jueves, 28 de octubre de 2010

Asaduras

-¿Y qué dice el análisis, doctor?
-Bueno, aquí se ve que… ¿bebe usted mucho?
-¿Mucho?, no, no. Bueno sí.
-Hay que beber menos.
-Se intentará. Pero del riñón ¿qué?
-El riñón está bien, bueno, aquí no se ve nada, pero el hígado y el páncreas están un poco tocados.
-Yo no he sido, no me llego tan adentro, en cuanto toco la campanilla me dan arcadas.
-Entiendo, entiendo. Hay que bajar peso y hacer un poquito de dieta.
-Yo como sano, doctor. Potajes, fruta, queso, esas cosas.
-Pues coma menos de cada.
-Se intentará. Entonces ¿no me voy a morir?
-¿Morirse?, sí, morirse se va a morir seguro.
-Si, bueno, pero, ¿Cuándo?
-Aquí no se ve la fecha… No, no se ve.
-¿Entonces estoy como un roble?
-Yo me fijaría más en un cochino.
-¡Doctor!
-Oiga, que los cochinos, fuera de la triquinosis, son unos animales sanísimos.
-¡Ah, bueno!, si es así. Lo que yo quería preguntarle es: si me sigue doliendo ¿qué hago?
-Quéjese.
-Pero con eso no me curo.
-Pero alivia.
-¿Usted cree?
-Hay estudios que así lo aseguran. Además que el dolor le hace perder el respeto a la muerte.
-Y tanto, hasta tiene uno ganas de morirse.
-Ahí está, la gente se agobia mucho con lo de la muerte. Yo siempre les digo: si le doliera más no tendría usted tanto miedo.
-Oiga, ¿usted es doctor, seguro, no?
-No. Yo sólo me licencié. Me daba pereza la investigación.
-Pero se licenció en medicina, ¿no?
-¿Está usted poniendo en duda mi profesionalidad?
-No, Dios me libre, pero de sus conocimiento dudo un poco.
-Pues le voy a mandar un análisis de hígado y otro de páncreas, y una laparoscopia que duele mucho.
-¿Eso no tendrá nada que ver con meterme un bombillo por el culo?
-No, creo que se lo meten por el ombligo.
-¡Pero el ombligo no es un agujero!
-Pues se hace, ahora hay unos taladros cojonudos.
-Me está dando miedo doctor.
-Ahí quería yo llegar, ¿ve como que le duela tampoco es tan malo?
-Visto así. ¿Entonces, cual es el diagnóstico?
-No me quiero arriesgar, yo creo que mejor esperamos a la autopsia.
-¿Y si me muero antes?
-Entonces venga por aquí y le mandamos al especialista.

lunes, 18 de octubre de 2010

Café del sur

Es un programa de Radio3, (domingos 11:00). Se puede decir que su tema central es el tango y sus alrededores musicales.

Aquí hay un ejemplo de las cosas que se pueden oir: La Chicana

lunes, 11 de octubre de 2010

Oración

Las papas están plantadas.
Ya puede venir la lluvia.
Del resto tienes que encargarte tú, Dios.
Yo ya he hecho todo lo que estaba en mi mano.
Las manzanas están prensadas
y la sidra ya fermentó.
Elevo hacia tí la copa en señal de agradecimiento.
Yo hice lo mío y tú cumpliste tu parte.
Lastima que no puedas beberte un trago.
Está algo fuerte, es verdad, otro año será mejor.
Aún están granando las judías.
Date un poco de prisa, por favor,
o retrasa un poco el mal tiempo,
no vaya a ser que se me pierda la cosecha,
Yo mantengo a los caracoles lejos cuanto puedo.
El primer potaje, como siempre, será el tuyo.
Y tu sitio en la mesa estará dispuesto, con tu vaso de sidra,
por si te apetece venir.

(Dios qué buen cristiano sería )

lunes, 4 de octubre de 2010

Enfermedad

Estoy lejos de ser un hombre enfermo. Pero con los leves síntomas que estoy experimentando estos días me vale para reflexionar sobre ello. Y mi reflexión me dice que hay dos clases de personas, los que se apegan a la vida a toda costa pase lo que pase y los que les bastará la mínima excusa para renunciar a ella, los que se niegan a vivir con trabajo, en constante cuesta arriba. Yo soy uno de estos. Soy una persona rutinaria, me gustan mis rutinas. El hacer todos los días lo mismo y el quejarme blandamente de ello complementan mi existencia. Cualquier cambio me provoca ansiedad y lo fagocito integrándolo en una rutina que hace que mi vida sea menos espontánea que la sucesión de los días y las noches. Por otro lado, sorprendentemente, nunca hago planes de futuro por lo que pueda pasar, a pesar de que en mi fundamento vital está el que no vaya a pasar nada a poco que yo pueda evitarlo. Tal vez no es sorprendente, sino consecuente el que no haga planes de futuro, puesto que si planeo seguir igual, el futuro ya es el ahora, con lo cual un plan de futuro implicará un cambio de ese futuro que ya es ahora.

El caso es que estar enfermo, vagamente enfermo, me rompe, psicológicamente, a pesar de que procuro seguir haciendo lo mismo, la sensación de rutina. Este dolor que me viene cuando se agotan los efectos de la pastilla es como un indicador de cambio constante, como una interrupción del dormir que impide que el sueño tenga continuidad. En cierto modo me obliga a estar despierto, ¡Horror!, y consciente permanentemente de mi cuerpo y, por ende, de la realidad también. Y creo que esto es lo que me angustia. No poder mecerme en el adormecimiento de la cotidianeidad. Porque lo primero que se advierte cuando a uno le vienen una de estas es que nos pasamos la vida en un estado adormecido, prácticamente inconsciente, sobre todo de nosotros mismos, de lo que somos como seres vivos, pero también de lo que somos como seres sociales en donde estamos en un constante movimiento que impide toda reflexión y planificación. No vivimos, en este aspecto, sino que somos vividos, como llevados en la vida, la mayoría de nosotros. ¿Cómo son los que no son así?, pues me imagino que son esos tipos, a muchos de los cuales admiro en la distancia, que parecen estar siempre tirando de sus vidas, zarandeándolas de un lado para otro, y no siendo empujados por ella y esperando siempre a verlas venir. Yo estoy permanentemente en esa corriente pero he adquirido la habilidad de arrimarme al borde del arroyo donde el agua se remansa muchas veces y queda hasta estancada, qué delicia. El dolor, la enfermedad, te recuerdan que tienes un cuerpo finito, y te separan de la rutina y por lo tanto de la eternidad, te hacen consciente de cada paso, de cada pensamiento y de cada acción. Esta plena conciencia duele metafísicamente (lo que quiera que signifique esta palabra), angustia y desmoraliza si uno no tienen un espíritu combativo.