jueves, 18 de enero de 2024

Nunca debimos haber abandonado el Mississippi

 Yo creo que nuestra vida, ¡vale, mi vida!, es, o fue, la infancia y que todo lo demás es otra cosa, es el tiempo que se rellena hasta que viene la muerte.  Supongo que uno es pragmático y se dice, ya que estoy en el burro, arre burro. Pero la infancia es lo que  nos construye,  todo lo que somos después se acabó de montar probablemente hacia los trece o catorce años, cuando ya la masturbación es un hábito (antes es un descubrimiento).

Muchos de mis sueños transcurren en la casa de mis abuelos, donde pasé, no la mayor parte, pero sí casi toda la parte lúdica de mi infancia – la mayor parte de nuestra infancia, para la mayoría de los occidentales, al menos,  la pasamos en el colegio –. Y toda la melancolía de hoy me viene de vagos recuerdos de aquellos días, que cuando he querido precisar y se convierten en «historia» me desilusionan. Por eso no soy mucho de volver al pasado, prefiero quedarme aquí y recordarlo cuando toca. 

Ya esto vale como introducción. Es que me estaba acordando de una frase de una película que me gustaba mucho, la frase, desde muy chico. La película era Horizontes lejanos, que en inglés se titulaba Bend of the river  (¿La curva o el recodo del río?).  La frase, naturalmente, que recuerdo es Nunca debimos haber abandonado el Mississippi. A mí me gustaba así, aunque fuera un poco forzado ese “debimos haber abandonado”, pero sonaba adecuadamente retorcida en la voz del viejecillo, creo que el asistente del capitán y  no el capitán mismo, el que la decía, no he vuelto a ver la película. 

Al buscarlo en internet he puesto la frase tal y como la recordaba, y eso sumado a que desconocía el título original de la película, al principio no salía nada. Luego ya he dado con una pista y me ha aparecido la frase, pero de manera más canónica: "Nunca debimos abandonar el Mississippi", quitándole una parte de la gracia a la frase. Así que me he preguntado cómo sería la frase original. 

Me ha costado, porque, como digo, desconocía el título real del película y cómo indicar exactamente que era esa frase la que quería buscar, vaya usted a saber si por ahí fuera le dieron tanta importancia como aquí. En inglés, la frase es más cercana a la primera traducción que a la segunda: We should never have left the Mississippi. Según el google la traducción oficial es “nunca debimos abandonar el Mississippi”, y probablemente sea lo oficial, pero me parece evidente que le quita poesía a la frase. En cambio el “nunca debimos haber abandonado el Mississippi”, tiene un gracejo una forma de hablar que se aparta de lo convencional y que hace que uno se fije y la guarde en la memoria (como aquel "hablando vurgarmente" que solía decir aquel viejito cuando hablaba con mi padre, un poco para disculpar lo que iba a decir a continuación).  A veces, intentando recordarla, no conseguía montarla, y apenas sabía que hacía referencia a haber abandonado el río, pero, dada la anomalía de la construcción, no me salía espontáneamente, y lo de simplemente “abandonar el Mississippi” no me parecía tan espectacular como para no haberlo olvidado.

No sé muy bien si esa organización de los verbos es correcta en español: ¿“nunca debimos haber comido”?, creo que se diría más bien “nunca debimos comer”. Si uno le pone la lupa no es lo mismo un caso que otro. Por un lado lo que nunca debimos hacer es “haber comido” y por el otro “comer”. En la primera hablamos del pasado de un pasado. En aquel momento no debimos haber hecho algo que hicimos anteriormente; en cambio la segunda frase es el pasado de este presente, no debimos comer en aquel momento.  En la película, el personaje se queja, ahora, de haber abandonado el río, y por lo tanto lo que cumple es, probablemente, “nunca debimos abandonar”. 

De todas maneras tal vez en inglés no haya una intención de resaltar ningún gracejo en el personaje y esté hablando, al decir esa frase, de lo más canónicamente.  La otra forma, en inglés, que se me ha ocurrido, sin saber inglés como para dar clases ni mucho menos, que lo he confirmado con google, es: “We should never left the Mississippi”, que, por lo visto, se traduciría con un  condicional: “nunca deberíamos abandonar el Mississipi”.

Así que la primera traducción de la frase, la que me gusta a mí, es una anomalía, un error de traducción, pero es la que a mí me gusta, como la traducción tan rumbosa de la Biblia, Nácar-Columga (no sé, me vino a la memoria aquellos padres nuestros con deuda y deudores y estos nuevos con ofensas y ofensores), mientras que la propiamente correcta es la otra, la que habla en canónico español de calle, como, volviendo a la Biblia, la Latinoamericana.

Supongo que esto es la idea de poesía (en sentido lato): cómo las palabras ponen algo que no está en el mensaje y que matiza el mensaje, incluso llegando, en ocasiones,  a embellecerlo. Y para ello si hay que saltarse alguna regla o algún convenio, se hace, incluido el del buen gusto normativo o las reglas de la lógica aristotélica. 

Pues lo dicho: Nunca debimos haber abandonado la infancia.