martes, 18 de mayo de 2010

Uno es una imagen desenfocada de sí mismo.

Te sientes disperso, incoherente y en muchas ocasiones viviendo en contra. Quien crees que podrías llegar a ser no es el que eres, quien eres nadie lo sabe porque cada cual te piensa de una manera distinta: estás desenfocado. Si te tortura lo suficiente esta incómoda sensación, sientes la necesidad de buscar coherencia, reunir todos esos seres dispersos que aparentas en uno concreto y sólido al que puedas llamar con orgullo “Tu”.

Todo cuanto te sucede, todo cuanto lees, casi cada experiencia diaria, te transforma. Te transforma muy poquito, inadvertidamente. No hablo de grandes vivencias traumáticas. El hecho de que permanezcas siendo básicamente el mismo se debe a que las orientaciones de esas influencias son contradictorias y se anulan entre sí. [Es un bombardeo aleatorio de influencias, donde unas se anulan con otras, donde una agregación es destruida por la siguiente influencia que choca con violencia contra ella. Es necesario dirigir este bombardeo para conseguir que se formen agregaciones cada vez más fuertes que vayan resistiendo los choques de las siguientes influencias destructivas, y al mismo tiempo favorezcan la asimilación de otras concordantes.]
Por eso, cuando buscas tu transformación, debes orientar tu vida, es decir, favorecer un conjunto de influencias coherentes que consigan contrarrestar el resto de influencias correctoras. Y luego debes esperar a que esos cambios, inapreciables, infinitesimales, se vayan sumando. 
("¡Anda, acabo de contar en plan autoayuda el cuento del patito feo!")

2 comentarios:

  1. Totalmente en desacuerdo. La vida es un estado de energía. La manera de sobrevivir, ser moderadamente feliz es administrando la energía. Estúpido es creer que podemos obtenerla ilimitadamente. Es como pensar que podemos gastar más dinero porque podemos ganar más,la realidad es que nuestra nómina es poco más o menos cada mes la misma. Hay que evitar gastar energía en mierda, por ejemplo en exceso de trabajoo en comerse demasiado la bola. Es una manera burda de expresar una teoría que tampoco necesita mucho más desarrollo.

    ResponderEliminar
  2. Evidentemente usted nunca cambiará.

    ResponderEliminar