jueves, 26 de febrero de 2009

Un señor muerto de cáceres

Una vez conocí a un señor muerto de Cáceres (¿o era de Badajoz pero moría en Cáceres?) El caso es que allí tenía su despacho. Tenía una criada exclusivamente para espantarle las moscas y secarle las babillas de la descomposición. También tomaba apuntes mientras se ajustaba las ligas. Porque llevaba ligas a la vista, al parecer estaba en el contrato.

El despacho no iba bien. Pero siempre había cola en la puerta. Vendedores a domicilio, distribuidores de agua, gas, consumibles de oficina, loterías varias. La chica les atendía con extrema cortesía y eso fomentaba su afluencia.

Fui a la consulta porque me quería divorciar. Mi mujer se había muerto, pero se negaba a irse de casa. Las cosas se fueron deteriorando con el tiempo y se apagó el amor.

Esperaba en la consulta horas y horas charlando con la secretaria. Eran unas charlas constantemente interrumpidas por las visitas pero como en el fondo resultaban intrascendentes no resultaba molesto. Con los días tomamos tal confianza que mientras ella atendía yo sostenía al señor muerto de Badajoz. No sé en qué momento saltó la chispa, un día supe que ella también me amaba.

Yo le llevaba dulces y desodorantes por las mañanas. Y la esperaba hasta la hora de almorzar. Tomábamos unos sandwiches en el bar de abajo y luego ella volvía al despacho y yo la esperaba en la calle. Un día bajó llorando. Al parecer el muerto se había desinflado. La piel amojamada había mantenido el tipo durante todos estos años pero por dentro no había nada. Al abrir la ventana un mal aire había inflado el odre y el cadáver se había echado a volar por el despacho como un globo, se había pinchado con el plafón y se había quedado colgando allí como un trapo viejo. Evidentemente esto extinguía el contrato que como era en prácticas no tenía derecho a indemnización.

Yo podía llevarla a mi casa, aunque allí estaba mi mujer, también estaba muerta. Ella no quería ni oir hablar de muertos y se negó, pero no rechazó que yo me fuera a la suya. Cuando fui a mi casa a buscar la ropa ví que mi mujer tampoco estaba. A cambio habían tres gatos que me miraban con fiereza. No quise preguntar y sali sin hacer ruidos. Mi mujer siempre ha tenido extrañas amistades.

Segunda Parte.

Nuestro idilio duró bastante, pero fue infinito. Hacíamos el amor todas las tardes. Yo le compraba cada día un par de ligas nuevas. Ella me recibía al volver del trabajo con una falda diminuta y las ligas de la tarde anterior enfundadas en sus níveos muslos. Después de besarnos se las quitaba y se ponía las nuevas. Con las viejas hacíamos una guirnalda que colocábamos en Navidad alrededor del árbol. Nos compramos un perro diminuto que siempre saltaba alegre alrededor de sus pies. En el salón colgamos un cuadro completamente pintado en blanco y los fines de semana y fiestas, después de amarnos, lo mirábamos e inventábamos un nuevo paisaje. Unos días era una ciudad y otros un desierto, un paisaje de rivera de río con alameda y vegetación exhuberante, una montaña en la china con caracteres en vertical y colores aguados, una línea de sombra formada por palmeras contra el horizonte al amanecer.

Tercera Parte

Ahora estamos esperando un hijo. Hace días que se marchó y aún no ha vuelto. No estamos preocupados, siempre ha sido muy independiente. Está estudiando en la universidad pero todavía no ha decidido qué quiere ser. Dice que probablemente será escafandra de buzo, pero creo más bien que lo dice por decir mientras toma la decisión. Lo que no queremos es que sea muerto pero no se lo decimos porque entonces se pondrá a pensar en los gorilas todo el tiempo.


viernes, 13 de febrero de 2009

La ola industrial

Nunca había visto desde esta perspectiva la introducción de la educación general obligatoria. Los colegios preparan a los muchachos salvajes para las disciplinadas vidas de las fábricas y las oficinas.

Construida sobre el modelo de la fábrica, la educación general enseñaba los fundamentos de la lectura, la escritura y la aritmética, un poco de Historia y otras materias. Esto era el "programa descubierto". Pero bajo él existía un "programa encubierto" o invisible, que era mucho más elemental. Se componía - y sigue componiéndose en la mayor parte de las naciones industriales - de tres clases: una, de puntualiadd; otra , de obediencia y otra de trabajo mecánico y repetitivo. El trabajo de las fábrica exigía obreros que llegasen a la hora, especialmente peones de cadenas de producción. Exigía trabajadores que aceptasesn sin discusión órdenes emanadas de una jerarquía directiva . Y exigía hombres y mujeres peparados para trabajar como esclavos en máquinas o en oficinas, realizando operaciones brutalmente repetitivas.


La tercera ola
Alvin Toffler

martes, 10 de febrero de 2009

La Tercera Ola

Mi certificado de notas se ve muy borroso. Pero sobre todo tiene una mancha. Nunca supe de qué trataba aquella asignatura. Era demasiado abstracta para mi mente pragmática. O algo así. Solo recuerdo de ella dos cosas: que una vez me cambié ambos zapatos de pié y al verme las dos puntas tirando hacia lados contrarios a los habituales me puse a reír descontroladamente y me expulsaron de clase. No volví más y me cambié de asignatura para completar los créditos, pero esa permaneció en el currículum como inconclusa. La otra cosa que recuerdo es que el profesor recomendó este libro, me llamó la atención la pasión con que lo defendía y lo compré. También lo leí en su tiempo, con mucho miedo porque el libro venía a decir que uno debe prepararse para el futuro que vendrá y a mí, en aquel tiempo, eso de prepararme y eso del futuro eran expresiones que me provocaban dentera.
Ahora no, ahora creo que, siguiendo la metáfora que usa este tío, estamos en medio de un entrechocar de olas y cabe la posibilidad de que seamos revolcados y zarandeados y hasta ahogados por el torbellino, o, si aprendemos lo suficientemente a nadar y capear las olas, tengamos la posibilidad de salvar la conmoción por encima - yo jugaba mucho a esto en la playa en aquellos lejanos y largos veranos de los sesenta.

Dos imágenes del futuro, aparentemente contradictorias, hacen presa en la imaginación popular actual. La mayoría de las personas - en la medida en que llegan a molestarse en pensar en el futuro - dan por supuesto que el mundo que conocen durará indefinidamente. Les resulta difícil imaginar una forma de vida verdaderamente diferente, cuánto más una civilización totalmente nueva. Por supuesto que se dan cuenta de que las cosas están cambiando. Pero dan por sentado que los cambios actuales no les afectarán y que nada hará vacilar el familiar entramado económico ni la estructura política que conocen. Esperan confiadamente que el futuro sea una continuación del presente.

Este pensamiento lineal adopta varios aspectos. En un nivel se presenta como una presunción no sometida a examen que subyace a las decisiones de hombres de negocios, maestros, padres y políticos. En un nivel más sofisticado, aparece envuelto en estadísticas, datos computadorizados y jerga de pronosticadores. En ambos casos contribuye a una visión de un mundo futuro que es, esencialmente, "más de lo mismo", industrialismo de la segunda ola mayor aún y extendido sobre una mayor superficie del planeta.

Recientes acontecimientos han hecho tambalearse esta confiada imagen del futuro. A medida que las crisis crepitan una tras otra en los titulares periodísticos, mientras el Irán entraba en erupción, Mao era privado de su aureola divina, se disparaban los precios del petróleo y se desbocaba la inflación, una visión más sombría ha ido adquiriendo creciente popularidad. Así, gran número de personas - alimentadas por una continua dieta de malas noticias, películas de catástrofes, apocalípticos relatos bíblicos y dramas de pesadilla escritos por prestigiosos autores - parecen haber llegado a la conclusión de que la sociedad actual no puede ser proyectada en el futuro porque no existe futuro. Para ellas, Harmagedón está a sólo unos minutos de distancia. La Tierra camina aceleradamente hacia el estremecimiento de su último cataclismo.

Superficialmente, estas dos visiones del futuro aparecen muy diferentes. Sin embargo, ambas producen efectos psicológicos y políticos similares. Pues ambas conducen a la parálisis de la imaginación y la voluntad.

Si la sociedad del mañana es simplemente, una versión ampliada - como en cinerama- del presente, no necesitamos hacer gran cosa para prepararnos para ella. Si, por el contrario, la sociedad se halla inevitablemente abocada a la destrucción dentro del plazo de nuestras vidas, nada podemos hacer al respecto. En resumen, ambas formas de contemplar el futuro engendran privatismo e inactividad. Ambas nos petrifican en la inacción.

Pero al tratar de comprender lo que nos está sucediendo, no nos hallamos limitados a esa simplista elección entre Harmagedón y "mas de lo mismo". Hay muchas más formas clarificadoras y constructivas de pensar en el mañana, formas que nos preparan para el futuro y, más importante, nos ayudan a cambiar el presente.

Este libro se basa en lo que yo llamo,la "premisa revolucionaria". Da por supuesto que, aunque las décadas inmediatamente venideras hayan de estar, probablemente, llenas de agitaciones, turbulencia, quizá incluso de violencia generalizada, no nos destruiremos por completo a nosotros mismos. Parte de la idea de que los espasmódicos cambios que estamos ahora experimentando no son caóticos ni fruto de un ciego azar, sino que, de hecho, forman una pauta definida y claramente discernible. Da por sentado, además, que esos cambios son acumulativos, que contribuyen a una gigantesca transformación del modo en que vivimos, jugamos y pensamos, y que es posible un futuro cuerdo y deseable. En resumen, lo que sigue comienza con la premisa de que lo que ahora está sucediendo es, ni más ni menos, una auténtica revolución global, un salto cuántico en la Historia.

Dicho de otra manera: este libro deriva de la suposición de que nosotros somos la generación final de una vieja civilización y la primera generación de otra nueva, y de que gran parte de nuestra confusión, angustia y desorientación personales, tienen su origen directo en el conflicto que dentro de nosotros - y de nuestras instituciones políticas - existe entre la agonizante civilización de la segunda ola y la naciente civilización de la tercera ola, que avanza, tonante, para ocupar su puesto.

Cuando, finalmente, comprendemos esto, muchos acontecimientos, al parecer desprovistos de sentido, se hacen de pronto comprensibles. Las líneas generales del cambio empiezan a emerger con claridad. La acción por la supervivencia vuelve a tornarse posible y plausible. En resumen, la premisa revolucionaria libera nuestra inteligencia y nuestra voluntad.

La Tercera Ola
Alvin Toffler
(1980)

lunes, 9 de febrero de 2009

Una Jornada de Pesca

En una ocasión se encontró nadando en un charco de agua sucia en compañía de tres sirenas borrachas.
El dice que fue violado aunque no recuerda nada del hecho, sólo un insoportable olor a pescado que se le quedó pegado a la piel y que le costó toda una pastilla de jabón lagarto sacárselo.
"Reían", dice recordar como entre brumas, "con un gorjeo de delfines extraordinariamente grave como emitido por una garganta habituada al ron y al tabaco"
Estaba desnudo y no se encontró su ropa por ninguna parte.
"Caía el sol a la misma velocidad que el nivel de mi botella"
"De pronto, en el agua, una chica de largos cabellos, comenzó una danza obscena. Estaba desnuda, aunque en ningún momento la pude ver de cintura para abajo. Se estrujaba los senos y me gritaba que le diera amor"
"Yo me encontraba tranquilamente pescando, como suelo hacer los fines de semana en vacaciones. Me acompaño de mi botella de ron y mi cocinilla a gas, donde guiso en agua de mar lo que pesco. En la radio sonaba un rumor de música y palabras. Después ya no recuerdo nada más"
"Qué quiere usted que le diga, señor juez. Estaba de vacaciones, estaba borracho, ya me había comido lo que había pescado y no pensaba lanzar de nuevo la caña, y lucía una puesta de sol preciosa", declaró.
"Por ser la primera vez sólo le impondremos una multa", dijo el juez, "pero que sepa que le estaremos observando, no nos gustan estos espectáculos por aquí"
Años después afirmó que aquellas habían sido las mejores vacaciones de su vida.
Su esposa lo contaba como un chascarrillo en la peluquería. Se hizo muy famoso en el barrio.
Por las noches se soñaba abducido por extraterrestres hembras que practicaban sexo con él de las formas más abominables. El gritaba y despertaba a la mujer con violentos gestos de inútil defensa.
"Desde que me ocurrió amanezco cada día completamente erecto", confesó a un amigo.
"¡Qué suerte!, a mí hace mucho que no me ocurre" comentó el amigo, melancólico.
Algunas tardes no puede evitar pasar por allí a la puesta de sol.
Escudriña las olas.
Ha dejado de beber.
Los sueños en los que llora han aumentado de frecuencia.
La mujer le despierta por las noches y le cambia, solícita, la almohada húmeda.
No volvió a salir a pescar.


jueves, 5 de febrero de 2009

Yo quiero ser mataor

El gran Antonio Molina traducido simultáneamente al chino y al inglés.


I want to be “mataor” (bull’s killer)
like Berricosé and Vicente Pastor (two Bullfigthers)
I want to be the best one
and I’m going be with style and courage
I am not scared to fight
the danger I will face up (he says I will drag)
I know that my fate is to be successful
and very soon I will be
I already hear with emotion when I walk anywhere
to the wise admires saluting to me this way

Bullfigther with “garbo” and “salero” (with elegance and style)
the one with the embroidered cape with threads of thousand stars
bullfigther with “rumbo” and “tronío” (both words mean ostentation)
more “pinturero” nor more brave it has not been born yet (meaning again elegance)
bullfigther with “empaque” and “solera” (handsome and traditional)
people by your bravery must to acclaim you
when you rush to kill
marking slowly the “volapié” (the bullfighter hurts the bull)
and that little bull, wounded to death, rolls to your feet.

我想要是“mataor” (公牛的凶手)
象"爸日够色"和"维-森-特"牧师 (两个公牛的凶手的名)
我想要是最佳一个人
并且我跟风格和勇气去是
我没有惊吓战斗
我不会恐惧对危险
我知道我的命运是成功的
并且很快我将是
已经 随处我 听见
大家 的 欢迎
他们就此说

“garbo”和“salero” 公牛的凶手 (高雅)
万星的线斗篷
与“rumbo”和“tronío" 公牛的凶手
一 个 人 比较“pinturero” 也 更多 勇敢 没有出生过
与“empaque”和“solera"的公牛的凶手
你对牛去杀死的 时候
并且死的牛到你的脚 掉下
大家 对 你 说 勇敢

miércoles, 4 de febrero de 2009

Cuando era joven

when I was young

quand j'étais jeune

我是了年轻的时候




A veces echo de menos mi juventud.
Esa noche sueño con esta música.
(En ese tiempo nunca hubiera admitido entre mis escasos amigos que me gustaba.)
Ahora me hace llorar, en sueños.
No estoy muy orgulloso de mi juventud. Nunca hice nada relevante para mi vida posterior.
Supongo que la veía como un puente que había que pasar para llegar aquí.
Al momento de echar de menos todo aquello.
Ahora es diferente.
Ahora sólo dejo que pase el tiempo y no espero nada.

Let us die young or let us live forever
We don't have the power but we never say never
Sitting in a sandpit, life is a short trip
The music's for the sad men