sábado, 31 de enero de 2015

Jorge de Sousa Braga (1957)

Portugal

Eu tenho vinte e dois anos e tu às vezes fazes-me Tengo veintidós años y tú a veces

sentir como se tivesse oitocentos me haces sentir como si tuviese ochocientos

Que culpa tive eu que D. Sebastião fosse combater os Qué culpa tuve yo de que D. Sebastian

infiéis ao norte de África se fuese a combatir a los infieles del norte de África

só porque não podia combater a doença que lhe solo porque no podía combatir

atacava os órgãos genitais la enfermedad que le atacaba los genitales

e nunca mais voltasse y nunca más volviese

Quase chego a pensar que é tudo mentira que o Casi llego a pensar que es todo mentira

Infante D. Henrique foi uma invenção do Walt Disney Y que el infante D Henrique fue una invención de Walt Disney

e o Nuno Álvares Pereira uma reles imitação do Príncipe Valente o que Nuño Álvares Pereira

era una pobre imitación del prícipe Valiente

Portugal 

Não imaginas o tesão que sinto quando ouço o hino No te imaginas la excitación que me provoca

nacional escuchar el himno nacional

(que os meus egrégios avós me perdoem) (que mis egregios abuelos me perdonen)

Ontem estive a jogar póker com o velho do Restelo Ayer estuve jugando al  póquer con un viejo de Restelo

Anda na consulta externa do Júlio de Matos va a consultas externas del Julio de Mátos

Deram-lhe uns electro-choques e está a recuperar Le dieron un electro-shock y se está recuperando

àparte o facto de agora me tentar convencer que nos aparte del hecho de ahora intenta convencerme

espera um futuro de rosas de que nos espera un futuro de rosas

Portugal

Um dia fechei-me no Mosteiro dos Jerónimos a ver Un día me encerré en el monasterio de Los Jerónimos

se contraía a febre do Império para ve si contraía la fiebre del Imperio

mas a única coisa que consegui apanhar foi um Pero lo único que conseguí contraer fue un resfriado

resfriado

Virei a Torre do Tombo do avesso sem lograr encontrar  Le di la vuelta a la Torre do Tombo sin lograr

uma pétala que fosse encontrar un pétalo que fuese

das rosas que Gil Eanes trouxe do Bojador de las rosas que Gil Eanes trajo de Bojador

Portugal

Se tivesse dinheiro comprava um Império e dava-to Si tuviese dinero compraba un imperio y te lo daba

Juro que era capaz de fazer isso só para te ver sorrir Juro que sería capaz de hacerlo solo por verte sonreír

Portugal

Vou contar-te uma coisa que nunca contei a ninguém Te voy a contar una cosa

Sabes Sabes

Estou loucamente apaixonado por ti Estoy apasionadamente enamorado de ti

Pergunto a mim mesmo Me pregunto a mí mismo

Como me pude apaixonar por um velho decrépito e cómo pude enamorarme de un viejo decrépito

idiota como tu idiota como tú

mas que tem o coração doce ainda mais doce que os pero que aún tiene un corazón dulce

pastéis de Tentugal más dulce que los pasteles de Tentugal

e o corpo cheio de pontos negros para poder y el cuerpo lleno de puntos negros para poder apretar

espremer à minha vontade  a voluntad

Portugal estás a ouvir-me? ¿Me oyes portugal?

Eu nasci em mil novecentos e cinquenta e sete Salazar Nací en mil novecientos cincuenta y siete

estava no poder nada de ressentimentos Salazar estaba en el poder, nada de resentimientos

o meu irmão esteve na guerra tenho amigos que mi hermano estuvo en la guerra tengo amigos

emigraram nada de ressentimentos que emigraron, nada de resentimientos

um dia bebi vinagre nada de ressentimentos un día bebí vinagre, nada de resentimientos

Portugal depois de ter salvo inúmeras vezes os Portugal, después de haber salvado innumerables veces

Lusíadas a nado na piscina municipal de Braga Os Lusíadas a nado en la piscina municipal de Braga

ia agora propôr-te um projecto eminentemente iba ahora a proponerte un proyecto

nacional eminentemente nacional

Que fôssemos todos a Ceuta à procura do olho que Que fuésemos a Ceuta y buscásemos

Camões lá deixou el ojo que Camoes dejó allí

Portugal

Sabes de que cor são os meus olhos? ¿Sabes de qué color son mis ojos?

São castanhos como os da minha mãe Son castaños como los de mi madre

Portugal

gostava de te beijar muito apaixonadamente me gustaría mucho besarte apasionadamente

na boca. en la boca 


miércoles, 28 de enero de 2015

Teología y Literatura

Cuando se tiran las cartas, o lanzan los huesos o las conchas o monedas con signos con objeto de interpretar aquella casual combinación para predecir el futuro, se está haciendo uso del azar para negar el propio azar. Porque es negar el azar predecir el futuro. Creer que el futuro ya está establecido, ya está escrito y solo hay que saber leerlo incluye el decir que la tirada azarosa de esos dados ya salió, lo mismo que la interpretación de esa tirada ya fue dicha y que el oyente ya actuó con respecto a ella. Por eso es imposible eludir el destino dictado por la pitonisa. Si el futuro ya está previsto, escrito, realizado como una carretera a oscuras que solo espera que uno, armado con la luz de su vida, avance el paso para desvelar el trozo de existencia que viene inevitablemente a continuación, entonces el azar no existe. Es una mera percepción de nuestros sentidos desconocedores de lo porvenir ya establecido. Tampoco hay error, ni acierto, pues lo que hacemos y decimos nos viene impuesto por la limitada vía por la que circulamos, que es nuestro destino trazado. Cualquier asesino puede decir, no soy culpable de este crimen pues si el destino de todo hombre ya está trazado férreamente, cómo podía yo, atado al mío, evitarlo.

El deseo de conocer qué es lo que va a ser de la vida de uno encierra una terrible decisión. Que sepas exactamente qué es lo que te va a ocurrir en cada instante de tu vida desde aquí hasta el día de tu muerte. Sería como vivir al revés, es decir volver a vivir todos y cada uno de los días que has vivido, hacia atrás hasta el mismo momento de tu nacimiento. En realidad no estarías viviendo sino que simplemente serías espectador de tu vida, una forma superior de leer. Con el inconveniente de que ese libro ya lo has leído, ya te lo sabes. Y no puedes tomar ninguna decisión sobre lo que pasa. Todo eso contando con que, a partir de este momento de sabiduría te desdoblas en dos entidades, una que sabe y asiste a lo que pasa y otra que vive lo que pasa y no sabe más que lo que va aprendiendo con cada avance. Si eso fuera así, esa entidad que sabe estaría fuera de esa vida ya prevista, sería el lector de su vida que no pertenece a la novela, y por lo tanto se escaparía de esta previsibilidad de todo suceso. Ausente esa inteligencia espectadora, no habría nada en ti que fuera consciente de que estabas viviendo ya un destino trazado y por lo tanto no existiría tal constatación para tu conciencia. Luego, te seguirías sintiendo libre y obrando a voluntad.

Necesariamente esta idea de una vida estática, ya realizada y que el paso del tiempo va iluminando progresivamente es una idea no solo posterior a la escritura, sino una idea posterior a la narrativa. Antes de eso los dioses determinarían hacer o deshacer según les viniera en gana, incluso la propia vida de los dioses sería impredecible. Aún existiría el azar y nada estaría predeterminado. A nadie se le ocurriría imaginar la posibilidad de que lo que fuera a suceder mañana ya estaba hecho a falta de ser vivido. Solo a partir de empezar a leer historias de personas o de dioses llegaría una idea como esa a la cabeza de un pensador: “¿y si la vida fuera como esta historia y ya estuviera escrita? Si yo fuera el personaje, nada sabría de lo que  me ha de acontecer, pero siendo el lector, todo para mí ha sucedido ya. Puedo avanzar o retroceder en la vida de este hombre. Incluso podría cambiar lo que piensa ahora, si lo reescribo, o reescribirle una nueva conclusión a su vida”, llegado a este punto tendría que darle un nombre a ese ser que podría estar rigiendo su propio destino y el de toda la humanidad.
Acabo, me temo, de llegar a la conclusión de que un Dios unitario solo pudo haber sido concebido a partir del nacimiento de la escritura, y más concretamente de la narración.

martes, 27 de enero de 2015

Debería notarse que imito a Agustín Espinosa


Siempre me pasa igual. Mis obras maestras lanzadas al aire con expectativas de suelta de palomas o de globos, o de ardoroso y multicolor espectáculo de fuegos artificiales se ve deslucida por la carencia de un público aplaudidor y fácilmente predispuesto al asombro y al coreado ¡aaaaaah!, ¡ooooooh!

Sin público, mis palomas, desmotivadas, no describen esa danza volatinera que simula unos instantes de desorientación en el cielo para acto seguido enfilar con decisión el rumbo distante, sino que se quedan por el suelo arrullando y picoteando migas entre las patas de los ausentes; mis globos, de colores desteñidos porque no se llenan del color de los ojos de los espectadores, parecen luchar pesadamente con el peso del aire y ascienden, sí, pero con pereza, con desgana, como ansiando más la derrota de quedar aplastados contra el suelo; mis fuegos artificiales, tras hacerme esperar con la emoción contenida, solo a mi, encendida la mecha, estallan en el soporte ni siquiera con explosión de enérgica rabia precipitada, sino con apagados ¡pssssssh! envueltos en aparatosa humareda de colores que me hace toser y llorar de los ojos.

Mis historias con el oso

No es un oso
No se puede no pensar en el oso. Cuanto más te esfuerces en no pensar en el oso más concentrado estarás en el puto oso. Cuando dejas de pensar en el oso, ya no hay oso. A menudo nos imponemos no pensar en el oso. Por eso siempre está presente el oso. Llega un momento en que te habitúas a pensar en el oso y aunque probablemente ya no te importa una mierda, sigues hablando del oso. Y llevas varios días sin pensar en el oso  cuando de pronto vuelve a salir el oso.Y ya sabes que no hay oso, pero sigues paseando al oso. ¿Pero si no hay oso?, te dices mirándole a la cara al oso. Y el oso te sonríe.

domingo, 25 de enero de 2015

Groguerías (es que si no es lo mismo que lo de Ramón)

Será porque estoy leyendo una historia de la escritura que me he puesto a fijarme en las letras y me he acordado de aquellas greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Será también que estoy leyendo algunos artículos de Agustín Espinosa y es raro que no lo nombre, a Ramón, por una u otra razón. Por una razón u otra o por un todo revuelto en mi mente me puse a escribir en la libreta que tengo siempre a mano para ir anotando mientras leo y así no subrayar los libros las  tonterías que iban saliendo, y salió lo que viene a continuación. Una especie de visión arquitectónica, más bien de albañil, de las letras.

La M es una V apuntalada por dos I. Es normal, porque la base de la V es en punta y no hay manera de que se mantenga en equilibrio sobre la línea tal y como la dibujamos. Para ser coherentes con...- ¿qué?, ¿les afecta la fuerza de gravedad a las letras? Sería una fuerza de gravedad perpendicular a la dirección de escritura-. Pues, digo, para tener una posición estable habría que dibujar la V  acostada sobre alguno de sus brazos. Intentaron apuntalar la V con otra V pero les salió una letra extranjera W. 
A ese respecto tampoco la I es que sea estable, solo si se está bien derechita no se caerá para los lados, pero cuando siente que se cae abre los brazos para recuperar el equilibrio y se convierte en una T.
Como se ve, la I es el origen o el apoyo de muchas letras, por ejemplo la J es una I genuflexa, que se puso de rodillas, y si se vuelve aún más sumisa, agachando la cabeza, quien sabe ante qué suprema autoridad, se convierte en una S. En cambio, si lo único que quiere es descansar con soltura, se sienta, convirtiéndose en una L. Estando sentada se da cuenta de que siente que se excita y mira asombrada lo que le está brotando de en medio, en ese instante de curiosidad excitada es una E. La F, obviamente, es porque se lo está mirando de pie.
La N era una M, pero en este caso de la obra se encargó un contratista desaprensivo que quiso ahorrarse un puntal. La Ñ es la obra de la N abandonada porque hay nubes amenazando lluvia y no se puede trabajar.  La I conoció a la C que es una I con el culo gordo. Cuando echan un polvo forman la G. Se juntaron y formaron una familia que es la D, la mujer delante. Esta es una familia sin descendencia, no como la B que tuvieron dos hijas, o la R que tuvieron una parejita. Visto así, la P es una familia con una sola hija.  Para dormir a los chiquillos los acuestan en la cuna, U. Construyeron una casa con dos I formando una V boca abajo, pero se les abría las patas y no se sostenía así que le ataron una cuerda de pata a pata, A. Tuvieron un perrito al que le enseñaron a levantarse y dar la patita, K. Cuando la I sale a currar y se encuentra a un colega por la calle se saludan dándose la mano, H. Si hace tiempo que no se ven se dan un abrazo, X.
En la obra, el curro de la I es de albañil, a puro músculo levanta las estructuras V, Y, con que construyen M y N y W. Si se pasa levantando pesos se rompe todo, Z, y se pone de baja.  A veces utiliza la O para trasladarse, pero en ocasiones se le pincha y se le sale el aire Q .

lunes, 19 de enero de 2015

Perlas de sabiduría oriental

Cuando se golpea un muro con la cabeza no se quiebra el muro, se quiebra la cabeza. 

Sabiduría china

Lo que nos quiere expresar este dicho es que toda muralla tiene una puerta y toda puerta tiene un llamador. Para atravesar el muro hay que llamar a la puerta. Si la puerta no se abre es que, a lo mejor, no te quieren dentro. O que no hay nadie. O tal vez que es una puerta falsa y que la puerta verdadera está en otra parte y esta la dibujaron aquí, lejos de la otra, para despistar. Si eres paciente, a fuerza de llamar puedes acabar haciendo un agujero en el muro y podrás entrar por ahí. O si no eres paciente, pues lo mismo te podrías plantear escalar el muro. O comprarte una excavadora y derribar el muro. Pero nada de eso cambiará el hecho de que no te querían dentro. Para cuando consigas entrar, con el ruido que habrás hecho, los de dentro ya se habrán marchado fastidiados a otra parte. Y como seguro que eres un pesado, te pondrás a buscar esa otra parte donde habrá otro muro y todo empezará de nuevo. Ahí sí, ahí te vamos a recomendar que te esfuerces y no cejes en golpear el muro con la cabeza, hasta que se te rompa esa maldita cabeza dura que tienes y se acabe toda esta historia de una puñetera vez.

viernes, 16 de enero de 2015

Tolerancia vs Verdades Inapelables o te mato

A los musulmanes no les hace gracia que los ateos dibujen a un señor con turbante insinuando que es Mahoma, les enfada muchísimo, y, por respeto y por miedo a que algunos exaltados nos maten, los ateos no deberíamos dibujarlo ni hacer chiste sobre él, por muy ridículos que nos parezcan sus seguidores y muy repugnantes que nos parezcan algunas de sus prácticas y por muy alejadas que nos parezcan estas prácticas de lo que sospechamos que en verdad se predica en sus libros sagrados.
A los católicos nos les gusta que las mujeres, sean cristianas o no, aborten, ni que los homosexuales se casen entre ellos y adopten niños, ni que exhiban su homosexualidad por la televisión, y por respeto a sus creencias, y porque tienen gran influencia en la política, los ateos deberíamos de abstenernos de realizar esas prácticas, que a nosotros nos parecen perfectamente acordes con nuestras creencias y nuestras libertades, y que además nos parecen más adecuadas para una correcta práctica sanitaria y reguladora de las sociedades y de su bienestar.
A los evangélicos estadounidenses y sudamericanos y también de por aquí, que el otro día lo gritaban con altoparlantes y fanfarria en el parque cerca de mi casa, les parece mal que en las escuelas se enseñe la teoría de la evolución de las especies y otros descubrimientos de la ciencia porque al parecer es una grave ofensa para sus creencias, pues contradice lo que está escrito en un único libro que ellos consideran fuente de todo conocimiento y de toda verdad, así que los ateos, que consideramos esos conocimientos suficientemente contrastados como para servirnos para desenvolvernos con más comodidad y conocimientos en este mundo que habitamos, deberíamos, por respeto a sus creencias, dejar de impartirlos en nuestras escuelas y dejar que ellos divulguen sus  absurdas, a nuestros ojos, teorías de la creación.
Como los ateos no tenemos vergüenza, no debe importarnos que en las televisiones públicas de estados laicos se exhiban impúdicamente espectáculos religiosos ridículos que celebran el martirio de personajes pseudohistóricos con expresiones que incitan al canibalismo.
Como los ateos no tenemos fe, debemos ignorar la exhibición pública del sometimiento de la mujer y la limitación de sus libertades que practican los musulmanes en nuestros países que supuestamente tienen leyes que prohíben estas prácticas.
Como los ateos no tenemos una opinión validada por un libro presuntamente revelado por un ser divino, debemos hacer oídos sordos a que se tergiverse la ciencia y la historia a partir de unos libros que relatan hechos de imposible suceso con una finalidad claramente simbólica, para nuestra opinión.
Mira que yo me considero un tipo tolerante -en realidad bastante pasota-, pero de tolerancia en tolerancia va uno siendo desplazado cada vez más hacia fuera en el banco y por momentos ya nos vamos encontrando con media nalga fuera y a punto de dejar en el aire la otra media.
Lo que quiero decir es que estos señores de la fe parecen creer que solo ellos tienen razones para sentirse ofendidos y no parecen tener ninguna comprensión para quienes no comparten ninguno de sus preceptos, para quienes ninguna de sus sagradas cosas tiene por qué ser sagrada ni respetable, sino que más bien por el contrario nos parecen estúpidas, y en muchos casos contrarias a la convivencia y a la libertad de los individuos. Y lo peor de todo es que con su superior coreografía poco a poco nos van convenciendo, usando argumentos nuestros que ellos no se aplican, como el de la tolerancia, que tienen razón y que cuando no te gustan sus actuaciones debes callar respetuosamente, y debes actuar respetuosamente como ellos consideran que debes actuar a pesar de que esté en contra de tus propias creencias. Y así acallan la opinión libre, porque al parecer les falta al respeto ejercer la libertad de decir en voz alta lo que se piensa, porque de lo contrario está justificadísimo por sus sagradas escrituras, que se levanten contra nosotros con amenazas, influencia política descarada y, no precisamente en última instancia por parte de algunos, violencia directa.
Me asusta el miedo, porque el miedo cambia creencias o por lo menos las anula por conveniencia de supervivencia. Y me rebela que sea el miedo el que me aparte a mí del camino que considero justo y que no sea la vergüenza la que los aparte a ellos del suyo, pues muchas de sus actuaciones terminan en el martirio y el sufrimiento de personas, sean asesinados por improbables mandatos divinos, sean  obligados por la fuerza a convertirse a una fe que les importa poco, menos que la vida, sea mujeres que se ven obligadas a tener hijos sin ninguna mínima seguridad de que vayan a poder criarlos, o simplemente sin ningún interés en tenerlos, y que no pueden salir a la calle sino bajo toneladas de ropa porque los hombres se sienten tentados ante su contemplación,  sea de niños que aprenden conceptos absolutamente erróneos e inútiles para contribuir a la construcción de un mundo mejor, entendiendo por mejor el que nos despertemos un día sin la amenaza del principal y más persistente miedo que asola a toda la humanidad: el miedo al semejante.

miércoles, 14 de enero de 2015

Triste suceso

Muere Miguelitooo, célebre personaje de nuestros sueños


El personaje Miguelitooo ha muerto hoy en su gruta de residencia al producirse un fallo en el proceso de materialización que culminaba con nuestro brusco despertar.


La progresiva aparición de su infantil, más bien muñequil, rostro sobre la piedra, fase inicial de su intervención en el sueño, había tenido lugar de la manera más normal. Todos habían continuado su camino y nosotros nos retrasábamos para observar el extraño fenómeno, que como nuestros lectores conocen, tras alcanzar un grado de extrema y sorprendente claridad, provocaba nuestra sorpresa y preparaba para el susto final de su materialización. El desvanecimiento de la imagen tras un breve gesto de vitalidad que dejaba en nuestros ánimos un nudo -no hay que olvidar que se trata de la cabeza de un muñeco- también tuvo lugar sin que ninguna anomalía se advirtiese que pudiera dar pista de lo que luego ocurrió. Fue en la materialización cuando debió producirse el fatal desenlace. La materialización, de hecho, se produjo impecablemente salvo por una falta de efectos turbadores, aquel popular movimiento alocado de sus desproporcionados brazos asimétricos no tuvo lugar, lo que acalló en nuestras gargantas el ya célebre grito de terror Miguelitooo, con tres exactas oes finales, tras el cual despertábamos bruscamente.
Continuamos, pues, en el sueño para dar una honrosa despedida a uno de los más curiosos personajes que han poblado nuestras pesadillas. Su olvido vaya en paz.


sábado, 10 de enero de 2015

Mi reflexión acerca del asunto

No soy religioso. Tampoco soy espiritual. Más bien soy materialista insatisfecho. Lo que hace que tenga alguna curiosidad por esos asuntos del espíritu, que en realidad a mí me parecen asuntos del comportamiento, puesto que en el comportamiento acaban redundando; el comportamiento de unos con otros y el comportamiento de nosotros mismos, y con nosotros mismos. Las religiones deberían aportarle al hombre lo que no le aporta la ciencia, es decir, el desarrollo interior, el desarrollo de su propio comportamiento, el tratar de comprenderse, de comprender la raíz de sus motivaciones para tratar de dominarlas, controlarlas y que sus decisiones sean menos automáticas y más racionales. Sí, es cierto, creo que las religiones vendrían a darnos la clave de la evolución racional del hombre.
El problema de las religiones son las instituciones. La institucionalización de las religiones ha acabado con la religiosidad. En el catolicismo los evangelios han sido olvidados y apenas, de tanto repetidos, queda la cáscara de las palabras en la celebraciones. Cáscara vacía de insecto que hace tiempo que ha muerto. Lo mismo pasa en todas esas religiones que consideran un acto de adoración el aprenderse de memoria las palabras de sus libros sin atender a su significado. Adoran lo material de las palabras y olvidan que las palabras dicen cosas y que es ahí donde está la enseñanza.
Me dan mucha rabia estos tipos que esgrimen la religión, un credo, una fe, como un arma ofensiva. Mucha rabia que alguien que cree se empeñe por la fuerza, por cualquier tipo de fuerza, en obligar a otro a creer o como mínimo a fingir creer en lo mismo. Tal y como yo entiendo la religión, cada día los yihadistas musulmanes, los evangélicos sudamericanos, los católicos, los testigos de jeová, y todos los demás que desconozco pero que seguro que andan por ahí usando cualquier religión como maza para golpear en la cabeza a otro, se están limpiando el culo con un conocimiento para mí sagrado, un conocimiento que podría sacar a la humanidad de este umbral tan grave y peligroso en el que permanecemos entre la animalidad y la racionalidad. (Excluyo a los escépticos porque ellos no fingen creer en esas palabras, pero también se limpian el culo con ellas sin intentar leerlas y descubrir qué posible conocimiento puedan aportar)
De alguna manera veo una clara conciencia de no sé qué fuerzas ¿del mal o del bien?, el instinto animal, tal vez, que sigue tirando de nosotros para volver al estado de pureza animal del que nunca debimos haber salido, o una especie de Ecología superior, que utiliza nuestra propia estupidez a modo de plaga para eliminarnos como peligroso desequilibrio del sistema. Desde este punto de vista, tal vez, cada vez que asistimos a un acto de barbarie del hombre contra el hombre deberíamos alegrarnos, porque estamos un poco más cerca de la extinción. Sin embargo me apena decir que yo también soy un ser humano, y que temo esa extinción, no sé muy bien por qué, y por eso rabio contra esos actos, rabio contra el desprestigio que sufren las religiones a causa de ellos, esa sabiduría que podría sacarnos de esta transición hacia un estado de mayor coherencia.

jueves, 8 de enero de 2015

El bosque de Babel

¿Me quieres, Dios?


Sí, hija mía, te quiero... comeerr, ¡Groouarrrs!, soy un terrible lobo feroz que me había disfrazado de Dios para comerteeee... Pero entonces, oh, amiguitos, llegó el cazador Ateo y ¡pum!, de un disparo dejó seco al maldito Dios-lobo feroz. Luego, tomando a la aterrada doncella en brazos, la alejó de aquella horrorosa visión de carne y sangre y vísceras de Dios esparcidas por el techo, colgajos de tripas bailando al ritmo del ventilador de aspas y trozos de sesos reptando pared abajo.
Y estaba tan bella la doncella y el bosque tan idílico y silencioso que el cazador, portando aquella dulce carga, se puso cachondo y así se los expresó inocentemente a la ya más apaciguada muchacha: ¡come! Y ella, glotona, comió del fruto prohibido y ahí se entregaron al pecado de la lujuria y al de la injuria, porque también blasfemaban acordándose de Dios, y al de la perjuria porque juraban y maldecían por lo bien que se lo estaban pasando. Y armaron tal alboroto que despertaron a todas las bestias oscuras del bosque con los gemidos y gruñidos y humedades y aromas que esparcía en tan frenéticos ejercicios impudorosos, pues habéis de saber, niños, que estaban desnudos. Y, decíamos, con aquel alboroto mayúsculo el bosque se fue despertando de su letargo -que termina en el nombre de una película horrible que vi una vez acompañado de una chica tan borracha como yo y es prácticamente el último recuerdo que tengo de ella, pues fue nuestra última cita y de la película solo recuerdo que a cada rato yo le pedía que me besara y ella lo hacía y también que alguien en la película puso un tema de Led Zeppelin, y no sé por qué me acuerdo de esto ahora, si no es porque esa noche en el hotel, donde trataba de olvidarla, una pareja en la habitación de al lado me la recordaba a rítmicos y frenéticos golpeteos acompañados de un canto gutural que no se resolvía nunca, igualito que mis personajes -y se fueron contagiando del humor festivo de nuestra feliz pareja de tal modo que comenzaron a reír y a gozar unos con otros sin distinción de especies ni sexos que hasta hoy se recuerda el barullo que se armó en aquel bosque de Babel. Y este fue seguramente el origen de otras historias que, si os portáis bien, tal vez algún día también os contaremos.
Y a mí que me parece que tú no eres un lobo, ¿no será una abuelita?

martes, 6 de enero de 2015

Libros muy vistos pero nada leídos

Yo tenía un amigo –esta es una constante en mi vida, amigos, novias, conocidos, siempre en pretérito imperfecto. No sé si se debe a que nunca tengo amigos (novias, conocidos) en presente o a que los amigos (novias, conocidos) actuales nunca les pasa nada digno de contar o que cuando de verdad empieza a pasarles cosas a mis actuales amigos (novias, conocidos) dejan de serlo, no lo sé, el caso es que siempre que recuerdo una anécdota digna de contar de un amigo (etc.), este amigo ya hace mucho que ha dejado de serlo –con el que salía a beber muy temprano. Ya desde las seis estábamos en la calle y a las ocho, hora en que los ciudadanos normales empiezan a plantearse si salir de viernes o quedarse en casa viendo la película, nosotros ya estábamos completamente borrachos. A las diez, como las más honestas doncellas, estábamos regresando a casa. No sé qué clase de familia tenía él, –sí, una hermana que me gustaba mucho pero que hacía ascos de mí precisamente porque yo era amigo de su hermano, de no haber sido por ese funesto detalle creo que hubiéramos hecho muy buenas migas ella y yo. Me gustaba aquella chica, con su carita achinada. Esa clase de chicas que te gustan de una manera tan natural que solo te das cuenta años después, como esos libros que llevas viendo toda la vida en las estanterías de tu casa y que a fuerza de conocidos nunca se te ocurrió abrirlos hasta que un día advertiste que se trataba de una de las obras extraordinarias de la literatura mundial y que perdiste todo ese tiempo de disfrutarla. Así era la hermana de mi amigo, una de esas obras de la literatura mundial que nunca abrí y de la que solo mucho tiempo después supe su importancia –pero a mí me resultaba muy incómodo volver a las diez borracho a casa y encontrarme con todos mis hermanos y mis padres sentados ante la televisión, que sustraían su atención de la película y me miraban asombrados de que estuviera de regreso tan pronto en casa un viernes, mientras yo trataba de disimular la ebriedad con un balbuceante qu…’están fiento tan in..in..teresados. Alguno de mis hermanillos respondía ¡uf, qué colocón! y mi padre, muy serio, me mandaba a acostar. Mi madre, estoy seguro, hacía amago de levantarse para atender al niño que estaba malo o algo le pasaba, y mi padre, con un gesto la detenía, al tiempo que otro de mis hermanillos comentaba, sí, malo, malo, está… y yo cerraba la puerta del retrete para que se oyera lo menos posible la desagradable sinfonía de mis arcadas.
En fin, fueron buenos tiempos aquellos, pero duraron poco. O tal vez demasiado. Desde entonces me acostumbré a salir los viernes, solo o acompañado. Costumbre que perpetué en la Universidad ya sin la compañía de aquel amigo, que repitió COU. Alguna vez quise enterarme de que después del instituto se había puesto a trabajar en el taxi del padre. Tal vez fue la hermana, a la que me encontré unos años después, que me lo contó, mientras yo, precisamente entonces, descubría aquello del libro; o que me sentía tan solo en los primeros años de la universidad –y los siguientes y también después, pero esto ya me parece que era porque se me había quedado el hábito –que cualquier cosa que me volviese al tiempo del instituto, que había empezado a considerar idílico, me resultaba muy sugestivo. Lo que sí procuré es regresar a casa lo suficientemente tarde como para que ya todos se hubieran acostado, que los viernes solía ser muy tarde porque ponían una película de madrugada, después de haber engañado a los niños cortando la emisión durante unos larguísimos minutos hasta que volvía a emitir con el aviso previo de que se trataba de una emisión para mayores de dieciocho años.