martes, 4 de mayo de 2010

Holocausto Caníbal

Juan 6, (54-57)
“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece y yo en él. Como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, así mismo el que me come, él también vivirá por mí.”

Juan 20, (1-2)
El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”

3 comentarios:

  1. Estos dos párrafos no debieran nunca ser leídos o escritos de manera consecutiva. Sugieren demasiadas cosas; algunas de ellas perversiones eróticas, y francamente, ninguna que aprobase mi pobre madre.

    ResponderEliminar
  2. Cuando entró María, Simón Pedro y el otro discípulo siguieron masticando disimuladamente, y una inadvertida babilla roja les corría por las comisuras.

    ResponderEliminar
  3. Interesantísima interpretación de las escrituras. Es de agradecer una mirada abierta.

    ResponderEliminar