jueves, 25 de noviembre de 2010

Imitación

Imito como un mono, como un loro.

Me sorprendo imitando gestos, muecas, expresiones, modos de andar. Hasta pasos de baile delante del espejo del baño momentos antes de ducharme.

Me doy cuenta de que todo en mí es imitación: de mis padres, de mis profesores, de mis amigos, de actores en la televisión o el cine, de desconocidos que sorprendo en la calle y que captan mi atención con sus gestos o expresiones peculiares.

Esas imitaciones no son fidedignas, son imitaciones malas, contaminadas de mis vergüenzas, de mi torpezas, de mis propias experiencias, hasta el punto de hacerlas irreconocibles al mismísimo modelo que, tan mal lo hago, probablemente creería que esa mueca, esa expresión, ese gesto, es característico de mi forma de ser y, resultándole simpático, trataría de incorporarlo a su propio bagaje creyendo enriquecerlo.

1 comentario:

  1. Acabo de leer que existe un tal René Girard que precisamente habla de la importancia que tiene -alguien lo llama mimesis - en el comportamiento humano. Tal vez me interesaría leer a este señor.

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