lo revisé.
En principio, por lo que yo sabía, estaba bastante bien. Lo tenía casi todo doble, era simétrico con respecto al plano central, no se, normal. No estaba vestido. O su vestido era ese montón de telas que lo envolvían; bastante toscas, por cierto. Me recordaban a aquellas con que aparecen envueltos los chiquillos en las películas de pobres. Aunque no olían mal, eso no. Hasta que el chiquillo empezó a funcionar. Esto ya me puso en marcha. No podía dejarlo todo pringado en su propio jugo.
Bueno, me lo llevé a casa.
La parte que viene ahora me la salto. ¡Pues no se han hecho películas ni nada al respecto! Bastante imbéciles por cierto: Un soltero y un bebé, ¡joder!
El caso es que después de unos días ya estaba harto del chiquillo, y empecé a pensar. ¿Qué podría hacer con él?, ¿De dónde habría salido? ¿Qué era ese brillo que le rodeaba la cabeza? Y como siempre he sido bastante perezoso, pues no tomaba ninguna decisión.
Entonces empezaron a ocurrir cosas raras. Venía gente y se empeñaba en ver al niño, y le traían cosas. ¡Pero si hasta un tipo que traía un cochino al hombro se empeño en dejármelo diciendo que era un regalo para el niño! Un día vinieron tres fulanos, uno de ellos negro, de no sé qué secta. Se empeñaron también en ver al niño y le traían regalos. Era el colmo. ¿Cómo sabían aquellos tipos que el pibe estaba allí? Que si una estrella, que si la luz del Señor. Me quisieron hasta dejar un libro que hablaba de eso y me aclaraba qué señor era ese. ¡Lo que me costó echarlos! Pero me dejó preocupado. Sobre todo lo que me dijeron cuando los pateaba escaleras abajo: Que si la policía los había seguido, que si vendrían a llevarse al chiquillo. Pero eso me dio una idea. Tenía que llevarlo a la policía. No podía uno encontrarse un chiquillo por ahí y traérselo a casa como si fuera un gatito. Y al fin tomé la decisión. Al día siguiente lo entregaría a la policía.
Y al día siguiente vino la policía. “Pum pum pum, ¡Abra, la policía!”, ya sabes.  Solo que ni siquiera esperaron a que fuera a abrir. Ya estaban derribando la puerta. Me acordé de los tres tipos aquello y de sus madres. No sabía qué pasaba, pero agarré al pibe y me largué por la ventana de atrás (ya explicaré otro día cómo es mi casa).
"No se debe esperar nada bueno del que derriba la puerta de tu casa", decía mi padre, que adquirió su experiencia en la clandestinidad, como solía él decir. Y ahí me tenías en la calle con un niño que no sabía de dónde había salido, huyendo de la policía no sabía por qué.
Y entonces algo pasó: trataré de explicarlo, aunque es algo difícil.
Mientras caminaba pensando en todo esto noté un silencio extraño. Entonces me fijé que todo estaba detenido, es decir, la gente estaba petrificada, los coches parados en medio de la calle. No corría ni aire. Distraídamente me entretuve mirándole profundamente el escote a una rubia que fue paralizada en el acto de subirse a un coche (si no fuera por el chiquillo me hubiera aprovechado mejor de la circunstancia, pero tener un niño pequeño en brazos te da como un deseo de ser puro, de ser bueno... no se). Y me volvió a dominar el pánico aquel que me repercute siempre en el estómago. “¡Joder!. ¿Qué pasa aquí?
De pronto la luz comenzó a aumentar y a brillar tan intensamente que todo se perdió de vista y solo quedó un blanco intenso..., me cagué...Qué podía hacer, mi estómago no lo pudo soportar. Después la voz me lo explicó todo:
“EEEH..., LO SIENTO, MUCHACHO. TODO HA SIDO UN ERROR. ME FALLÓ EL TIRO –AUNQUE SOLO POR UNOS MILES DE KILOMETROS. NUNCA ME ACOSTUMBRARÉ A QUE DE VUELTAS. TENÍA QUE HABERLO DEJADO PLANO– EL PAQUETE NO ERA PARA TI. EN SEGUIDA LO SOLUCIONO TODO. OLVÍDATE DE ESTE ASUNTO...”

Y allí estaba yo otra vez. En el parque. Tratando de leer a Wilhem Reich, aunque de poco me iba a servir. Me levanté y me fui a casa. Tenía que cambiarme de pantalones. Te hubieras reído viéndome andar pegadito a la pared para que no se me notara.
(1995)

martes, 30 de noviembre de 2010

Por una pipa

Cuando llegó Augustus, me acerqué a él evitando a la viuda. Parecía muy afectado. Nos saludamos.”No puedo creerlo todavía, ¿por qué lo habrá hecho?”, dijo. Yo le conté lo que sabía, que ella le engañaba, por eso lo había hecho. Augustus mudó de color; al igual que yo, no podía creerlo. “¿Cómo lo sabes?”, me preguntó. Le conté que, la noche anterior al … acto, Franz había hablado conmigo. Agitaba histérico y cubierto de lágrimas aquel papel en la mano. “Pero,  ¿qué papel?, ¿qué papel?”, me interrumpía Augustus excitado. Nunca pensé que le afectase tanto la muerte de Franz, de hecho creía que se evitaban desde hacía un tiempo. “¡Una carta!”, concluyó por su cuenta. Y noté la palidez de su rostro. “No”, le dije, “no era una carta, sino una factura”. La sorpresa le volvió a cambiar la cara, ahora estaba completamente perplejo. “¿Una factura?”. Sí, por una factura se había matado Franz. Por una simple factura que había encontrado en el bolso de su mujer. Una factura por una pipa de espuma de mar. “¿te imaginas?”, concluí. Pero en ese instante Augustus había dado un paso atrás y se había echado mano al bolsillo como protegiendo algo que allí llevaba. Nunca entendí aquel gesto.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Imitación

Imito como un mono, como un loro.

Me sorprendo imitando gestos, muecas, expresiones, modos de andar. Hasta pasos de baile delante del espejo del baño momentos antes de ducharme.

Me doy cuenta de que todo en mí es imitación: de mis padres, de mis profesores, de mis amigos, de actores en la televisión o el cine, de desconocidos que sorprendo en la calle y que captan mi atención con sus gestos o expresiones peculiares.

Esas imitaciones no son fidedignas, son imitaciones malas, contaminadas de mis vergüenzas, de mi torpezas, de mis propias experiencias, hasta el punto de hacerlas irreconocibles al mismísimo modelo que, tan mal lo hago, probablemente creería que esa mueca, esa expresión, ese gesto, es característico de mi forma de ser y, resultándole simpático, trataría de incorporarlo a su propio bagaje creyendo enriquecerlo.

Pumuky

Pumuky es otro grupo que me viene gustando. En particular esta slowly song: Si desaparezco

miércoles, 24 de noviembre de 2010

love of lesbian

Me gusta la frase

"Vertical y transversal
soy grito y soy cristal,
justo el punto medio"

Ahora que la leo no parece gran cosa. Pero oírla cantar emociona. La voz del cantante y la música aporta unos matices que la simple lectura no tiene, no sé, un significado o más que un significado un "sentido"; entre comillas, porque estamos aludiendo a "lo inexpresable". Este es el misterio de la poesía ("Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.")



miércoles, 17 de noviembre de 2010

Décimas

Mientras escucho a Supertramp. El Crimen del Siglo... y lloro de emocion (o melancolía más bien)

Se duermen las emociones
el cerebro queda plano
este verso rima con ano
y este ahora con camiones.
¿y es esto poesía cojones,
buscar palabras que rimar
que estrujar hasta gritar
lo que uno quiere que digan
sin que importe que sigan
sin conseguirlas despertar?

jueves, 11 de noviembre de 2010

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Prohibición de fumar

/.../la Resolución de fecha 30-09-10 del Rector de la ULPGC, relativa a
PROHIBICIÓN DE FUMAR EN TODO EL RECINTO DE LOS CENTROS Y DEPENDENCIAS DE LA U.L.P.G.C., SEAN O NO DOCENTES, SIN EXCEPCIÓNALGUNA.
;
 En aplicación de esta Resolución, le comunico que queda prohibido fumar no sólo dentro del edificio, sino también en los espacios exteriores inmediatamente anexos al mismo (esto es: pasillos entre módulos, terraza central, y rampas y pasillos perimetrales del edificio).


 Aquellas personas que quieran fumar sin afectar a terceros, pueden hacerlo en la zona de bancos de madera situada en la fachada Sur del edificio (esta zona - que ha sido dotada de los correspondientes ceniceros murales - no dará lugar a fumadores pasivos, por encontrarse suficientemente alejada del edificio y ser totalmente al aire libre).


Exijo que los fumadores lleven una escafandra mientras fuman para no dar lugar a escapes de humos perjudiciales. Y a ser posible sugeriría que todos vistiesen un "sanbenito" con el dibujo de un cigarrillo encendido y que el humo que brota del cigarrillo esboce en el aire una fantasmal calavera, todo en colores fosforescentes para poder distinguirlos en la distancia e, incluso, de noche. A eso le añadiríamos un bonete con cascabeles en la punta para respetar los derechos de los invidentes.
Todo ello de obligado cumplimiento mientras el fumador transite por la vía pública.
También habría que idear castigos ejemplares para evitar que esos desalmados arrojen sus contaminantes colillas, en cruel gesto indiferente, al suelo, eludiendo casi como gesto de subversión los ceniceros habilitados por doquier.
La Universidad como institución modélica debe liderar esta lucha por la consecución de una sociedad más libre, sana y de orden. Una sociedad verdaderamente del siglo XXI.
Dios nos coja confesados.
Si todos esos trabajos llegan a cumplir sus objetivos, quizá nos sirva de acicate para, algún día, emprender otro tipo de batallas no menos cruciales para la mejora de la sociedad como: la corrupción política, la degradación de la enseñanza y la sanidad públicas, la desmotivación política del ciudadano medio, y, en un futuro no muy lejano, la sustracción del devenir de las sociedades a la avaricia salvaje de los mercados de capital.
(NOTA: ¿Bancos de madera para los fumadores?, ¿Para qué bancos?, ¿no es una contradicción con la ley darles facilidades para que desarrollen su vicio? 
Y por otra parte ¿no estaremos pecando de  insinuar a estas mentes perturbadas por la nicotina que manifiesten su natural salvajismo y desconsideración torturando el mobiliario urbano? 
Sugiero camas de pinchos, o incómodos artefactos, convenientemente disfrazados de mobiliario de diseño, en materiales resistentes y, aventuro, conductores de electricidad que suministren una descarga, inocua, pero incómoda, que impida el excesivo acomodamiento).

jueves, 28 de octubre de 2010

Asaduras

-¿Y qué dice el análisis, doctor?
-Bueno, aquí se ve que… ¿bebe usted mucho?
-¿Mucho?, no, no. Bueno sí.
-Hay que beber menos.
-Se intentará. Pero del riñón ¿qué?
-El riñón está bien, bueno, aquí no se ve nada, pero el hígado y el páncreas están un poco tocados.
-Yo no he sido, no me llego tan adentro, en cuanto toco la campanilla me dan arcadas.
-Entiendo, entiendo. Hay que bajar peso y hacer un poquito de dieta.
-Yo como sano, doctor. Potajes, fruta, queso, esas cosas.
-Pues coma menos de cada.
-Se intentará. Entonces ¿no me voy a morir?
-¿Morirse?, sí, morirse se va a morir seguro.
-Si, bueno, pero, ¿Cuándo?
-Aquí no se ve la fecha… No, no se ve.
-¿Entonces estoy como un roble?
-Yo me fijaría más en un cochino.
-¡Doctor!
-Oiga, que los cochinos, fuera de la triquinosis, son unos animales sanísimos.
-¡Ah, bueno!, si es así. Lo que yo quería preguntarle es: si me sigue doliendo ¿qué hago?
-Quéjese.
-Pero con eso no me curo.
-Pero alivia.
-¿Usted cree?
-Hay estudios que así lo aseguran. Además que el dolor le hace perder el respeto a la muerte.
-Y tanto, hasta tiene uno ganas de morirse.
-Ahí está, la gente se agobia mucho con lo de la muerte. Yo siempre les digo: si le doliera más no tendría usted tanto miedo.
-Oiga, ¿usted es doctor, seguro, no?
-No. Yo sólo me licencié. Me daba pereza la investigación.
-Pero se licenció en medicina, ¿no?
-¿Está usted poniendo en duda mi profesionalidad?
-No, Dios me libre, pero de sus conocimiento dudo un poco.
-Pues le voy a mandar un análisis de hígado y otro de páncreas, y una laparoscopia que duele mucho.
-¿Eso no tendrá nada que ver con meterme un bombillo por el culo?
-No, creo que se lo meten por el ombligo.
-¡Pero el ombligo no es un agujero!
-Pues se hace, ahora hay unos taladros cojonudos.
-Me está dando miedo doctor.
-Ahí quería yo llegar, ¿ve como que le duela tampoco es tan malo?
-Visto así. ¿Entonces, cual es el diagnóstico?
-No me quiero arriesgar, yo creo que mejor esperamos a la autopsia.
-¿Y si me muero antes?
-Entonces venga por aquí y le mandamos al especialista.

lunes, 18 de octubre de 2010

Café del sur

Es un programa de Radio3, (domingos 11:00). Se puede decir que su tema central es el tango y sus alrededores musicales.

Aquí hay un ejemplo de las cosas que se pueden oir: La Chicana

lunes, 11 de octubre de 2010

Oración

Las papas están plantadas.
Ya puede venir la lluvia.
Del resto tienes que encargarte tú, Dios.
Yo ya he hecho todo lo que estaba en mi mano.
Las manzanas están prensadas
y la sidra ya fermentó.
Elevo hacia tí la copa en señal de agradecimiento.
Yo hice lo mío y tú cumpliste tu parte.
Lastima que no puedas beberte un trago.
Está algo fuerte, es verdad, otro año será mejor.
Aún están granando las judías.
Date un poco de prisa, por favor,
o retrasa un poco el mal tiempo,
no vaya a ser que se me pierda la cosecha,
Yo mantengo a los caracoles lejos cuanto puedo.
El primer potaje, como siempre, será el tuyo.
Y tu sitio en la mesa estará dispuesto, con tu vaso de sidra,
por si te apetece venir.

(Dios qué buen cristiano sería )

lunes, 4 de octubre de 2010

Enfermedad

Estoy lejos de ser un hombre enfermo. Pero con los leves síntomas que estoy experimentando estos días me vale para reflexionar sobre ello. Y mi reflexión me dice que hay dos clases de personas, los que se apegan a la vida a toda costa pase lo que pase y los que les bastará la mínima excusa para renunciar a ella, los que se niegan a vivir con trabajo, en constante cuesta arriba. Yo soy uno de estos. Soy una persona rutinaria, me gustan mis rutinas. El hacer todos los días lo mismo y el quejarme blandamente de ello complementan mi existencia. Cualquier cambio me provoca ansiedad y lo fagocito integrándolo en una rutina que hace que mi vida sea menos espontánea que la sucesión de los días y las noches. Por otro lado, sorprendentemente, nunca hago planes de futuro por lo que pueda pasar, a pesar de que en mi fundamento vital está el que no vaya a pasar nada a poco que yo pueda evitarlo. Tal vez no es sorprendente, sino consecuente el que no haga planes de futuro, puesto que si planeo seguir igual, el futuro ya es el ahora, con lo cual un plan de futuro implicará un cambio de ese futuro que ya es ahora.

El caso es que estar enfermo, vagamente enfermo, me rompe, psicológicamente, a pesar de que procuro seguir haciendo lo mismo, la sensación de rutina. Este dolor que me viene cuando se agotan los efectos de la pastilla es como un indicador de cambio constante, como una interrupción del dormir que impide que el sueño tenga continuidad. En cierto modo me obliga a estar despierto, ¡Horror!, y consciente permanentemente de mi cuerpo y, por ende, de la realidad también. Y creo que esto es lo que me angustia. No poder mecerme en el adormecimiento de la cotidianeidad. Porque lo primero que se advierte cuando a uno le vienen una de estas es que nos pasamos la vida en un estado adormecido, prácticamente inconsciente, sobre todo de nosotros mismos, de lo que somos como seres vivos, pero también de lo que somos como seres sociales en donde estamos en un constante movimiento que impide toda reflexión y planificación. No vivimos, en este aspecto, sino que somos vividos, como llevados en la vida, la mayoría de nosotros. ¿Cómo son los que no son así?, pues me imagino que son esos tipos, a muchos de los cuales admiro en la distancia, que parecen estar siempre tirando de sus vidas, zarandeándolas de un lado para otro, y no siendo empujados por ella y esperando siempre a verlas venir. Yo estoy permanentemente en esa corriente pero he adquirido la habilidad de arrimarme al borde del arroyo donde el agua se remansa muchas veces y queda hasta estancada, qué delicia. El dolor, la enfermedad, te recuerdan que tienes un cuerpo finito, y te separan de la rutina y por lo tanto de la eternidad, te hacen consciente de cada paso, de cada pensamiento y de cada acción. Esta plena conciencia duele metafísicamente (lo que quiera que signifique esta palabra), angustia y desmoraliza si uno no tienen un espíritu combativo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Huelga General. Conclusiones.

Ayer fue la Huelga General. Los Sindicatos están contentos porque según ellos hubo un amplio seguimiento. La Patronal está contenta porque según ellos la huelga fue un fiasco. El Gobierno está contento porque los servicios mínimo se respetaron y no hubo demasiados disturbios. Yo estoy contento porque me quedé en casa todo un día orinando en un bote para llevarlo el viernes a un análisis. El Gobierno Canario está contento porque no se paralizaron demasiado los aeropuertos. Los periódicos están contentos porque llenaron sus portadas de grandes titulares interpretando los resultados de la huelga como les dio la gana. ¿Por qué no hay más huelgas generales, si nos hacen tan felices a todos?

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tejos

Si yo no fuera tan tímido y tú no fueras tan esquiva, podríamos haber tenido una historia.
¿Tú crees?
Estoy completamente seguro, es algo que se sabe, una certeza extraña que me brota desde el corazón cada vez que te veo. Tú y yo somos como dos piezas de un puzzle que encajan a la perfección, pero que nunca llegará a juntarse. Un puzzle potencial, por así decirlo.
¡…!
Sí, yo voy un poco más allá de Platón y sus seres primitivos, agregados de todas las combinaciones de género, que fueron lastimosamente separados por los dioses y desde entonces condenados para siempre a buscar su otra mitad. Yo más bien creo que cada uno, afectivamente, somos como una pieza de un puzzle maestro, en el cual según qué pieza combines con cual obtendrás una imagen diferente; ahora bien, no todas las piezas combinan con todas las demás y ahí está el intríngulis del juego, encontrar piezas que encajen y deleitarse con el paisaje que muestran, luego deshacerlo, barajar y volver a montar un nuevo paisaje.
¿Entonces tú no crees en el amor eterno?
La única eternidad en la que creo es en la que hay en el centro de los agujeros negros donde el tiempo se detiene. Pero siempre puede ocurrir que al Gran Jugador le agrade tanto un paisaje que se resista a deshacerlo.
¿El Gran Jugador?
El Gran Jugador somos todos en conjunto, no pienses en señores barbados y aburridos de estar solos. El Gran Jugador somos todos en conjunto, la Humanidad como masa que razona y se comporta con parámetros distintos, y a veces contradictorios, con los que usamos cada uno individualmente.
¿Y qué razones tiene La Humanidad para no habernos juntado hasta ahora?
La Humanidad no usa razones, se mueve por azar y por afinidad. Su comportamiento es azaroso pero condicionado en el sentido de que una acción atrae acciones afines, lo que hace que se forme un complejo de acciones que es lo que permite la persistencia de sus efectos. Sin embargo cuando realiza dos acciones contrarias, sus efectos se anulan mutuamente y aquí no ha pasado nada. Lo mismo ocurre en el cosmos.
¿Ah, sí?
Sí. A nivel microscópico, por decirlo de alguna manera, porque es muy mucho por debajo de eso, ocurre un frenesí de actividad constante, solo que contradictoria por lo cual los efectos se anulan entre sí y ahí está el vacío.
¿De verdad?
En cambio una vez ocurrió que dos, tres cuatro acciones se sumaron y se creo un complejo que ya no pudo ser destruido y fue creciendo y creciendo hasta que por fin estalló el BigBang, el origen del universo.
¿Y todo esto empezó porque me estabas tirando los tejos?
¿Qué tejos?

Basura Tecnológica

Sufro de un síndrome de aprensión a la tecnología. En particular a la tecnología electrónica. No es que tema u odie a los aparatos electrónicos. Lo que me disuade de adquirirlos y usarlos es que se rompan, que dejen de funcionar. En estos días, que un aparato eléctrico deje de funcionar es su muerte. Quiero decir que no hay reparación posible. Y, aunque la hubiera, en muchos casos es preferible comprar uno nuevo que pagar el coste de la reparación. Ahora bien, la mayor parte de los componentes del aparato puede estar en perfecto estado, multitud de motorcitos, leds, relés, transformadores de corriente, condensadores, ventiladores. Pero el aparato en conjunto ha dejado de ser útil bien por malfuncionamiento, bien por obsolescencia. Y todos esos componentes van a la basura. No se aprovecharán a pesar de que están en perfecta operatividad. En países más pobres sacarían un mil por cien de beneficio de ese aparato que yo tiro gratis a la basura. No piensen que me duele económicamente, que me molesta no obtener un beneficio o una compensación. Lo que me molesta es tirar como basura algo que todavía no lo es, que aún tiene utilidad. Esta es la sociedad que somos, una sociedad generadora de basura. Pero basura útil que no vamos a utilizar porque sí, porque es más importante para el buen funcionamiento social comprar nuevas cosas que tirar que agotar las posibilidades de las que ya tenemos. Y todo ello por un matiz económico, nos resulta más barato deshacernos de algo y comprarlo nuevo que reparar. Y es que de hecho tiramos aparatos que ni siquiera se han estropeado, un ejemplo escandaloso son los móviles a propósito de los cuales hay campañas monstruosas que te instan a cambiarlos casi cada año. Otro son los ordenadores o las impresoras que cada vez más se ven en los contenedores completamente operativas (con sus motorcitos paso a paso, sus leds, sus resistencias, sus controladores). A mí todo eso me asusta y huyo – en la corta medida en que se me está permitido – de los aparatos eléctricos, lo que quiere decir que me pienso mucho el comprarlos, no por reparos económicos sino por pensar que estoy adquiriendo algo que cada vez más pronto voy a tener que tirar. Ni que decir tiene que me escandalizan las campañas de regalos de los periódicos, los “restaurantes de comida étnica”(McDonald etc), los bancos. Sistemáticamente rechazo esos regalos que son absolutamente inútiles, que sólo cumplen una función efímera (recibir algo, cualquier cosa, con tal de que sea gratis).
En fin, que se me ha estropeado el microondas.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Programa Infantil. Escuela Libertaria

(Se trata de un capítulo piloto para una propuesta de programa infantil de marionetas que pienso presentar a la Televisión Canaria. Los personajes serían el Maestro, los Niños y un Niño Repelente que haría muchas preguntas. Cada programa se desarrolla invitando a un personaje muy característico: un bombero, un policía, un piloto, un médico...etc. que explicaría su papel en la sociedad. En el capítulo piloto he pensado que el personaje invitado sea El Anarquista.)

Maestro: Hola niños. Hoy tenemos una visita muy especial, el señor Anarquista.
Niños:Bien, bien.
Maestro:¿Qué traes para nosotros hoy, señor anarquista?
Anarquista:Hoy, niños, les voy a enseñar como hacer… ¡una bomba!
Niños: Bien, bien
Niño Repelente: Pero, ¿para qué queremos una bomba, señor anarquista?
Anarquista: Pues, ¿para qué va a ser, niño?, para matar a todos los burgueses.
Niños:Bien, bien.
Niño Repelente: ¿Quienes son los burgueses, señor anarquista?.
Anarquista: Pero, niño, ¿quienes van a ser los burgueses?, los acaparadores del capital y los medios de producción ¿quién si no?
Niño Repelente: ¿Y por qué son malos, señor anarquista?
Anarquista: ¿Por qué va a ser, niño?, pues porque los utilizan para sojuzgar al pueblo. Pero vamos a dejar la teoría, que hoy no toca, ¿queréis, niños, que empecemos ya a construir una bomba?
Niños: Siiii, siiii

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El lugar al que nunca se vuelve porque siempre estamos allí

Siempre es terrible volver al lugar donde no se quiere estar. Pero siempre se vuelve aunque uno no sea el mismo y por lo tanto el lugar, que es uno, tampoco se vea ya de la misma manera. Lo cierto es que, al estar en nosotros mismos permanentemente, sin opción a mudarnos salvo a ese lugar definitivo de donde no se vuelve, y al que tampoco se va porque no es ningún sitio, nunca volvemos por dos razones fundamentales: porque ya no somos el mismo y porque nunca nos hemos ido. Las cuales son dos razones contradictorias. Aunque respecto a esto no se qué pensaré dentro de un rato.

jueves, 26 de agosto de 2010

Sexo, esoterismo y batatas (Agricultor esotérico)

Porque había leído un extraño libro de magia y conjuros que encontré en una biblioteca municipal, en un barrio perdido de la ciudad, cuyos libros habían sido donados, en su mayoría, por un viejo con fama de brujo, intenté durante un año cultivar una mandrágora.
Se dice de la mandrágora que crece al pie de los patíbulos. Que su semilla ha sido el semen de los ahorcados, que al pender de la cuerda por el cuello, de manera automática debido a la presión del peso del cuerpo sobre los haces nerviosos que atraviesan la columna, experimentan una erección que, rota la columna, dura un instante, el suficiente para expulsar la reserva de semen que el procesado no hubiera empleado en más gozosos menesteres.
Así que preparé un pequeño huerto junto a una higuera, bajo la cual, se dice, no crece ninguna otra planta que la mandrágora, y cuya sombra es nociva para los humanos. Esponjé la tierra, la aboné abundantemente, le medí y corregí el ph y vertí mi semen de manera voluntaria, para eludir el definitivo trámite del ahorcamiento.
Absténganse los cínicos de hacer comentarios irónicos acerca de que mi interés agrícola apenas logra disfrazar un desasosiego sexual. Sepan que entre plantación y plantación dejaba transcurrir un mes durante el cual me mantenía completamente casto para que, en el momento de verter la semilla, esta estuviera colmada de energía vital.
En efecto. No hice un único ensayo y todos resultaron fallidos. Lo intenté de las más variadas maneras, al modo indio americano: dejando caer el semen desde mi altura sin mediar ningún contacto entre la eyaculación y el abrigo de la tierra; al modo africano: tumbándome en la tierra y copulando con ella como si fuera una mujer; al modo indostaní: depositando el semen en mi mano – la izquierda –, mezclar en la palma el semen con un poco de tierra para formar una bola aovada que será el símbolo de la semilla que habría de enterrar. Incluso probé el modo inuit: congelar el semen y enterrar en la tierra las cápsulas congeladas.
Cuando más cerca estuve de mi objetivo fue con una curiosa raíz de batata que creció en mi quinta prueba, hacia el mes de mayo, y que resultó de unos restos del potaje que mi señora depositó en el cubo equivocado del compost. He de confesar que experimenté una alegría suprema y que nunca nadie cuidó una batata como yo mimé aquel tubérculo. Compraba morcillas y las batía con agua, pues la mandrágora hay que regarla con sangre, y como yo soy muy melindroso en lo que respecta a hacerme cortes en la carne, ideé este método alternativo. Sea por esta causa o por otras naturales, adquirió una forma bastante antropomorfa que era probablemente lo que me confundía y  disuadía de que acudiera a la wikipedia a verificar la auténtica naturaleza de mi planta. Cuando llegó el momento de cultivarla fue cuando me decidí a consultar los libros y comparar las hojas. Fue un momento de gran desilusión.
Herido por la frustración probé a hacer crecer, al menos, injertos, para lo cual, en lugar de verter mi semilla directamente en la tierra, lo hacía en el interior o envolviendo a otras semillas. En una patata practiqué un hueco que colmé de mi fluido vital, pero la patata se pudrió. Luego lo intenté con rábanos. Y en efecto salieron unos rabanitos precioso pero con un aspecto de lo más inofensivo. Por cierto que de sabor exquisito lo que me ha hecho preguntarme si no habría descubierto un nuevo método – carísimo, eso sí – para mejorar la especie.
Lo intenté con otras semillas: zanahorias, boniatos, nabos… Tras un año de esperanzados intentos perdí la fe en mis capacidades como agricultor esotérico.
He vuelto a la biblioteca, aquel viejo tenía unos gustos muy variados. Ahora estoy leyendo un curioso librito llamado El libro de Urantia, veré qué sale de todo esto.

martes, 24 de agosto de 2010

La vida cotidiana

Hablar de nada. De la vida cotidiana. Sin aventuras. Sin impacto emocional. Lo de siempre. Hoy me levanté un poco tarde para lo que tengo por habitual. Saqué al perro y conversé con la vecina que acaba de venir de Salamanca y su perro tiene siempre la lengua fuera. Volví a casa y le puse de comer al perro. Luego hice el café. Mientras el café sale, continúo leyendo el libro: Una fábula, de William Faulkner. Como el libro me resulta difícil escribo un resumen después de terminar cada capítulo. Luego me quedo remoloneando en el ordenador visitando páginas y mirando a ver si alguien me ha hecho algún comentario en el blog. Después saco una kit de construcción que estoy completando y le añado un par de filas de bloques a mi casita. Ya me voy aproximando al techo, tengo que ir dejándole las inclinaciones adecuadas para el tejado. Más tarde leo otro poco, tal vez una hora y si me canso me meto a jugar en el ordenador, una aventura gráfica de la serie Myst que tengo bloqueada desde hace ya algún tiempo. Así llega el medio día. Si no hay nada en el congelador me pongo a cocinar alguna cosa. Incluso cojo el carrito de la compra y me voy al mercado. Después de comer me pego una siesta.
Así es la vida.

domingo, 22 de agosto de 2010

Vivir es insustancial. ¿Qué se puede hacer: buscar la comida, dormir, pasear por la playa o por los centros comerciales, hablar, leer? No hay nada realmente
FUN-DA-MEN-TAL
que hacer. Es por eso que hemos instaurado la rutina. La rutina le aporta al vacío de vivir una dimensión. Hay que volver al mito del eterno retorno. La rutina es la repetición que hace que cada acto cotidiano se vuelva
RE-LE-VAN-TE.
Las vacaciones rompen con la rutina. Para poder llenar ese vacío que la falta de rutina ha desvelado nuevamente, hacemos turismo. El turismo es una huida. La mayoría de la gente que viaja va a sitios que ya conoce de sobra – Londres, Nova Cork, Berlín, Bamako, Kuala Lumpur – No quieren conocer nada nuevo – ya hablaremos del pavor a lo nuevo, y, en cambio, el ansia de novedad – solo quieren huir del vacío de la vida que la falta de rutina ha desvelado. Hacer turismo - ¿por qué no tenemos una palabra para “hacer turismo”? – es distraerse del vacío de vivir mientras “disfrutamos” de un periodo de angustiosa ausencia de rutina.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Poema de la semana

NOTA: Este poema es el índice de la novela "Una fábula" de William Faulkner

MIÉRCOLES

LUNES
LUNES POR LA NOCHE

MARTES POR LA NOCHE

LUNES
MARTES
MIÉRCOLES

MARTES
MIÉRCOLES

MARTES
MIÉRCOLES
MIÉRCOLES POR LA NOCHE

MIÉRCOLES POR LA NOCHE

JUEVES
JUEVES POR LA NOCHE

VIERNES
SÁBADO
DOMINGO

MAÑANA

jueves, 12 de agosto de 2010

Levedad-Pesadez

Según el comienzo de La insoportable levedad del ser de Milán Kundera, esta “levedad” se debe a que la vida no se repite. Es decir todo cuanto hagamos en la vida por más trascendente que lo consideremos, por mayor importancia que le demos a título personal o reconocida por todo el mundo, la vida de todos los seres que viven, han vivido y vivirán en el futuro, es efímera, irrelevante, porque solo ocurre una vez y luego desaparece sin dejar ningún rastro.
Se contrapone a esto el “Mito del eterno retorno” en el que no se ni como ni porqué, la vida sería una repetición sucesiva, siempre igual. Entiendo que no es exactamente el proceso de sucesivas reencarnaciones hasta alcanzar un estado supremo de iluminación sino algo más vano y mecánico. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. Una simple repetición sin modificaciones desde la primera ocurrencia. La novedad estaría en que cada acto adquiere la mayor importancia porque cada acto será repetido hasta el infinito, para siempre jamás. Así la vida adquiriría una pesadez contundente pues cada acto está condenado a ser representado eternamente. En Funes el memorioso, Borges, el personaje que charla con Funes durante toda la noche, sintió en algún momento la pesadez, la gravedad de esos momentos que estaba viviendo, pues tenía la seguridad de que cada gesto, cada palabra suya estaba siendo grabada por la mente de Funes y, sin duda, sería recuperada por este en muchas de sus largas noches de insomnio.
No sé a santo de qué nos suelta este rollo Kundera, al principio de su libro, ni tampoco he leído nunca a Nietsche para saber dónde quiere llegar aludiendo al ese mito del eterno retorno. Pero creo ser capaz de comprender que nos proponen dos modelos de vida: uno en el que se vive de una manera despreocupada porque al final nada de cuanto hagamos tienen ninguna relevancia puesto que cualquier consecuencia de ello se terminará extinguiendo. Por otra parte vivir una sola vez no te permite rectificar ninguno de tus actos por lo que cada acto es definitivo. Al final: hay que vivir a como salga sin esperar demasiadas consecuencias. La otra propuesta es vivir como si cada acto fuera de la mayor importancia, como si estuviéramos permanentemente bajo la observación de EL DESTINO, que juzga cada uno de nuestros actos, que deberían ser cuidadosamente meditados porque su efecto permanecerá para siempre.
Y tal.

jueves, 5 de agosto de 2010

Abducción

Se fundió la luz de la habitación de la plancha. Como no tenía un bombillo de repuesto, eché mano de una lámpara de pié que tengo en la otra habitación. Pero al ir a cogerla se le fue el pié y me quedé con el bastón en la mano. El pié es un círculo de hierro macizo en el que va enroscado el bastón, pero la rosca en el hierro se debe haber borrado porque no agarra el bastón por más vueltas que le de. De todas maneras puse el bastón por allí, apoyado en la tabla de planchar para remediar el problema.
Por la tarde ella me dijo, medio en broma medio en serio, que la trampa que le había puesto había fallado. No supe a qué se refería hasta que vi el bastón en el suelo, pegado a la pared para que no estorbara. Le expliqué lo que había pasado y ella concluyó que había que tirar esa lámpara de una vez y comprarnos otra si es que era necesario. No puedo tirar las cosas así como así, les cojo cariño; le respondí que primero iba a ver qué se podía hacer, si no encontraba un arreglo la tiraría y me compraría otra.
Esa tarde salí con la bicicleta para el centro de la ciudad. No me gusta llevar el coche por ahí debajo, es un caos. El bombillo es de una clase rara, no habitual, así que no se encuentra en cualquier tienda, recordé un sitio donde podrían vender esa clase de bombillos y allí me dirigí dando un paseo. Por el camino, junto a un contenedor de basura, había una silla de oficina medio desmontada. Alguien se había ahorrado el paseo hasta un punto limpio y confiaba ciegamente en la eficiencia de los basureros del ayuntamiento. Me acerqué a echar un vistazo y visualicé mi lámpara de pié, encastrando el bastón en el pie de aquella silla. Después de manipular un poco conseguí desprenderle el asiento y me lo llevé un poco aparte, para esconderlo detrás de un mato. Mas tarde volvería a buscarlo con el coche.
El resto de la tarde transcurrió como era habitual. Pero esa noche, a las 04:44 de la madrugada me desperté. Sencillamente abrí los ojos y, como estaba vuelto hacia el lado del reloj luminoso, vi que era exactamente esa hora. Sentí que ella se revolvía y le comenté el hecho curioso. Ella hizo un ruido extraño que no me aclaró si estaba dormida o despierta. Volví a dormirme enseguida.
Por la mañana puse el bombillo en la lámpara y luego estuve manipulando la base de la silla. Para que pudiera servir para lo que yo tenía imaginado, tuve que quitarle un aparato hidráulico que permite que la silla varíe su altura. Se trata de un tubo en el que hay inserto una vara de hierro. Cuando se empuja la vara dentro del tubo se comprime el aire. Un botoncito permite bloquear el mecanismo. Al pulsar el botoncito el mecanismo se libera y la presión del aire expulsa la vara – que tendría como cometido elevar el asiento. Conseguí luego encastrar el bastón de la lámpara en la base de la silla y lo aseguré con papel y cola que encontré por la casa.
Esa noche me volví a despertar a las cinco menos cuarto. Me pareció curioso que el cuerpo tuviera esa precisión horaria. Pensé un momento sobre ello y al cabo del rato volví a dormirme. Por la mañana, al ir a lavarme la cara advertí en mi mano derecha una marca en forma de circunferencia. No se me quitó con agua y jabón, así que no se trataba de una mancha al apoyar la mano en alguna parte. Mientras tomaba el café estuve pensando dónde podía haber metido la mano para dejarme impresa esa marca, pero no logré averiguarlo.
A lo largo del día me volví a tropezar varias veces con ella, verificando que tampoco se trataba de una simple marca de apoyo, que suelen desaparecer al poco tiempo cuando la presión sobre la piel deja de producirse y la piel recupera su tensión. Como no encontraba explicación, la olvidaba, y cada vez que me miraba la mano volvía a surgir la curiosidad.
Esa noche, por tercera vez, me desperté a la 4:44 de la madrugada. Ahora, instintivamente me miré la mano. En la oscuridad, tan sólo bajo la levísima luz que irradiaban los dígitos del reloj se podía ver perfectamente el círculo rojo tenuemente iluminado.
Esa mañana me levanté preocupado. Me empezaba a escamar la puñetera mancha en la mano. No desaparecía. Le comenté la cosa como si fuera una casualidad: la hora a la que me despierto y el hecho de que me diera por mirarme la mano. Me di cuenta de que contado así parecía un fatalismo aunque mis palabras simularan quitarle importancia. Ella también lo advirtió y sugirió la posibilidad de que fueran los signos inequívocos de que estaba siendo abducido por extraterrestre, que la marca fuera el equivalente a un pinchazo para extraerme sangre –ellos usarán sus aparatos extraterrestres que no tienen por qué ser agujas – y la hora era exactamente el momento en que me dejaban de nuevo después de haberme hecho todas la pruebas. La historia estaba muy bien tramada, pero en esencia lo que me estaba queriendo decir era: déjate de gilipolleces. Es el tipo de consejos que siempre le agradezco porque me retornan a la tierra de la cual soy muy propenso a salir volando.
Acabé de pintar mi nueva lámpara de pie y luego cogí el tubo hidráulico y me puse a pensar en qué es lo que haría con él. Lo más inmediato era tirarlo a la basura, pero me resisto a tirar las cosas, y esta no era una simple cosa, sino todo un mecanismo. Si no le encontraba una utilidad ahora, sin duda más adelante le saldría una. Mientras meditaba, empujaba la barra, para lo cual había que apoyarse firmemente sobre ella, con la palma de la mano empujando el botón, echando el cuerpo encima. Una vez insertado toda la barra dentro del tubo había que liberar el botón inmediatamente para dejarlo bloqueado. A la tercera vez que hice esto me di cuenta de cual era la mano que apoyaba sobre el botón y cuál era el origen de la marca circular en mi mano. [Eran las 16:44 de la tarde.]

viernes, 30 de julio de 2010

Mis queridas vacas

A veces me harto de ser lúcido, y quisiera disfrutar de la inconsciencia de una vaca. Mi pretendida lucidez no es más que mi propia consideración acerca de que las cosas son como yo las percibo y comprendo, y que los demás, las vacas incluidas, no parecen percibirlas de la misma manera, de forma que habitan en un profundo error. Y que por eso viven sin aparentemente dejarse apabullar por las preocupaciones reales o fingidas, como si el mundo fuera un continuo presente sin historia ni porvenir. Se quejan, sí, y lloran apesadumbrados, pero se recuperan enseguida y continúan cometiendo errores uno tras otro, pareciendo que cada vez es el primero. En cambio yo voy arrastrando mi carga de conocimientos, mi historia y mis perspectivas de futuro. Incapaz de dar un paso sin someterlo a miles de consideraciones, para concluir que cualquier movimiento es un error y que lo mejor es no hacer nada. Pero como hay que elegir, se opta siempre por lo menos malo, no existiendo lo mejor, y tomo la decisión con dolor… Y entonces me sobreviene un irreprimible deseo de disfrutar de la inconciencia de una vaca.
Mis queridas vacas, ¡cuánto las añoro!

lunes, 26 de julio de 2010

画龙点睛

(Huà lóng diǎn jīng)
Al dragón dibujado [añadirle] un punto como ojo.
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“vivió tan rápido que dejó su futuro detrás”
No me gusta esta moda de las frases cortas e impactantes. Frases que contienen una enseñanza esencial o un simple juego de palabras. Muy al estilo oriental. Precisamente el mérito de ese tipo de frases es su inconveniente. Se trata de su concisión en el mensaje, su precisión en la expresión y su encanto, que en mi ejemplo está en la paradoja. Al final la forma termina por dominar el fondo y se convierten en frases vacías, que todo el mundo pronuncia cien veces al día, pero que muy pocos reflexionan en profundidad.
Pasa mucho en instituciones, que terminan por configurar una retórica que domina todos los discursos, que llena cualquier alocución, tanto de un orador ante un auditorio como en una reunión más íntima, de frases hechas que ya han perdido significado, como esqueletos de insectos vacíos.
Un día vimos en chino un par de frases hechas que se han convertido en expresiones de uso común con un significado adjetival preciso: “dibujarle un ojo al dragón” fue una de ellas. El ojo del dragón es un detalle: una frase, una palabra, que le presta a ese texto un toque especial: es nuestra “guinda” en el pastel. Para eso sirve una frase acertada, para completar una reflexión dibujándole un ojo al dragón. Si no hay dragón, el ojo es sólo un punto en el aire.

viernes, 16 de julio de 2010

Angelo Branduardi y Esenin



Pueden ver una traducción del poema original aquí.

A mi juicio no tiene nada que ver. La versión en español de Angelo Branduardi es inconmensurablemente superior. Frases como

"La noche es tan hermosa que pienso que morir no dolería"
o

"Se me escapan los versos de las manos en busca de otro sueño como el mío"

tal vez están inspiradas en el poema original, pero son la creación de otro poeta.

lunes, 12 de julio de 2010

El Hachador Perdido

Ahora me ha dado por escuchar Joropo, que no sé qué es, salvo que es folclore. Según aparece en la wikipedia no es una cosa sola, sino una nube de maneras de cantar que perfilan una forma. Cuando los oyes hablar a ellos dicen que cantan música llanera. Uno de los estilos del Joropo es el Joropo Llanero que por lo visto deja mucho juego al coplero.
Ya hace tiempo que había descubierto a Simón Díaz. Al que una vez pude ver 'in person' en Vecindario.
Uno de los primeros con que he tropezado en esta nueva incursión es Hipólito Arrieta, que canta amenizando esta historia del Hachador Perdido:



Pero como aquí no aparece el arpa que es lo que me maravilla, les dejo esta otra. Hay que escuchar la letra que es genial por incomprensible



Y ya que estamos, me viene a la mente los recuerdos de aquel disco de Carlos Vives, "Clásicos de la provincia", donde rescataba a los viejos trovadores del "Vallenato", otro estilo que se canta más en Colombia, originario de Valledupar (¡joder, qué nombres más preciosos). Resulta que en "Cien años de Soledad" se menciona a Francisco 'El Hombre' que viene a ser como un mito: Un trovador que, al parecer, venció al diablo en una justa de coplas. Tan antiguo como ese es Alejo Durán de quién Carlos vives cantaba este tema:



Parece que el tema es original de Juancho Polo Valencia



El tema de carlos vives es más animado:




(Nota: antes de prejuzgarme, pincha en la etiqueta "música" y revisa mis otros gustos musicales)

domingo, 11 de julio de 2010

Misa de Doce. San Esteban protomártir.

Acabo de venir de misa de 12. He ido a la parroquia de La Paterna. Mi señora tenía allí un cura conocido más otro que venía a concelebrar.
Ya lo había descubierto, pero como hacía mucho tiempo que no asistía a una celebración lo tenía en segundo plano y hoy lo he vuelto a descubrir: la misa es un espectáculo eminentemente auditivo. Lo visual es mero acompañamiento. Si la iglesia tiene una buena arquitectura, hay lugares por donde pasear la mirada. En los momentos clave la figura de los dos celebrantes alzando la copa o las manos en alguna oración tiene también un deje estético. Pero sobre todo es el sonido el que prima. Particularmente en esta celebración, que tenía un carácter extraordinario y que había coro. Un coro muy bueno; dice el cura que era de los Arenales o que el nombre incluía la palabra arenales o algo relacionado con aquel barrio. Ese sonido retrotrae a no sé que tiempo atrás. La reverberación es también crucial en esta percepción. La voz solista del cura que es respondida por la multitud casi al unísono. Las interpretaciones del coro – repito que este coro era bastante bueno – seguidas de las intervenciones solistas del cura y vuelta otra vez a las respuestas de los asistentes.
En fin, mi señora se ha puesto muy contenta de que haya aguantado a su lado una misa completa. El amigo cura al que he saludado diciéndole que me estaba picando todo el cuerpo y que tenía que salir enseguida - este cura me llama “moro” – se ha alegrado de mi “vuelta a la fe”. Y yo me lo he pasado bien. ¿Qué más se puede pedir, Señor?
Como conclusión: recomiendo vivamente asistir a alguna que otra celebración cristiana cuando tiene carácter especial: Corpus, o patrones de los diferentes lugares. Y asistir con los ojos cerrados para no perder ni detalle del espectáculo sonoro ancestral. Pues creo que ese sonido conserva mucho de tradición, que, vista como espectáculo, no deja de ser estéticamente deliciosa, con independencia de las creencias de uno.
Habría que poner de moda la misa como espectáculo, tiene una potencialidad muy poco explotada.

jueves, 8 de julio de 2010

Oración

Padre nuestro que estás derrumbado
sobre el trono celestial:
no te aflijas, tú no tienes la culpa.

Oculta tu nombre, protégete y protege
tu reino de nuestras febriles manos inmobiliarias;
y haz como que no nos ves, como que no nos oyes,
como que charlas con tu hijo y la paloma
amigablemente.

Olvídanos, déjanos caer y no nos libres de nada.

amén

"La Oración y el Té" de Javier Bergia



Vamos a ver qué sucede,
no sé qué puede ser,
no dices nada.
De qué me sirve a mí sentirme mal,
si tú no estás ahora.

lunes, 5 de julio de 2010

Ansia de oro

Voy a escribir un texto hermoso… ¡Ah! ¡Ya la jodí! Nunca podré escribir un texto hermoso partiendo de este presupuesto. El texto hermoso que soñaba escribir siempre será más perfecto que cualquier hilo de palabras que escriba con esa intención. Porque los textos hermosos surgen de pronto de un texto ya escrito. No se llega a la belleza por un camino, por laberíntico y pleno de dificultades que sea. En la belleza se surge de pronto, por un instante, y después se queda uno sentado en el polvo con un pequeño brillante en las manos. Un brillante pequeñito que de tanto mirarlo acaba perdiendo su luz interior y termina por ser una simple piedra preciosa que en el mercado actual cuesta chochocientas piastras la onza.

martes, 29 de junio de 2010

De como el Capitán comió unos hongos que sabían a comino


(Capitán Nombrete Con Fred Frith)


Yo soy infinito. Unfunuto. Asfenato. Tontiloco. Turururu. Yo soy. Y vivo viviendo vivencias vívidas. Estoy vacío por dentro y blanco por fuera, ¿qué soy? Soy una mosca metida de lleno en una gran bosta de vaca. Deliciosa mierda ¡mmmm! ¡bzzz!¡bzzz! Tengo el corazón lleno de sangre que borbotea, ¡plumb!, ¡plumb!, ¡plof! Un tomate reventado. Caigo, caigo, caigo, caigo. Hacia el centro de la nada, caigo. Como un apagón. ------. Vamos a robar televisores. A comernos todos los víveres de los escaparates. A violar monjas y a desenterrar cadáveres. "Estamos todos en esto, muchachos, todos estamos en esto". Esto en muchachos estamos todos. En muchachos esto todos estamos. Baja la guardia guardián. Camina plácidamente. Sucumbe ante lo abominable. Resérvate unos instantes. Salve a la niña que salta a la comba. “comb your hair, mrs.”. Salgo a la calle a merendar. Me tomo un sándwich de zanahoria. Hago ejercicios gimnásticos canónicamente marcados por tiempos precisos. Sudo. Dudo de mi alfombra mágica. Y, sin embargo, mírame. Soy como siempre. Nadie me ve porque soy un soplo de ahire. Un foco de ahire. Ahire. Majahire. Ya no sé qué pensar. Ya no sé si pienso, siquiera. Estoy al borde del pensamiento, espera, espera…, no, se me ha escapado otra vez. Globo, globito, globuelo. No me da nada. No me pide nada. No me acompaña. No me perturba. No me indigesta. No me absorbe por su pajita de cartón. Debo esperar todo el tiempo que se precise. Estoy aquí, escuchándoos respirar. Soy el ojo que os mira todo el tiempo en todas partes. Soy la censura de vuestra sombra. Soy la camarera gitana que no sabe servir la sopa. Soy la letra ‘e’.

martes, 22 de junio de 2010

Este Lucas Ochoa

El hombre, viene a decir Lucas Ochoa, es un ser de propósito infinito. Nada de cuanto haga le va a resultar satisfactorio. Siempre habrá un más allá adónde llegar. Siempre necesitará más tiempo. Nunca toda una vida será suficiente.
Al final del camino todos los caminos son sencillos e inevitables.
(Hay algunos caminos por los que no nos gustaría regresar).
El hombre simple, el que no ha progresado en la conciencia, es el que adivina el final del camino a cada paso.

miércoles, 16 de junio de 2010

Crisis

Me había propuesto no volver a poner nada sobre la crisis. Todo es siempre lo mismo todo el mundo reflexiona sesudamente acerca de las causas y de lo absurda que es esta situación pero la cosa sigue progresando a peor. Sin embargo no puedo dejar de divulgar este artículo de Les Leopold autor de un libro titulado
The Looting of America: How Wall Street's Game of Fantasy Finance Destroyed Our Jobs, Pensions, and Prosperity—and What We Can Do About It
(El saqueo de América. Cómo el Juego de la Finanzas Fantásticas de Wall Street destruyó nuestros trabajos, pensiones y prosperidad - y qué podemos hacer.

Artículo inglés (procedente de la página de Ramón Buenaventura)
Artículo español



Final del artículo para tratar de despertar interés:

No deberíamos bromear acerca de las batallas que se avecinan. Recuperar posiciones no va a ser fácil, y la victoria va a ser muy difícil. La gente, país tras país, tiene que movilizarse en defensa de la democracia real, en defensa de los derechos de cada nación a proporcionar a su gente una calidad de vida suficiente. En mi opinión, eso incluye trabajos estables con salarios decentes y una infraestructura pública sólida que promocione la igualdad, proteja a los sectores débiles de la población y enriquezca el entorno.


Desafortunadamente nadie puede garantizar que la democracia prevalecerá en una guerra contra la teocracia financiera – sin más, recordar el caos totalitario que se apoderó de Europa durante la Gran Depresión. Pero no desesperemos. Es verdad que muchos de nuestros conciudadanos medios están distraídos por los medios, por Internet o apaciguados por un estupor farmacéutico. Pero cuando nos demos cuenta de que hemos sido arrinconados sin posibilidad de salida, actuaremos. Comenzará una lucha popular. Y cuando lo haga tendremos al fin la oportunidad de recuperar el perdido espíritu de la democracia.


Un país que hace algo, Islandia
Islandia demanda a los banqueros y los mete en la cárcel

domingo, 13 de junio de 2010

Estamos saliendo. Manel

Mi personal traducción de la canción de Manel.

Intentemos encajar en bonitas escenas
En el puerto lleno de gaviotas en domingo
En largas sobremesas donde los abuelos cantan
En noches cerca del fuego, abrazados a una manta
Se trata de ser los simpáticos del barrio
Los que bailan y bailan hasta que la música para
Los que irrumpen, arrogantes, luciendo las mejores galas
En la disco, con mujeres del brazo y trabajos estables.

Y, a veces, conseguimos salir
Y, a veces, se sale.
Y, a veces, una tontería de pronto nos indica que estamos saliendo.
Y, a veces, una carambola de pronto demuestra que estamos saliendo.

Busquemos quedar bien en el magnífico retablo
De los que van por el mundo con ademán monolítico
Y afrontan la vida mirando a la cara
Y, un día, contentos, compran flores a su madre.
Intentemos trampear para ser personas dignas
El padre modélico que quiere a los hijos
El de la voz grave y la mano fuerte
El que invita a un vermouth y que arregla una puerta
Y después, cerrar los ojos y sentir el mundo en calma
Y a dos pajarillos haciendo pío pío en lo alto de un árbol
Habiendo terminado un epitafio
Que arranque sonrisas a todos los que pasan.


Y, a veces, conseguimos salir
Y, a veces, se sale.
Y, a veces, una tontería de pronto nos indica que estamos saliendo.
Y, a veces, una carambola de pronto demuestra que estamos saliendo.

Y, a veces, conseguimos salir.
Y, a veces, se sale.
Y, a veces, una tontería de pronto nos indica que estamos saliendo.
Y, a veces, de pronto baja la virgen y nos revela que ya estamos saliendo.
Y, a veces, contra todo pronóstico, una gran barbaridad voltea todo aquello que creíamos lógico.
Y Todo hace evidente
Que, por un momento,
Estamos saliendo


miércoles, 9 de junio de 2010

Método infalible para llegar a grande hombre

Palabra de Lucas Ochoa a propósito de Simón Bolívar

1º Saber exactamente lo que se desea;
2º Desearlo como el que se ahoga y requiere el aire y
3º Pagar el precio
Esto es lo que llama Mrs. Willson la llave de oro del éxito, y eso encontramos en el Libertador desde el principio de su vida.

Evidentemente, este método entraña tres dificultades: primera, ¿quién puede saber, quién puede afirmar que sabe exactamente lo que desea? ¿Qué se puede desear en nuestros tiempos con la suficiente solidez como para saber exactamente que se desea y que no es una desviación más de nuestra atención ya dispersa? Segundo, ¿depende de la voluntad desear algo con tanta fuerza como para que parezca que a uno le falta el aire? ¿Cuánto puede durar un deseo así? Yo diría que hay que ser de una pasta especial, y no precisamente una buena pasta, para eliminar de la conciencia el resto del mundo en favor de un único objetivo. Yo, desde luego, nunca seré así. Por último: tal vez es una consecuencia de lo anterior. Cuando deseas con esa inconsciencia, no piensas en el precio que tienes que pagar. Pensar en el precio que tienes que pagar es ya un acto racional; y por supuesto que asumirlo es verdaderamente el acto que le da, digamos valor, mérito, a las dos premisas anteriores. Tal y como yo lo veo, la gente que tiene estas cualidades simplemente se obceca en un objetivo, baja la cabeza y tira pa’lante, ignorando absolutamente la tercera. Muchos se caen por el barranco y de esos no sabemos nada. Sólo sabemos de aquellos a los que el método les ha funcionado. He ahí el truco de todo método infalible

martes, 8 de junio de 2010

Al tercer día

-¿Tú crees que era esto a lo que se refería, Pedro?
-Lo dijo muy claro: "quien come mi carne y bebe mi sangre, vivirá para siempre". Dudas, Tomás.
-No, pero... él, a veces, hablaba en parábolas…
-¿Parábolas, eso que es?... ¿Qué pasa, María?
-¡Se han llevado a Jesús del Sepulcro!

Lucas Ochoa y Jean Paul Sartre

"Si el hombre no fuera una realidad latente y en desarrollo... ¿quién de vosotros dudaría en suicidarse, amigos míos? ¡Suicidarse, si nacimos para ir al cinematógrafo, para cohabitar con putas, para abrazar en el baile a las mujeres y para comer, dormir y morir!
Si alguno de vosotros dudare de que el hombre es la conciencia en desarrollo...
...¡Ay!, no sé... ¡Pensar, sospechar que me escuche una conciencia de cocina!..."

"La existencia precede a la esencia... "
"El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible , y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. "

jueves, 3 de junio de 2010

La extinción de los mamuts (relato múltiple)

Los mamuts, todo el mundo lo sabe, se extinguieron porque una...


(Explicación: Si quiere continuar con este juego, copie esta frase y continúela con otra frase de menos de cien caracteres incluyendo blancos. Inclúyala en un post con el mismo título láncela al aire junto con esta explicación.Distíngala de la anterior cambiándola de color. Será interesante ver las múltiples formas que va adquiriendo el relato a medida que se vaya continuando por diferentes vias.No hace falta que se cite la procedencia. )

martes, 25 de mayo de 2010

Alonso Quesada

Un verso de Alonso Quesada con el que me siento plenamente identificado:

Yo gano el pan de una infeliz manera
porque yo no nací para estas cosas:
hago unas sumas y unas reducciones;
y así me consideran y me pagan... (2)

(http://contentdm.ulpgc.es/cgi-bin/showfile.exe?CISOROOT=/MDC&CISOPTR=70026&filename=106856.pdf#search=%22lino%20de%20los%20sue%C3%B1os%22)

Nosotros no nacimos para estas cosas.

Es una perspectiva que uno nunca debe perder. No ceder al engaño, a la trampa. Una trampa cada día desvelada y cada día sepultada por toneladas de mentiras. En la cuestión laboral solo hay una verdad: la explotación. El contratante sólo se contentará con esclavos. El contratado solo se contentará con un "salario púrpura" (vago recuerdo de un cuento de Philip J. Farmer). Pero el patrón tiene también el martillo y el asalariado sólo tiene la cabeza.


Quiero recordar que en la época del Boom, del dinero recorriendo en estampida los solares, fue cuando surgió la figura del "mileurista", y del "contrato basura". Una reforma laboral tal y como la entienden los patrones ¿adónde puede llevarnos: al "quinientos eurista" y al "contrato caca de perro"?

Y encima hemos de sonreír:

martes, 18 de mayo de 2010

Uno es una imagen desenfocada de sí mismo.

Te sientes disperso, incoherente y en muchas ocasiones viviendo en contra. Quien crees que podrías llegar a ser no es el que eres, quien eres nadie lo sabe porque cada cual te piensa de una manera distinta: estás desenfocado. Si te tortura lo suficiente esta incómoda sensación, sientes la necesidad de buscar coherencia, reunir todos esos seres dispersos que aparentas en uno concreto y sólido al que puedas llamar con orgullo “Tu”.

Todo cuanto te sucede, todo cuanto lees, casi cada experiencia diaria, te transforma. Te transforma muy poquito, inadvertidamente. No hablo de grandes vivencias traumáticas. El hecho de que permanezcas siendo básicamente el mismo se debe a que las orientaciones de esas influencias son contradictorias y se anulan entre sí. [Es un bombardeo aleatorio de influencias, donde unas se anulan con otras, donde una agregación es destruida por la siguiente influencia que choca con violencia contra ella. Es necesario dirigir este bombardeo para conseguir que se formen agregaciones cada vez más fuertes que vayan resistiendo los choques de las siguientes influencias destructivas, y al mismo tiempo favorezcan la asimilación de otras concordantes.]
Por eso, cuando buscas tu transformación, debes orientar tu vida, es decir, favorecer un conjunto de influencias coherentes que consigan contrarrestar el resto de influencias correctoras. Y luego debes esperar a que esos cambios, inapreciables, infinitesimales, se vayan sumando. 
("¡Anda, acabo de contar en plan autoayuda el cuento del patito feo!")

jueves, 13 de mayo de 2010

Muertos

a favor de que todo el mundo se muera menos yo
que todo se quede como está, los coches parados o en marcha con un difunto al volante
las neveras repletas
los cines funcionando con miles de cadáveres ciegos mirando la pantalla
las grúas dando vueltas dirigidas por las rígidas manos de un obrero muerto
las televisiones encendidas mostrando los cadáveres de los presentadores corrompiéndose
las universidades hirviendo de cadáveres por los pasillos y en las clases los cadáveres atendiendo por primera vez a las mudas explicaciones del occiso profesor
los trenes interminables que no paran en las estaciones
las estaciones llenas de muertos que ya no esperan ningún tren
los teatros silenciosos donde un público de ojos vacíos observa atónito el espectáculo petrificado de los actores muertos
las calles
las playas con cuerpos muertos desnudos tomando el sol
las oficinas estatales donde los difuntos ciudadanos esperaran infinitamente a que el funcionario también difunto les resuelva un complicado papeleo
y yo paseando por todos estos lugares,
yo solo, caminando y riéndome de todos estos muertos menos yo
que no estoy muerto, já.

martes, 11 de mayo de 2010

Mis Opiniones

Soy un intolerante con mis amigos.
No soporto que opinen distinto que yo.
Primero, porque están equivocados; y me duele verlos sumergirse en el error con esa inconsciencia.
Y segundo, porque los aleja de mí que ya estoy bastante solo.
No es, pues, una cuestión de soberbia, sino de compasión. Por ellos y por mí.
Así que nuestras discusiones son violentas. Aunque sólo de palabra.
Me enerva el ánimo verlos persistir en su error teniendo al alcance de mi voz la verdad.

jueves, 6 de mayo de 2010

rocanrolaso

Un tema de los Buenos Muchachos, un grupo uruguayo. El tema me parece de una precisión impresionante. Un rocanrol como dios manda. El grupo debe ser uno de los clásicos de Uruguay.


Buenos Muchachos - Rocanrolaso



Lo conocí gracias a una película llamada 25WATS



Donde además se oyen otros grupos como Exilio Psíquico que son como más vanguardistas más ...


Exilio Psíquico me resultan, al final, algo monótonos. Pero los Buenos Muchachos son tremendos, a veces algo convencionales, pero suenan tremendos.

martes, 4 de mayo de 2010

A la mierda (Jesus Lizano)

Holocausto Caníbal

Juan 6, (54-57)
“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece y yo en él. Como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, así mismo el que me come, él también vivirá por mí.”

Juan 20, (1-2)
El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”