domingo, 22 de septiembre de 2019

De la película de Tarkosvki, Nostalgia.



En la tal película hay un fulano, que se llama Doménico. Estaba loco. Lo tuvieron que sacar de su casa donde tuvo encerrados a su mujer y su hijo durante siete años porque temía que llegara el fin del mundo. Cuando el personaje, el poeta ruso Gorchakov, habla con él, Domenico apenas le explica que había sido egoísta; que él había pretendido salvar solamente a su familia; pero que ahora se proponía salvar a toda la humanidad. Esta es la razón de este discurso final. Despertar a la humanidad.
Mientras él está dando este discurso, Gorchakov está en la piscina de Santa Caterina, cumpliendo la promesa que le había hecho a Domenico: cruzar la piscina de aguas sulfurosas con una vela encendida. Doménico lo había intentado pero los espíritus le apagaban la vela. Por eso se lo pidió a Gorchakov, que, en un primer momento, rechazó la tontería, pero luego, cuando supo que Domenico estaba en Roma, recordó el compromiso y decidió cumplirlo. Casualmente, y es un signo benévolo, cuando llega a Santa Caterina, han vaciado la piscina para limpiarla. Después de varios intentos, lo consigue.

Por las mañanas salgo a pasear a Poncho. Una ciudad es todas las ciudades. Pero cada una es "todas las ciudades" a su manera. Esto es un poco de la mía.

La música final es un fragmento del tema Valuska, del compositor Húngaro Mihaly Vig. Lo conozco (el tema y al compositor) de las películas de Bela Tar. Este tema en concreto pertenece a la la versión que hizo Tar de la novela de Lazslo Krashnahorkai La melancolía de la resistencia.

(para compensar la falta de calidad del vídeo, el autor trata de despistar a los oyentes-lectores con un palabrerío lleno de referencias cultas que trata de mantener el respeto que los oyentes-lectores le han perdido al ver y oír el infame vídeo que les ha colado)

viernes, 20 de septiembre de 2019

La realidad y el sueño


La vida es ese combate de boxeo que tiene un claro vencedor que derriba a su oponente en cada asalto. Pero este, milagrosamente, consigue ponerse en pie al siguiente para caer de nuevo justo antes del gong.
Se derrumbará por KO en algún asalto o perderá irremediablemente por puntos al final. Pero, a pesar de ello, seguimos apostando por él.

¿Qué quiero decir con esta tontería? Que la realidad es la que prima sobre el sueño. Que la realidad es la que tiene puños, y piernas, y golpea, mientras que el sueño, ¿qué es? Solo una capa de imaginación que interponemos entre la realidad y nosotros. Pero a poco que lo analicemos todo es ficción. Las formas, los conceptos, todo se lo aplicamos nosotros a esa matriz infinita de percepciones que recibimos de la realidad. Lo que diferencia a un armario de un dinosaurio manso es solo una interpretación de disparos neuronales. Llamamos realidad a la parte de esa interpretación que nos sirve con más efectividad e inmediatez para desenvolvernos y sueño a otra forma de interpretarla que no está tan pendiente de la respuesta que recibamos. Pero al final todo es el mismo continuo, uno más acá y el otro más allá de un impreciso límite que está determinado por la supervivencia. En nada nos perjudica percibir un armario como un dinosaurio manso, pero es muy peligroso interpretar un coche que viene hacia nosotros a toda velocidad como un amigo que viene a saludarnos.
La cuestión es que pese a su inefectividad nos emperramos en conservar los sueños. Mira las canciones, mira las películas, mira los libros, mira esos extraños cuadros o esculturas. El arte en general. Conceptos como amor, amistad, valor, patriotismo, compromiso, que tenemos perfectamente idealizados, imprecisamente definidos. Que chocan cada día contra sus consecuencias en la realidad, la consecuencia de creer en ellos,  pero que no por ello abandonamos. La violencia misma como sueño, mira esas películas con las que estamos tan fascinados y enfréntala a la realidad de una guerra. Es increíble que el,  yo qué sé, noventa por ciento del cine que vemos se centre en alguien que mata a alguien por una imbecilidad como tener más dinero para comprarse coches, o bikinis, o estar tumbado en una piscina tomando daikiris. ¿Por qué nadie analiza esas cosas o, si lo hacen, no salen todos los días esos análisis en los periódicos para que comprendamos lo estúpidos que somos?
No se trata de no soñar, dios me libre. En todo caso se trataría de ser más coherentes con nuestros sueños. Tal vez redefinir nuestros sueños en función de la realidad. Tal vez actuar sobre la realidad para que nuestros sueños sean más factibles. Pero es que la única realidad somos nosotros. Es decir, donde único tenemos que actuar es sobre nosotros; y todo lo demás … todo lo demás es inamovible, porque esa es la auténtica realidad. Cuando nos tropezamos con una piedra deberíamos dejar de esperar a que la piedra se quite.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Enfado electoral

¿Y no será que no quieren gobernar porque saben que no saben y que la única manera que tienen de seguir manteniendo el concepto de izquierda es gritando contra los otros? El enemigo une mucho, pero las responsabilidades prácticas gastan más.
Siguen haciendo, ellos también, una política vieja. Basada en emociones, en pasiones, soberbia, envidia, avaricia, utopías, verborreas grandilocuentes, lágrimas en los ojos por el recuerdo de los grandes del pasado que lucharon por nuestros derechos, etc, etc, etc. Y repitiendo exactamente sus mismos errores y olvidándose de que lo único que hay que echar en esto es racionalidad y puesta en práctica. Esos tíos que propiciaron la caída de un buen ayuntamiento en Madrid, acaban de dar paso, estoy convencido, al próximo gobierno del tripartito diestro. A lo mejor es una estrategia frente a la recesión económica que dicen que ya está aquí.
La campaña que va a sufrir ahora Pedro Sánchez va a ser brutal. Es el responsable directo de que se hayan vuelto a convocar elecciones, dirán. Y es cierto. Yo prefiero culpar a los de Unidas Podemos. Porque estaba en su mano dejar que formaran gobierno de una manera u otra y luego ejercer el control durante la legislatura. Pero ellos prefirieron el "o Cesar o nada", lo mismo que hicieron en Madrid. Pues nada. Y nada preconizo yo en las siguientes. Pero no se preocupen, olvidaremos todas sus imbecilidades de ahora frente a las barrabasadas que harán los otros gobernando. Y la primera levantar el hacha de guerra contra Cataluña, esos independentistas que nos vienen tan bien para distraer de la crisis que se nos viene. Y es que al final saber saben. No tienen más que sentarse y esperar.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Pop porno


– ¿Se masturba usted mirando esas películas pornográficas?
– ¡Qué falta de tacto!, ¿acaso está usted insinuando que las miro porque me interesa su calidad cinematográfica o artística en general?
– ¡Bueno!, no es eso; discúlpeme. También podría ocurrir que estuviera usted documentándose para una tesis doctoral.
– No colaría, soy de ciencias.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Esta'spaña nuestra

Del Juan de Mairena LXII Miscelánea apócrifa

Como decía Cantinflas -el sábado echaron por la dos la película biográfica protagonizada magistralmente, a mi prescindible juicio, por Oscar Jaenada- "ahí está el detalle". Escuchando tan habitualmente despotricar de este país y alabar países ajenos me se pregunto siempre cuánta razón tendrán los que lo hacen y sobre todo cuánto de esa razón que puedan tener proviene de un razonamiento fundamentado, metafísico, como dice aquí Juan de Mairena a sus alumnos. Cuántos errores no se habrán cometido por creer que lo del otro es mejor que lo nuestro y traérselo para acá. "Habituados a evaluar mediante una estimativa arbitraria o exótica", tal pareciera que está hablando de interné y sus redes suciales.