lunes, 30 de noviembre de 2020

El extraño caso del timonel, relato leído de Rafael Arozarena


 

Un extraño relato de Arozarena con esos ambientes oníricos o fúnebre o  ... que caracterizaban a los fetasianos como Isaac de Vega, Rafael Bermejo o Jose Antonio Padrón (aún no leído, por cierto, pero estoy en un tris de)

viernes, 20 de noviembre de 2020

Pedántico

Siempre te pregunto y tú siempre me respondes ambiguamente. Ahí va una vez más: ¿todavía me quieres?

No. 

¡Vaya!, echo de menos tu famosa ambigüedad.

Peeeero, puedo matizar.

Así me gusta. Confiaba en ti.

Quererte, quererte, así, quererte, yo creo que ya no te quiero. Pero no cabe duda de que pienso mucho en ti. Y que todavía quiero a aquel recuerdo que ya no eres tú... 

Donde hubo algo queda, dice el refrán.

¡Eh!Aquí el de los refranes soy yo.

Es cierto. 

...Y ahí voy, quiero decir, que en tanto en cuanto, dicho en términos vagos, eres la misma persona que aquella a la que amé, y que aún sigo amando a aquella persona, pudiéramos decir que todavía te amo como recuerdo viviente de aquella persona que fuiste.

¡Oye, que no me he muerto!

Pero has mudado de piel muchas veces, y de carácter, y yo, bueno, yo tampoco soy el mismo, sino otro que ha heredado los recuerdos de aquel que fui, y sus hábitos, que conservo, siendo otro, por nostalgia, pudiéramos decir, o por debilidad, o por vacío, es decir, por no tener con qué rellenar ese vacío que quedaría si me olvidara definitivamente de ti.

Entonces sí que me quieres.

Psé, un poquillo.

Es que eres un romántico. Pedante, pero romántico.

viernes, 13 de noviembre de 2020

El péndulo

 Siempre estoy entre dos ideas base del sentido de mi existencia. Una idea es que la mayor parte del tiempo rige el azar. Es decir, que nuestra situación actual en una buena parte se debe a la casualidad,  en otra no menos buena parte se debe a nuestra propia iniciativa. Pienso en muchas situaciones en las que podía haber cambiado todo y que si no lo hizo no fue porque yo decidiera… actuar o no actuar, da igual, sino porque las cosas se precipitaron de una determinada manera sin darme opción. Sin embargo, la otra idea es que yo, por ser como soy, estoy completamente predeterminado y que si volviera a vivir volvería a alcanzar este punto exacto de mi existencia irremediablemente. Vale, tendría otra camisa, no me habría pelado, mi hija se llamaría Pepe o tendría un coche a rayas, pero en esencia seguiría siendo lo mismo. 

Yo estoy más por esta segunda opción porque, por más que lo pienso, aquellas situaciones críticas en las que podía haber cambiado mi vida, en realidad lo que hizo el azar fue no someterme a la crisis de tener que decidir, sino que pasó de largo y tomó la opción por defecto. Son pocos esos puntos de inflexión que recuerdo, pero, en todos los casos sucedió así. Así que, aún me queda la sospecha de que si se me hubiera dado la oportunidad de tomar una gran decisión que torciera el rumbo de mi existencia, con toda probabilidad hubiera tomado la decisión que me habría traído hasta aquí.

No. Lo que pasa es que hay espíritus voluntariosos y hay espíritus remolones. Los espíritus voluntariosos corren hasta cuesta abajo, para decidir ellos en todo momento y no la pendiente. Los espíritus remisos se mueven a desgana, y aprovechan cualquier pendiente para alcanzar destinos insospechados que  por sí mismos nunca alcanzarían. Nada de azar. El azar es solo un recurso no un vector. El único vector es la voluntad, mayor o menor en cada uno. Como el calor. Cuanto más energía más calor, cuanto menos, frío. La voluntad es la energía de los destinos. 

Pero, ¿de dónde viene la voluntad?, vurgarmente hablando, ¿nace o se hace? Siempre ando buscando una vía de escape que me libere de la responsabilidad de una vida insatisfactoria. No es culpa mía, señor, es la sociedad la que me ha hecho así. La sociedad, la genética, la falta de imaginación, la falta de propósitos, el no estar suficientemente loco, el estar demasiado lúcido. En fin. La cobardía. Muchas necesidades en contra de ese azar que aparecerá o no. Y, si aparece, nos pillará en buen momento o no. 

Esto se va pareciendo cada vez más a un péndulo. Mientras hay tictac hay tiempo. Bendito sea.

martes, 10 de noviembre de 2020

Una entrada de relleno autopublicitario

 



Es un pantallazo del ranking de honor de las entradas a este blog.  Es claramente una estadística, ¿qué significa?. La entrada más accedida es una traducción de un trozo de Romeo y Julieta que hice una vez para comprender un diálogo que me parecía curioso. A eso le sigue un texto de corte romántico que le escribí una vez a una señorita que tenía esa manía de “alegrarse por mí”, lo que a mí me parecía una especie de a mí qué me importa dicho con elegancia. A la misma u otra señorita le escribí Tu cara da alegría porque esa es la emoción que me embargaba cada vez que miraba una fotografía suya, después de enjugarme las lágrimas. Y mira tú por donde, la misma señorita es la destinataria virtual de Amor Plutónico en el que comparo esa emoción platónica con aquel distante que fue planeta y dejó de serlo por un quítame allá esas órbitas. Estos cuatro superan, cada uno de ellos, las mil visitas, frente a los que siguen que ni llegan. Conclusión: la gente necesita amor. No. No amor, enamorarse, que no es lo mismo. La diferencia entre enamorarse  y amar es, más o menos, la que va de explotar a simplemente arder. Luego hay amores más o menos intensos. Los hay que apenas son rescoldos, y los hay, ¡ay dios!, que ya solo son ceniza.

Las dos entradas siguientes aluden al sexo. La primera solo en el título. Luego no toca nada ese tema, pero siempre he creído que su éxito está en el título. La segunda hablaba de una película que vi una vez, cuando era niño. Fue la primera ocasión que tuve de presenciar un acto sexual. Me había colado, por supuesto, en el cine. ¿Significa esto que después del amor lo que le interesa a la gente es el sexo? Muy probablemente. ¿Qué viene después? La cultura de masas, la cultura que todos compartimos, Love of lesbian (música),  Shakespeare, Álvaro Mutis (literatura), Eliseo Subiela (Cine) Y por ahí va bajando. El único posible tema de actualidad es el último del ránking, hablando de la manada. Pero no habla de esa manada, así que de nuevo el título le hace una jugarreta al lector curioso que viene creyendo que va a encontrar una cosa y encuentra otra mucho mejor.