sábado, 21 de diciembre de 2019

La falta de melancolía de las mañanas de los sábados

"Puedo escribir los versos más triste esta noche",
pero son las 9AM y aún falta mucho
para rendirme al desaliento.
Además, estoy sentado en el retrete
y son buenas las perspectivas.
Puedo, sí, escribir los versos más tristes,
esta noche o mañana, tanto da, ahora no;
estoy desayunado, cagado y me dispongo a salir
a hacer la compra en el mercado,
dispuesto a dejarme deslumbrar por cualquier calabacín,
hacerle arrumacos a las cebollas, dejarme tentar
por los ojitos muertos de los pescados
en cama de hielo, bromear con el carnicero,
que quiere regalarme un cochino
con tal que no me haga vegetariano.
En fin, dispuesto a lo por venir.
Ya veremos a ver si es esta noche
cuando escriba esos versos.
Yo creo que no. Los versos tristes
no se me dan muy bien. Ni los otros,
qué más da. Que salga lo que quiera,
cuando quiera y como quiera. Y, por dios,
que no me pille trabajando, la inspiración.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Noticias del día

Es todo tan complicado. El clima, la basura, la contaminación, los refugiados, estos políticos que no llegan a un acuerdo, que tampoco importará demasiado, ese pobre ancianito que han recogido ayer del suelo, el señor desaparecido en Teror, el forense abusando sexualmente del cadáver de una niña, o el que muere atropellado por un camión de la basura, tal vez después de dejar su basura convenientemente separada en cada uno de los contenedores. Por fortuna Zara tiene la blusa con volantes perfecta si buscas un look versátil y a la vez sensual. Y para completar, lo último en lencería: braguitas vibratorias y ligueros de cuero vegano. Que esa es otra, esos pobres animalitos sacrificados. ¡No en mi nombre, no en mi nombre!, no soy yo quien los mata, solo me como las hamburguesas. Pero el cuero, nooo, prefiero el cuero vegano, es más chic.
Y en fin, hasta aquí mi ración de compromiso social de hoy, cerremos con el tradicional amén:
¿Y qué puedo hacer yo ante todo esto?
Me voy a casa, que me espera un plato de potaje de arbejas. A lo mejor son solo guisantes. Después dormiré la siesta y por la tarde, si consigo levantarme, me daré un garbeo por el supermercado a comprar servilletas, que se nos olvidó en la última compra. Servilletas de papel reciclado envueltas en plástico reciclable. ¿Qué más se le puede pedir a un ciudadano que poner unos cuantos memes en facebook?, me pregunto yo. Como ese ciudadano comprometido que ante la noticia del ancianito reclama, exige justicia: “SI ES UN PERRO ladrando, desde el minuto uno activan los "protoculos". A ver sí la fiscalía abre una investigación y exige responsabilidades penales a los encargados de su seguimiento...; no lo creo, ya que se trata de un hombre, español-canario, blanco, anciano, heterosexual y cristiano; y la justicia está más para las "minorías discriminadas", que para eso reciben cursillos y talleres de reciclaje. Varios días TIRADO EN EL SUELO..., dice la noticia...” Me indigno como él. Ese pobre ancianito tirado por el suelo mientras los perros y los negros y los maricones y los comunistas y los musulmanes andan por ahí como si nada, a lo peor haciendo cursillos subvencionados, sin sentirse culpables de ello, sin ayudarle, y LO QUE ES PEOR cobrando de nuestro gobierno. Mientras nuestros pobres, pobres ancianitos agonizan en sus casas, solos, abandonados por esos burócratas. De qué raza sería el señor que gusta de mojar el churrito en los cadáveres frescos, me pregunto. O los que fabrican las famosas braguitas vibrátiles. De qué raza eran los que conducían la ambulancia, espero que blancos, heterosexuales y cristianos comme il faut. ¿Y el que conducía el camión de la basura? ¿Sería homosexual el muerto atropellado? A lo mejor se lo merecía porque no separaba la basura. Soy canario por la gracia de Dios. Gracias señor. Ya no te digo haberme hecho hombre heterosexual, por el momento, pero no me hagas viejo, señor, conviérteme en negro inmigrante para obtener todos los beneficios que se pueden extraer de nuestra extraña sociedad que premia a los malos y castiga a los buenos. Que a veces no sabes muy bien qué es lo que pasa con tu creación, señor. Ah,  y mándame una buena mujer que me cuide.  Adiós, señor, tuyo afectadísimo...

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Don Facundo y yo

1.-Me he dado cuenta, leyendo a Facundo Cabral, de que todos los ricos quitan importancia a aquello en lo que son ricos, en el logro de su felicidad.  Los millonarios, a su dinero; los impetuosos, a su ímpetu; los calmos, a su calma; los competitivos, a su competencia. Todos quieren ser valorados por el esfuerzo que se han tomado en conseguir ser lo que son. Pero mi duda es, ¿serían lo que son si ya no lo hubieran sido?  ¿En qué medida nos ha venido dado y en qué medida hemos construido –o destruido– lo que somos o podíamos haber sido?
Facundo Cabral, por ejemplo, nació ya rico de sí, mientras otros hemos nacido pobres de nosotros. Llegar a ser Facundo Cabral, tal vez no le haya sido cómodo, tal vez ha tendido dificultades, pero al final lo ha conseguido. No niego todo su esfuerzo, pero él tampoco me puede negar que ya tenía gran parte del camino hecho, él trabajaba a su favor.
Creo que otros no tenemos esa suerte. Mi hipótesis es que los que de verdad han tenido que trabajar luchando contra sí o a pesar de sí mismos para conseguir lo que han conseguido y que les da una especie de felicidad, viven con permanente miedo de perderlo. En cambio los que de algún modo ya eran lo que fueron y su trabajo consistió en reforzarlo, siempre se han sentido ser lo que son y por lo tanto no conciben que puedan perderlo. Y por eso don Facundo habla, a veces, con ese desprecio de nosotros, los que no tuvimos la suerte de ser como él y conquistar su libertad. Le odio cordialmente, don Facundo.


2.-Algunos nos pasamos la vida esperando a dejar de ser esclavos para ser libres. Envidiamos a otros que consideramos ya libres, (como Facundo Cabral –estoy leyendo ahora su Paraíso a la deriva– , a quien no conozco más que por lo que dice, porque, ¿cómo ha sido?, ¿cómo trataba a la gente?, ¿cómo se sentía cuando estaba solo?, ¿era en verdad lo que decía o eso que decía era lo que quería ser?, ¿era real o era un personaje?); pero que tampoco es por su esfuerzo, simplemente no tuvieron más remedio, pensamos; y nos consideramos más libres que otros que ni siquiera sospechan que son simples marionetas.
Ya sabemos todo lo que hay que saber para liberarnos. Y sin embargo seguimos esperando la oportunidad, el momento, o, por el contrario, razonamos que no existe tal cosa como la libertad tal y como la soñamos, sino que simplemente es una sublimación de todo lo que no somos y no tenemos ahora, y que esto, que somos y tenemos ahora, sería la libertad de ese otro estado cuando ya nos hubiéramos habituado a él. Tal vez todo sean trampas de la mente. Tal vez esto es la felicidad y no queda nada que esperar, como dice la canción1. Tal vez, estos talveces sean la demostración de ello, el hecho de que podamos perder el tiempo pensando en lo infelices que somos corrobora nuestra felicidad.
(Sí, felicidad y libertad son esencialmente la misma palabra. Para qué va a querer uno ser libre sino para ser feliz. Qué clase de felicidad puede ser una en la que no se es libre)



(1) Todo es tan fantástico como el cartel de las farmacias, canción de Detergente Líquido


miércoles, 4 de diciembre de 2019

Jesús y el zapatero, relato que cuenta Facundo Cabral

Me gusta la historia que cuenta Facundo Cabral acerca de un zapatero que es visitado por Jesús para que le arregle una sandalia.
Pero, no voy a poder pagarle, dice Jesús, porque no tengo con qué. Y el zapatero responde que él no trabaja por entretenimiento sino para comer, y que si lo que hace no le da de comer no le vale la pena hacerlo. Entonces Jesús le responde que él puede concederle, a cambio de su trabajo, lo que desee. El zapatero le responde, con sorna, que si podría, por ejemplo, concederle el millón que necesitaría para ser feliz y no tener que volver a trabajar.  Jesús le pregunta que si es tan pobre que no le alcanza para ser feliz, y el zapatero le responde que ser feliz es un vicio muy caro.
Entonces Jesús le promete que le concederá ese millón y dos más si a cambio está dispuesto a renunciar a sus piernas. El zapatero se espanta y, con un gesto de rechazo, contesta que para qué quiere él esos millones si no va a poder disfrutarlos viajando, paseando, corriendo por el campo entre las flores y los árboles, sintiendo la arena en sus pies descalzos, nadando en el mar.
Jesús le insiste, lo multiplica por diez si a cambio renuncia también a sus brazos. El zapatero se horroriza, cómo va a vivir sin brazos y sin piernas, cómo va a acariciar, cómo va a comer, cómo va a abrazar, qué clase de felicidad se consigue sin esas cosas.
Jesús insiste una vez más, lo multiplica por cien si a cambio está dispuesto a desprenderse también de los ojos. Y sin ojos, sin piernas, sin brazos, para qué vivir, dice el zapatero. No volveré a ver a mis hijos, a mi mujer, no disfrutaré de la belleza de los atardeceres, al cerrar la tienda y volver a casa. No podré leerle cuentos a mis hijos.
¡Qué afortunado y qué ignorante eres!, dice Jesús, vives con cientos de millones y ni siquiera te das cuenta.

Años después, el zapatero se acordaba todavía de aquel mendigo que le pagó un arreglo con una buena historia.



viernes, 22 de noviembre de 2019

El final de la libreta

Las hojas finales se rellenan con desgana, con conciencia plena de la poca importancia que tiene todo aquí, al borde del precipicio del final de la libreta hacia el que nos lleva cada palabra que escribimos, con independencia, indiferencia, de que sea vulgar o sublime, procaz o recatada, poética o matemática.
Detenerse es inútil, no hay conciencia en el papel sino cuando hay escritura y por lo tanto no hay consuelo en la interrupción de la escritura, el final sigue ahí, aguardando.
Ya no hay tiempo. Puedes esperar todo lo que quieras para completar la última página y media pero no puedes eludir que con cada línea, por lenta y apretada que la escribas, por profundo o leve lo que escribas, da igual, el paso es el mismo, el final no se retrasa.
Aquí no importa el tiempo, aquí solo importa el espacio como única dimensión, la distancia que nos aleja del (nos acerca al) final, la imposibilidad de detenerse, engaño fingido, el vértigo de padecer que cada trazo es fatal y no importa nada más. Fría naturaleza sin conciencia y por lo tanto sin piedad, sin rencor, sin impaciencia; con la voraz, insaciable, indiferencia con que lo devora todo, anulándonos, anulando nuestro esfuerzo creador o destructor, anulando nuestra emoción, nuestra esperanza de que todo lo escrito sirva para algo, para alguien.
Los nervios de la proximidad alargan el trazo, separan las líneas, parecemos ansiosos por acabar ya; ¡ya qué importa!,  a qué viene esmerarse, encontrar la palabra adecuada, la expresión idónea, nada sirve.
Mejor olvidar, escribir como si fuera para siempre y que, en lo más feliz del relato, en lo más triste o en lo más nada, al cruzar la acera y alzar la mano para saludar, se acabe todo y a otra cosa, otra libreta tal vez, donde, con la misma indiferencia, todo renace y todo está por venir.
Pero aún no. Aún nada sabemos, nada podemos saber, nada hay que saber más que: que esta es la última página.
El Horror, no hay ya engaño posible, ¡no puede ser, me queda tanto por querer decir! No hay espacio suficiente, aún es demasiado pronto. Ya está aquí. Titubeamos, se nos seca la tinta en la pluma, inútil, todo es inútil, qué mas da. Yo que tanto quería y toda esta nada. No hemos escrito nada y ya está aquí el final de la libreta. Hemos jugado todo el tiempo y ahora, ahora al final, ...tampoco; no, tampoco tenemos gran cosa que decir.
No padezcamos más. Dejémoslo aquí. Todo es inútil. Todo fue inútil. Escribirlo ahora también.
Simplemente

FIN

martes, 29 de octubre de 2019

Los escritores de fama (en dos frases y media)



Los escritores, sobre todo los que tienen éxito y son entrevistados por las grandes cadenas de divulgación, salen en televisión, los invitan a conferencias, esos que abandonan a sus mujeres de toda la vida para irse con otra más joven que sí que les comprende en su genio creador, esos escritores, fingen que trabajan mucho para crear sus obras, que emplean horas y horas de duro trabajo manual y mental, pasando páginas, leyendo, tomando notas, escribiendo, borrando o arrugando papeles que lanzan a las papeleras atestadas que sus atentas mujercitas, las de antes, recogen, en silencio, para no perturbar al maestro, que tiene un humor de mil carajos cuando alguna historia se les atrabanca y no quiere salir.
Lo hacen, fingir que se trata de un trabajo de mil demonios, porque son conscientes de la importancia de la literatura, y quieren hacerla valer, para que los lectores, y los no lectores, pero que les conocen porque salen en televisión, en entrevistas y tertulias, y en las revistas de modas y quién es quien, que siempre van juntas, no piensen que son una partida de vagos que viven del aire y de convencer a los demás de que esa nada que visten es tan sutil, tan delicada, tan sublime que solo unas almas espiritualmente superiores, con clara conciencia de su valer y altruista sacrificio  al entregar su vida para el goce y disfrute de los demás, pueden vestir con humilde orgullo. A veces tienen frío, pero vale la pena.

sábado, 19 de octubre de 2019

Incidente de barrio...fino.

 Podría mentir y asegurar que me sucedió tal y como lo cuento, pero faltaría a la verdad, solo sucedió en mi cabeza a partir de un par de incidentes sin importancia que allí se multiplicaron con detalles inexistentes, aunque perfectamente factibles. Aún así si hubiera sucedido, contarlo resultaría tan soso que no valdría la pena. Para revalorizarlo hay que acudir al estilo y eso es lo que he hecho. El estilo hace imposible que algo tan trivial pueda ocurrir en la realidad y por lo tanto lo convierte en literatura.


Regresando del mercado con mi carrito medio invadiendo la vía, recibo el apercibimiento sonoro de un automóvil que hace notar su presencia tras de mí, impaciente, tal vez, porque le deje franca la travesía. Consciente de mis deberes cívicos tiro del carro y me arrimo a la pared, que la acera es estrecha, y entonces compruebo que el vehículo pertenece a las fuerzas del orden urbano.
Al rebasarme, el agente que iba por el lado del acompañante me agradece el gesto y luego hace un comentario acerca de mi vestimenta:
–-Muchas gracias, caballero, si es que lo es, que sus vestiduras disfrazan a la perfección tal condición, si la tuviera.
—A servir –respondo a tan amable gesto–, que es mi obligación ciudadana.
—Todo lo contrario –insiste el guardia–, si aquí hubieren servidores, habríamos de serlo precisamente nosotros que juramos por ello. Aunque a mí me gusta pensar que todos somos ciudadanos y por lo tanto colaboradores en el bien común.
—Bien hablado, agente –le alabo sin ánimo adulador –. Y en cuanto a mi condición, lejos estoy de méritos aristocráticos, ni por herencia familiar ni por lazos religiosos o de mera formalidad civil. No obstante, no le desengaño en cuanto a que mis actuales vestiduras no responden a mi condición de clase media boyante. Ocurre que siendo festivo relajo mis habituales exigencias en cuanto al decoro, siempre dentro de los márgenes que la ley nos asigna para no herir la sensibilidad común.
—Se ratifica usted en la oratoria, y juzgo loable su actitud, y aclaro que en modo alguno expresé mi comentario como como desaprobación, ni como conciudadano, ni mucho menos como agente de la autoridad, bajo cuyo uniforme no encuentro en absoluto ninguna desviación de la legalidad en su elección de indumentaria.
—Así lo colegí yo cuando la escogí sin poner el acto los criterios de pulcritud y buen gusto que suelo emplear para la selección de mis habituales vestimentas laborales.
—Pues que tenga usted un buen día y asegúrese de ponerme a los pies de sus familiares si los tuviera.
—Serán transmitidos sus saludos, y, le aseguro, recibidos con regocijo.
Y así, continuó el coche de los guardias calle adelante mientras yo retomaba mi cansino tirar del carro cargado con las viandas semanales.
El automóvil oficial no llegó muy lejos, porque alcanzando la esquina hizo amago de querer torcer en dirección contraria a la debida, acto que desaprobó en voz alta una señora.
—Por ahí no se puede, caballero, que es dirección contraria.
El agente se tomó muy a bien la advertencia, aunque desengañando a la señora respecto a sus intenciones.
—Soy consciente de ello, comprometida ciudadana, no obstante que no entraba en mis propósitos atacar una vía en la dirección contraria a su uso consuetudinario, y único admitido por las normas de tráfico. Me siento en la obligación de aclararle que las razones de mi extraña maniobra han sido que pretendo detener el vehículo por unos instantes en este preciso lugar y busco la manera de hacerlo sin entorpecer el tráfico. La razón de este aparentemente anómalo comportamiento es que, aquí, mi compañero, y yo, debemos realizar un servicio de inspección que nos tomará unos breves minutos, pero que exigen la completa detención del vehículo y el desembarco del mismo con el fin de cumplimentar los trámites por razón de los cuales nos encontramos en este lugar.
—Ah, bien, bien –se disculpó la mujer–, disculpen entonces la impertinencia de mis indicaciones.
Entonces fue cuando yo mismo volví a alcanzar al grupo que ya se disolvía, pero antes de que ello ocurriera creí oportuno hacer partícipe al amable guardia urbano de una anomalía que había apreciado en su vehículo. Y era la tal que
—Si me permite la observación, no he podido evitar  comprobar que uno de los indicadores de frenado de su vehículo, en concreto el izquierdo, no cumple su necesaria labor cuando el conductor del vehículo tiene la precaución o necesidad de presionar el pedal de freno.
—Le agradecemos mucho esta indicación, caballero, –“no, no, ya le he dicho que soy un simple ciudadano de clase media”,me vi obligado a clarificar –, que no consideramos baladí pues, fuerza es reconocer que cuando advertimos esta anomalía en un vehículo civil, inmediatamente echamos manos a código de circulación, normas de tráfico y libreta de multas para clavarle una sanción. Bien que en muchas ocasiones comprendemos perfectamente que el ocupante del vehículo puede no haber incurrido, como a nosotros nos ha ocurrido en este preciso instante, conscientemente en esta clase de violación del código.
—Como ciudadano, simplemente lo consideré un deber.
Acto seguido, y con una ligera inclinación de cabeza, continué mi camino hasta mi casa que se encontraba unas pocas puertas más allá. Abrí, entré y no hubo nada más.

sábado, 12 de octubre de 2019

Cine

Blindado (Argentina, 2019, Eduardo Meneghelli)
https://www.youtube.com/watch?v=d9tHjQ4sOJk

Una película un poco lenta, pero no lenta por densa sino lenta. También es un poco inquietante por el personaje ese que tiene, que se parece a Aznar de joven. Es un poco inexplicable el final, no me resulta adecuado. Tal vez por la cara de ella que no tiene pinta de matada, y como actúa es más de matada. El tio cree estar salvándola pero a lo mejor no es así, y evidentemente quién coño es este tio, todo es muy raro, también se comprende la actitud de ella. Pero en general no es una película para la historia del cine. Hoy, ahora, tal vez mañana...


31/08/2019

La Trama (EEUU, 1976, Alfred Hitchcock)
https://www.youtube.com/watch?v=HKwja7mgEGg
hitch your cock, man

Una auténtica trama. Resulta que hay una pareja de, digamos, estafadores de nivel bajo, que explotan las habilidades de ella como medium sumada a la credibilidad de las viejitas con dinero y remordimientos. Una de estas viejitas les pide que busquen a un cierto niño que ella obligó a entregar en adopción a su hermana por mantener el buen nombre de la familia. La pareja se pone a buscar pensando el generoso agradecimiento de la anciana. Ahora bien, el fulano al que buscan no quiere ser encontrado porque es un mal tipo al que le ha ido bien. Tan bien que la película empieza con la entrega del rescate de un secuestro, que consiste en un enorme diamante, y ya tienen en marcha otro nuevo secuestro, al obispo, por el cual obtendrán un segundo diamante no menor. Estos tipos empieza a acercarse demasiado y el mal tipo intenta eliminarlos, pero los jodíos tienen suerte. Al final ellos dan con él justo en el peor momento.

31/08/2019
Inherent vice (EEUU, 2014, Paul Tomas Anderson)
https://www.ojomovies.com/pelicula/79103

Está basada en una novela, de las cortas, pero enrevesadas, de Thomas Pynchon. Es imposible describirla, pero vamos allá
Dock es un porreta de Gordita Beach que es investigador privado.
Un día llega ella con un problema. Ella le dejó hace tiempo. Ahora está con un tal Wolfman,un tipo conocido, muy rico. Pero la mujer y el amante de ella quieren inhabilitar a Wolfman, porque este, de repente, se ha vuelto muy hippie y quiere regalar sus propiedades. Por otro lado, en su oficina, un hermano le pide que busque a un tal Glen que le debe dinero. Se conocieron en la cárcel. Glen es de la hermandad aria, es decir, racista, pero "teníamos intereses comunes". Resulta que Glen es guardaespaldas de Wolfman. Así que Doc (Larry Sportelo es su nombre completo) va a echar un vistazo a los terrenos donde Wolfman está promocionando un complejo de viviendas, Channel View. Allí lo único que hay es una casa de masaje.  Allí sufre Doc un percance y, cuando despierta, se encuentra tirado en el suelo junto al cadáver de Glen y a toda la policía, incluyendo a Bigfoot, un policía que por lo visto la tiene cogida con Doc y con todos los jipis en general.
Doc acepta contarle todo lo que descubra a Bigfoot en su investigación. Un nuevo caso se suma, un tal Cloy, saxofonista de una banda, ha desaparecido. Su mujer le pide que lo busque. La chica de Doc vuelve a desaparecer. Doc recibe una postal que le da una pista. Le lleva a un edificio que por lo visto es un sindicato de dentistas. Su especialidad, según sospecha Doc, es arreglarle los dientes a los drogatas, porque la droga se come todo el calcio del cuerpo y deja los dientes hechos una mierda. También se entera doc de que hay por ahí un barco, el Golden Fang, que es seguro que se dedica al tráfico de droga. Pero Golden Fang es una conocida secta mafiosa de origen chino que probablemente gestiona el sindicato de dentistas. Es decir suministra la droga que destroza los dientes a los muchachos y luego les ofrece la solución. También hay por ahí una clínica de desintoxicación. Precisamente ahí encuentra a Wolfman, y también al tal Cloy que se está escondiendo porque teme que lo mate por haber sido soplón. etc.


Después de la lluvia (Japón, 1999, Akira Kurosawa
https://www.youtube.com/watch?v=IeWc32b8wDA

Un ronin, por lo que parece un hombre de armas que busca empleo. está detenido en una posada mientras llueve y el río baja fuerte. Es un hombre muy amable que trata de hacer la vida de los que le rodean un poco mejor. Consigue apaciguar los ánimos de todos los recluídos en la posada, ya nerviosos por la espera a que deje de llover. Tras la lluvia, en un paseo por el bosque, impide un duelo entre jovencitos exaltados. El señor de los alrededores es testigo de tan valeroso como desinteresado acto y lo invita a su casa. Tras conocerlo mejor insiste en que sea el jefe de su guardia. Pero nota cierta oposición entre sus empleados. Decide que se celebren unos juegos en los que se perciba la pericia del guerrero con las armas. Tras vencer a todos sus contrincantes, y ante la falta de nuevos candidatos, el propio señor decide enfrentarse al caballero. También es vencido lo que le provoca un terrible enfado. El ronín lleva tiempo andando por los caminos, le ha contado al señor, porque siempre tiene problemas con sus señores. Cuando regresa, apesadumbrado, a la posada, le cuenta a la mujer lo que ha ocurrido. La mujer que lo mismo le ha ocurrido ya otras veces. Los problemas que tiene con sus señores es que envidean sus destrezas. Pero esta vez el guerrero tiene esperanza de que este señor sepa vencer su orgullo.

The edge (Rusia, 2010 Alexei Uchitel)
https://www.youtube.com/watch?v=x7FmBYKbvOM

Se trata de un campo de prisionero en Siberia. Están relativamente bien porque no son exactamente prisioneros sino gente que enviaron allí por sospecharles colaboradores con los nazis. Parece que durante la época de Stalin, todo el que sobrevivió a la guerra fue luego sospechoso de colaborador con los nazis. Un maquinista llega al campo. No tiene tren. Se pelea con los otros maquinistas. Se entera de que en la selva hay una locomotora abandonada y va a buscarla. Encuentra la locomotora, y dentro de ella a una chica. Una alemana que con su padre y un colaborador estaban en rusia trabajando en la construcción de un puente cuando se declaró la guerra. A los hombres los mataron pero ella, milagrosamente, lleva viviendo en esos bosques todo el tiempo que duró la guerra. Estamos en septiembre de 1945.

Late Spring (Japón, 1949, Yasujiró Ozu)
https://www.youtube.com/watch?v=PkH6P_fDlds

Una película que transmite paz. Con un sencillísimo argumento familiar que fluye con un ritmo que te deja como en estado de melancolía feliz. Ya no se hacen películas como esta. Ya no estamos preparados.


Rapsodia en agosto( Jaón, 1991, Akira Kurosawa)
No sé qué significa Rapsodia. Una familia se entera de que en Hawai tienen a un tío que se está muriendo. Dos hermanos van a visitarlo mientras sus hijos se quedan con la abuela, que es hermana de ese tío. Mientras esperan, la abuela les cuenta acerca del momento en que cayó la bomba de Nagasaki. El abuelo y algunos de los hermanos de la abuela murieron a consiecuencia de la bomba. El hermano de Hawai quiere saludar a la abuela, pero ella no recuerda que él sea uno de sus once hermanos y se niega a ir. Por fin se decide pero hay que esperar al 9 de agosto, porque es el día que se lanzó la bomba en Nagasaki y cada año se celebra una conmemoración. Resulta que los padres de ls chiquillos no informaron a sus presuntos parientes de Hawaii de que su abuelo murió como consecuencia de la bomba. Cuando se entera, el hijo de ese pariente decide venir a Japón a cumplimentar a la abuela. Mientras está en Japón muere su padre. Por fin la abuela recuerda a su hermano, pero eso le hace volver a los recuerdos del día de la bomba. Una noche de tormenta escapa para ir, en su imaginación, a buscar a su marido a Nagasaki.(Esoty muy llorón, lloré mucho mirando esta película. También es domingo y suelo echarme unos vinillos, pero ..)

20/09/2019

Nostalgia (URRS, 1983, Tarkosvski)
https://www.youtube.com/watch?v=C6_kBg3_g10&list=PLjJN7UyMmuVUXX7Uqxd_qog1DUqJSK9bD&index=21

Un escritor ruso, Gorchakov, está por italia visitando los lugares que un músico ruso del siglo diecisiete anduvo. Está escribiendo una biografía suya. Le acompaña su traductora al italiano. Ella está enamorada de él pero él está a otra cosa. Llegan a una villa donde hay unos baños sulfurosos consagrados a una Santa Caterina. Allí conocen a un loco, un tal Doménico, que mantuvo encerrada a su familia en su casa durante siete años porque creía que iba a venir el fin del mundo. El poeta quiere preguntale por qué lo hizo. El hombre le ha respondido que porque era egoísta y quería salvar solo a su familia, pero que ahora sabe que tiene que salvar a todo el mundo. Una forma de salvarlo es cruzar la piscina de aguas sulfurosas con una vela encendida. POr alguna razón él, el loco, no lo consigue. Y confía al poeta que lo haga él. El poeta no se lo toma en serio hasta el final. Al mismo tiempo que él está intentando esa proeza, el loco está en Roma sacrificándose por la humanidad.


21/09/2019

The whispering star (HisoHisoBoshi) (Japón, 2015, Sion Sono)
https://zoowoman.website/wp/movies/thewhisperingstar/

Explicar esta película es un poco peliagudo. Veamos. Hay una nave espacial con fregadero, que gotea, y lavadora. Tiene forma de casa tradicional japonesa. Pero es una nave de reparto de paquetes por toda la galaxia. Los humanos estan esparcidos por ahí y esta nave, tripulada por una inteligencia artificial que la conduce y una androide que se encarga de llevar los paquetes a su destino, va de planeta en planeta llevando paquetes. Un transporte puede tardar diez, quince, veinte años. Y en un rato que a la androide le da por curiosear, lo que hay dentro de los paquetes son cosas como fotografías, lápices, cajas de fosforos, ...) Yo creo que está rodada, en los exteriores, en la zona del desastre de las inundaciones de Japón, pero no, porque esas fueron en 2018, parece.  No sé. Película curiosa. Cuya temática tiene que ver con el paso del tiempo, pero no con el envejecimiento, sino con el hecho concreto del paso del tiempo.

29/09/2019

the flying holander (El holandés errante en castellano, 1995, Jos Stelling, Países bajos)
https://www.youtube.com/watch?v=GJz9s8t-t4w

Una película de las de antes. De esas que contaban una historia. Esta es la sensación que te da, que te acaban de contar una verdadera historia. Transcurre en la época de las guerras de religión en los países bajos, cuando los españoles imponían allí su ley. El personaje es un muchacho inocente que solo desea volar, y navegar, y nunca lo consigue. Me encantó la película.

12/10/2019
El cerrajero (2014, Argentina, Natalia Smirnoff)
https://www.filmaffinity.com/es/film776009.html

Un cerrajero que se ve afectado por una extraño humo que ha invadido la ciudad y que nadie sabe de dónde viene. La afección viene en forma de premoniciones o conocimientos sobre sus clientes que expresa sin poder evitarlo y que, a veces, le meten en problemas.
Su verdadera afición son las cajas de música y está intentando construir una con piezas de cerrajería. Una película tranquila. Extraña. No, extraña no. Tal vez es extraña porque es tranquila.Hay una novia que está embarazada. Pero al final decide quitarse de problemas, justo cuando en una de esas premoniciones eĺ "sabe" que el niño es suyo.
Hay una peruana que cree que él tiene un don y espera que le comunique cómo resolver sus problemas. Cosas así.

martes, 1 de octubre de 2019

Pamela

Estoy leyendo una novela Joan Perucho que se llama Pamela. Relata en ella las investigaciones del polígrafo Marcelino Menéndez Pelayo acerca de una dama inglesa que durante el reinado de Carlos IV, andaba por Madrid haciendo labores de espionaje. En lo referente a la tal dama, Pamela Andrews, sabemos de ella por cartas que le envía a Lord Holland (Henry Richard Vassal Fox, hispanista, y personaje influyente, amistado con los llamados afrancesados), y que son, por el momento, la única referencia de don Marcelino sobre esta mujer.
Una de las historias, aún inconclusa porque no sé el final, que se cuenta en esas cartas, es la de un tal O'Farrell, que ha desaparecido de su piso en su calle de los Bodegones de forma misteriosa. Primero se dijo que había sido comido por las chinches, luego que un monstruo salió del sótano, entró en su cuarto y se oyeron unos gritos horribles. Cuando por fin se pudo acceder al cuarto no había rastro del monstruo ni del propio O'Farrell.
Esta historia me recuerda mucho a la de Poe, Los asesinatos en la calle Morgue. Como Joan Perucho mezcla realidad y fantasía en sus narraciones en dosis tan medidas que no se sabe qué forma parte de la una y qué forma parte de la otra, he buscado en internet referencias a este tal O'Farrell y he llegado a la conclusión de que se trata de un tal Gonzalo O'Farrill, nacido en Cuba en 1754 y muerto en Francia en 1831. Durante la época en la que transcurre la novela servía al rey Carlos IV en varios cargos que lo llevaron a viajar por toda Europa. Entre otras cosas al reino de Etruria que duró brevísimos años en la costa mediterránea de Italia, en el que habían instalado como reina a una hija de Carlos IV.
Aunque se habla de un periodo de enfermedad, formó parte del grupo que huyó a Francia tras la rebelión de Aranjuez.
De la calle de Bodegones, he leído por ahí que ya no existe, que se encontraba entre la calle de Alcalá y Arlabán, también se llamó calle de Hita y fue conocida como Travesía de los peligros.



https://es.wikipedia.org/wiki/Marcelino_Men%C3%A9ndez_Pelayo
https://es.wikipedia.org/wiki/Joan_Perucho
https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Richard_Vassal_Fox
https://es.wikipedia.org/wiki/Gonzalo_O%27Farrill
https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_IV_de_Espa%C3%B1a
https://madripedia.wikis.cc/wiki/Calle_de_los_Bodegones

domingo, 22 de septiembre de 2019

De la película de Tarkosvki, Nostalgia.



En la tal película hay un fulano, que se llama Doménico. Estaba loco. Lo tuvieron que sacar de su casa donde tuvo encerrados a su mujer y su hijo durante siete años porque temía que llegara el fin del mundo. Cuando el personaje, el poeta ruso Gorchakov, habla con él, Domenico apenas le explica que había sido egoísta; que él había pretendido salvar solamente a su familia; pero que ahora se proponía salvar a toda la humanidad. Esta es la razón de este discurso final. Despertar a la humanidad.
Mientras él está dando este discurso, Gorchakov está en la piscina de Santa Caterina, cumpliendo la promesa que le había hecho a Domenico: cruzar la piscina de aguas sulfurosas con una vela encendida. Doménico lo había intentado pero los espíritus le apagaban la vela. Por eso se lo pidió a Gorchakov, que, en un primer momento, rechazó la tontería, pero luego, cuando supo que Domenico estaba en Roma, recordó el compromiso y decidió cumplirlo. Casualmente, y es un signo benévolo, cuando llega a Santa Caterina, han vaciado la piscina para limpiarla. Después de varios intentos, lo consigue.

Por las mañanas salgo a pasear a Poncho. Una ciudad es todas las ciudades. Pero cada una es "todas las ciudades" a su manera. Esto es un poco de la mía.

La música final es un fragmento del tema Valuska, del compositor Húngaro Mihaly Vig. Lo conozco (el tema y al compositor) de las películas de Bela Tar. Este tema en concreto pertenece a la la versión que hizo Tar de la novela de Lazslo Krashnahorkai La melancolía de la resistencia.

(para compensar la falta de calidad del vídeo, el autor trata de despistar a los oyentes-lectores con un palabrerío lleno de referencias cultas que trata de mantener el respeto que los oyentes-lectores le han perdido al ver y oír el infame vídeo que les ha colado)

viernes, 20 de septiembre de 2019

La realidad y el sueño


La vida es ese combate de boxeo que tiene un claro vencedor que derriba a su oponente en cada asalto. Pero este, milagrosamente, consigue ponerse en pie al siguiente para caer de nuevo justo antes del gong.
Se derrumbará por KO en algún asalto o perderá irremediablemente por puntos al final. Pero, a pesar de ello, seguimos apostando por él.

¿Qué quiero decir con esta tontería? Que la realidad es la que prima sobre el sueño. Que la realidad es la que tiene puños, y piernas, y golpea, mientras que el sueño, ¿qué es? Solo una capa de imaginación que interponemos entre la realidad y nosotros. Pero a poco que lo analicemos todo es ficción. Las formas, los conceptos, todo se lo aplicamos nosotros a esa matriz infinita de percepciones que recibimos de la realidad. Lo que diferencia a un armario de un dinosaurio manso es solo una interpretación de disparos neuronales. Llamamos realidad a la parte de esa interpretación que nos sirve con más efectividad e inmediatez para desenvolvernos y sueño a otra forma de interpretarla que no está tan pendiente de la respuesta que recibamos. Pero al final todo es el mismo continuo, uno más acá y el otro más allá de un impreciso límite que está determinado por la supervivencia. En nada nos perjudica percibir un armario como un dinosaurio manso, pero es muy peligroso interpretar un coche que viene hacia nosotros a toda velocidad como un amigo que viene a saludarnos.
La cuestión es que pese a su inefectividad nos emperramos en conservar los sueños. Mira las canciones, mira las películas, mira los libros, mira esos extraños cuadros o esculturas. El arte en general. Conceptos como amor, amistad, valor, patriotismo, compromiso, que tenemos perfectamente idealizados, imprecisamente definidos. Que chocan cada día contra sus consecuencias en la realidad, la consecuencia de creer en ellos,  pero que no por ello abandonamos. La violencia misma como sueño, mira esas películas con las que estamos tan fascinados y enfréntala a la realidad de una guerra. Es increíble que el,  yo qué sé, noventa por ciento del cine que vemos se centre en alguien que mata a alguien por una imbecilidad como tener más dinero para comprarse coches, o bikinis, o estar tumbado en una piscina tomando daikiris. ¿Por qué nadie analiza esas cosas o, si lo hacen, no salen todos los días esos análisis en los periódicos para que comprendamos lo estúpidos que somos?
No se trata de no soñar, dios me libre. En todo caso se trataría de ser más coherentes con nuestros sueños. Tal vez redefinir nuestros sueños en función de la realidad. Tal vez actuar sobre la realidad para que nuestros sueños sean más factibles. Pero es que la única realidad somos nosotros. Es decir, donde único tenemos que actuar es sobre nosotros; y todo lo demás … todo lo demás es inamovible, porque esa es la auténtica realidad. Cuando nos tropezamos con una piedra deberíamos dejar de esperar a que la piedra se quite.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Enfado electoral

¿Y no será que no quieren gobernar porque saben que no saben y que la única manera que tienen de seguir manteniendo el concepto de izquierda es gritando contra los otros? El enemigo une mucho, pero las responsabilidades prácticas gastan más.
Siguen haciendo, ellos también, una política vieja. Basada en emociones, en pasiones, soberbia, envidia, avaricia, utopías, verborreas grandilocuentes, lágrimas en los ojos por el recuerdo de los grandes del pasado que lucharon por nuestros derechos, etc, etc, etc. Y repitiendo exactamente sus mismos errores y olvidándose de que lo único que hay que echar en esto es racionalidad y puesta en práctica. Esos tíos que propiciaron la caída de un buen ayuntamiento en Madrid, acaban de dar paso, estoy convencido, al próximo gobierno del tripartito diestro. A lo mejor es una estrategia frente a la recesión económica que dicen que ya está aquí.
La campaña que va a sufrir ahora Pedro Sánchez va a ser brutal. Es el responsable directo de que se hayan vuelto a convocar elecciones, dirán. Y es cierto. Yo prefiero culpar a los de Unidas Podemos. Porque estaba en su mano dejar que formaran gobierno de una manera u otra y luego ejercer el control durante la legislatura. Pero ellos prefirieron el "o Cesar o nada", lo mismo que hicieron en Madrid. Pues nada. Y nada preconizo yo en las siguientes. Pero no se preocupen, olvidaremos todas sus imbecilidades de ahora frente a las barrabasadas que harán los otros gobernando. Y la primera levantar el hacha de guerra contra Cataluña, esos independentistas que nos vienen tan bien para distraer de la crisis que se nos viene. Y es que al final saber saben. No tienen más que sentarse y esperar.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Pop porno


– ¿Se masturba usted mirando esas películas pornográficas?
– ¡Qué falta de tacto!, ¿acaso está usted insinuando que las miro porque me interesa su calidad cinematográfica o artística en general?
– ¡Bueno!, no es eso; discúlpeme. También podría ocurrir que estuviera usted documentándose para una tesis doctoral.
– No colaría, soy de ciencias.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Esta'spaña nuestra

Del Juan de Mairena LXII Miscelánea apócrifa

Como decía Cantinflas -el sábado echaron por la dos la película biográfica protagonizada magistralmente, a mi prescindible juicio, por Oscar Jaenada- "ahí está el detalle". Escuchando tan habitualmente despotricar de este país y alabar países ajenos me se pregunto siempre cuánta razón tendrán los que lo hacen y sobre todo cuánto de esa razón que puedan tener proviene de un razonamiento fundamentado, metafísico, como dice aquí Juan de Mairena a sus alumnos. Cuántos errores no se habrán cometido por creer que lo del otro es mejor que lo nuestro y traérselo para acá. "Habituados a evaluar mediante una estimativa arbitraria o exótica", tal pareciera que está hablando de interné y sus redes suciales.

jueves, 29 de agosto de 2019

Un rayo bailando

No se me apetece contar historias.
Ya está bien de mentiras.
Solo quiero contar lo que creo saber; esa es su verdad, mi fe en que lo es.
No pretendo ser ningún adalid, ningún bastión ni ninguna otra cosa cuyo significado ignore pero me parezca que se aproxima a la idea que quiero expresar de que no pretendo estar en posesión de la verdad –paradigma, esa también me vale–  sino que me basta con que yo mismo crea en mi honestidad al expresarme como estoy haciendo ahora, en plan experimental, a ver cómo me sale esto de hablar al tun tun
(¿Llevará acento ese tun onomatopéyico?; por regla creo que no porque es monosilábico, pero como es onomatopéyico pensé que a lo mejor las reglas se relajaban. Me hace gracia eso de que las reglas se relajen, se dejen de tensiones, lo manden todo a la mierda y se sienten allí donde les coge el cabreo a fumarse un cigarrito; que tienen que pedir, porque ellas no fuman habitualmente, solamente cuando sienten eso, que tienen que parar, dejar que pase y luego continuar más relajadas, es cuando se les apetece, lo que sucede es que no siempre tienen cigarritos y les da un poco de vergüenza pedirle uno a ese señor en la esquina que espera impacientemente la guagua, parece necesitar todos los cigarrillos que lleva      ).
Vaya, me quedé trabado en lo del tun tun, sin acento porque son monosílabos... no empecemos de nuevo.
Esa es otra, ¿por qué esa manía de referirnos a nosotros mismos en plural?
Sí, todos lo hacemos, porque todos somos todos; eso es lo que suelo decirme, pero entonces por qué me siento siempre tan raro entre la gente.
Y, al final, ese que siempre sale a decir, yo no, ese es precisamente el que sí, y todos los demás que no dicen nada, simplemente porque no han leído o no han entendido de lo que se estaba hablando, pues esos, probablemente no.
Así que somos yo y ese que dice, yo no.
Ahora en serio, si eso de serio tiene algún significado, está claro que hablamos en plural cuando solo nos referimos a nosotros porque queremos ocultar nuestra identidad en medio de la multitud, vestirnos de multitud por así decir, porque de otra manera nos sentimos desvalidos, desnudos ante la mirada de otros.
No porque estar desnudo sea una vergüenza, sino porque estar desnudo de cualquier forma es mostrar nuestras debilidades y mostrar nuestras debilidades es ponernos en peligro.
La vergüenza es un resto atávico de nuestra animalidad que no se nos quita a algunos ni muriéndonos –por dios qué vergüenza estar ahí tumbado, rígido, siendo observado por todo el que pasa, murmurando cosas de nosotros y nosotros ahí, metidos en esa caja sin poder huir, sin poder darnos un paseíto lejos del agobio de la gente, que mira que nos agobia la gente, para un rato está bien, y es muy agradable sentirse en medio de un grupo donde se aprecian, más o menos, mutuamente, pero, como decía Vallejo, "con mi muerte querida y mi café", siempre con salvedades, con puerta de huida sin echar la llave por si acaso, con mi botella escondida por si llega el apremio, que no va a llegar, pero por si llega... – me he perdido completamente, lástima, porque iba tan bien que me parecía que ya tenía una entrada nueva en el blog, ahora voy a tener que seguir mareando la perdiz a ver si consigo darle con el palo en la cabeza, que supongo que para eso es el propósito de marear la perdiz.
Es curioso que yo personalmente nunca haya visto una perdiz salvo en bodegones, me refiero a ese tipo de cuadros que representan comidas, y probablemente lo habré visto en cuadros de ínfima calidad o reproducciones de ínfima calidad (decorando una servilleta o un salvamanteles o vaya usted, señora, a saber) de cuadros buenos.
Y que hay que analizar cuándo empleamos el plural y cuándo empleo el singular para referirme a mí.
Quiero decir, por qué tomo esa decisión de ir por un camino o por otro.
 Yo, honestamente creo que es cuando creo que lo que estamos diciendo tiene un significado que puede afectar a más personas que a mí mismo, es decir, que yo somos todos; pero otras veces, está claro, ya lo mencioné antes, lo hago para ocultarme en la multitud, para no sentirme el raro, el que tiene la cuquilla más pequeña, cosas de machitos.
Tal vez ahora me faltaría averiguar cuándo estoy empleándolo en un caso y cuándo estoy empleándolo en el otro.
Del empleo de la signatura ortográfica ya ni te hablo que me parece que suelto comas, puntos, ocasionalmente puntos y comas y dos puntos de la manera más aleatoria que se me pueda no ocurrir; porque si se me ocurriera ya no sería aleatoria, que, tal vez, no es posible que se me pueda ocurrir aleatoriamente, entendiendo por ocurrir que mi mente elabore una explicación por la cual ha decidido poner precisamente allí una coma, un punto, un punto y coma, etc.
Aunque ocurrir tiene, más, orejillas de conejito saltarín.
Ocurrir es un a bote pronto (¿a voz de pronto?), es una idea sin pulir, pero idea al fin, y, en tanto tal, recubierta de capas y capas de cultura, tradiciones, hábitos, represiones: demasiados condicionantes para la aleatoriedad.
Aunque, visto de otro modo, ¿qué es la la aleatoriedad sino un cúmulo inabordable de condicionantes?
Inabordable para nuestra mente simple, por supuesto, una mente más compleja observaría un universo completamente previsible en todas y cada una de sus ocurrencias.
Es decir, un universo estático.
En realidad, ya lo he notado, lo que pasa es que no me gustan nada esos textos tan pulcros con sus comas y puntos y puntos aparte y hasta sus rarísimos punto y comas y dos puntos colocados canónicamente según dicta la norma, el tocho calabaza ese de gramática que supongo será el que lo explique canónicamente –¡qué coño!, por qué empleo tanto esa palabra, canónico, que en realidad no sé qué significa y solo la asocio con la biblia: yo qué sé por qué hago las cosas–.
Lo que voy a hacer es que una vez que llegue al final de esta página voy a releerlo y a revisar un poco la puntuación.
No que vaya a corregirlo, sino que redistribuiré según otro criterio toda esa fauna creyendo que este nuevo criterio es mejor que el anterior aunque no sepa dar razones de por qué y solo lo haga porque creo estar aplicando unas normas de corrección aunque a mí me parezca que lo están estropeando todo.
Pues dicho y hecho, y más allá. Se me ocurrió que nada de tibios puntos y seguidos. Decidido a puntuar, hay que hacerlo con todas las consecuencias: punto y aparte, con decisión. (Eso no cuenta para esta aclaración, parece)

lunes, 26 de agosto de 2019

Tres novelas pendientes de redactar



La rebelión de las pasas
Novela histórica donde se narra el surgimiento del imperio de las pasas de Corinto hasta entonces sojuzgadas por las lozanas y arrogantes uvas.

Siete paños en el Tíbet
Donde se narran las aventuras de siete paños de cocina desechados por su mal aspecto que no se resignan a dejar de ser útiles y emprenden un camino lleno de aventuras para alcanzar el precioso privilegio de formar parte de una de las milagrosas traperas confeccionadas por los monjes de Shangri-La mientras entonan sus cantos de alabanza a… quienquiera que le recen.

Todos contra el huevo
Una recreación de la historia del patito feo pero encarnada en esta ocasión en uno de los doce huevos de Fabergé encargados por el zar Alejandro III durante doce años para agasajar a su esposa, la zarina María Fiodorovna Alejandrievna en el día de su cumpleaños de cada año (el último huevo le llegó póstumamente, pues ya su esposo, el zar, había fallecido en el palacio de Livadia en Crimea, de camino a Cofú, donde la reina Olga de Grecia le había ofrecido su palacio de Mon Repos para que aliviara de su preocupante nefritis), que es dejado caer, accidentalmente, en el nido de una oca en los jardines de palacio por el traviesillo príncipe Alejandrovitch.

domingo, 25 de agosto de 2019

Nueva tanda de películas güenas güenas que se pueden ver por ahí

6/06/2019
O langosta (lobster, 2015, Grecia, Yorgos Lanthimos)
https://www.youtube.com/watch?v=gO643FmHhRE&t=1421s

He tenido que verla en portugués, así que a lo mejor me he perdido algo. Hay un señor que, creo, se divorcia de su mujer después de 12 años. Por esta razón, porque está solo, es llevado a una especie de balneario donde dispone de todas las comodidades y exactamente un número de días para conseguir una pareja. Si no lo consigue es ¿convertido en un animal?, que puede elegir, el hombre decide ser una langosta. El hombre va acompañado por un perro del que dice que es su hermano.
El hotel realiza todo tipo de actividades para fomentar las relaciones y que las personas encuentren su pareja. Parece que tienen como muy interiorizado que una pareja debe compartir con uno al menos alguna característica: una forma de carácter, un vicio o un defecto o una virtud. Si no, es imposible que aquella pueda ser tu pareja ideal.
Hay una forma de aumentar la cuota de días. Consiste en salir al bosque y cazar solitarios. Los solitarios son unos tipos/as que viven en el bosque en soledad. Aunque se reúnen por cuestiones estratéticas, no mantienen relaciones entre sí. Entiendo que como forma de justificar su rebeldía hacen todo lo que les prohiben en el hotel, estar solos, escuchar música con auriculares, masturbarse y sobre todo no tener relaciones con otros, no enamorarse, no tener amistad.
Nuestro personaje, en el hotel,  entabla amistad con otros dos hombres. Uno de ellos decide relacionarse con una chica a la que le sangra la nariz. Para tener eso en común con ella y que ella le acepte, se golpea su propia nariz para que sangre. Así consigue que ella y todos acepten su relación y salir de la cuenta atrás. Él intenta lo mismo con una mujer que no tiene sentimientos y que ha perdurado en el hotel porque es una experta cazadora de solitarios.
Para conseguir que ella le acepte se finge él mismo sin sentimientos. Por un tiempo funciona la simulación, pero ella sospecha. Un día para ponerlo a prueba mata al perro. El no soporta esa prueba y termina matándola a ella y huyendo al bosque.
En el bosque le acogen bien. Se va adaptando y allí conoce a otra mujer. Se enamoran, pero este tipo de relaciones está prohibida entre los solitarios. Para evitar que los descubran se ven a escondidas y se inventan un lenguaje de gestos. Curiosamente conservan esa idea de que deben tener algo en común para que su relación funcione, en este caso el que ambos sean miopes. Pero la jefa del clan de solitarios percibe que hay algo entre ellos y por medio de engaños consigue dejar ciega a la mujer. Ahora ya no tienen en común el que ambos sean miopes, pero se siguen frecuentando hasta que deciden huir juntos a la ciudad con la idea de vivir juntos- Pero antes deben tener algo en común y él decide cegarse a sí mismo.
La película parece algo rara, se sitúa en un futuro distópico. Cuando bajan a la ciudad, (van a visitar a los padres de la jefa del clan de solitarios y simulan ser dos parejas, también van de compras) todo parece muy normal salvo por unos policías que interrogan a la gente que ven andando sola y le piden documentación que acredite que están casados. Me llama la atención esa especie de obsesión porque para formar una pareja deben compartir algo en común, no basta con que simplemente se resulten atrayentes. Y se lo toman en serio tanto dentro del sistema, el hotel, como fuera de él, la banda de solitarios del bosque. Lo de cómo se convierten en animal no me queda muy claro. La pelicula empieza con una escena muy rara donde una mujer conduce hasta un descampado donde pastan unos burros, se baja del coche y mata de un tiro a uno de ellos.

20/07/2019
Café de Flore (Canadá, Jean Marc Vallée, 2011)
https://www.youtube.com/watch?v=AH2sx-z_4eg

Dos historias desconectadas. Una madre con un hijo con síndrome de Down. El chiquillo conoce en la escuela a otra niña con si misma condición y quedan prendados uno de la otra. La madre siente un cierto desajuste que al final termina en una desgracia.
La otra historia es la de un artista musical que se han separado de su esposa y ha conocido a una rubia despampanante con la cual se casa. La ex tiene bastantes dificultades para superarlo pero al final descubre que su verdadera relación con el hombre es otra. Es un rollo de reencarnaciones, vidas pasadas y presentes, almas gemelas y toda la pesca. Muy emocionante. (no es ironía. yo quiero creer en todas estas mierdas)

25/07/2019
La leyenda de la fortaleza de Surami (URSS, 1985,  Sergei Parajanov, Dodo Abashidze )
https://www.youtube.com/watch?v=wk56xsHKtSM

La historia se puede entender. Pero en absoluto es lo que cuenta en esta película. Sino el estilo, preciosista, libre, con mínimas concesiones al espectador occidental acostumbrado al cine americano. El director y la película son armenias. Y hay muchod e cultura armenia aquí. De folklore. De tradiciones y leyendas.
Durmishan es liberado por su rey. Se va en busca de fortuna y encuentra en su camino a Nodar Zalikavshvili, un musulmán que lo acoge y lo trata como a un hijo.  Cuando Nodar le deja parte de su fortuna porque se retira, Durmishan regresa a Surami. El reino está siempre en lucha. Cada dos por tres hay que reconstruir las fortalezas. Pero en particular la de Surami parece tener una maldición, no consiguen levantarla. Van a consultar a una adivina que resulta ser Vardo, la mujer que Durmishan abandonó, a la que prometió que regresaría para librarla de su estado de esclavitud. Vardo recomienda al enviado del Zar, que casualmente es Zurab, el hijo de Durmishan, que la única forma de que la fortaleza de Surami se mantenga en pie es que un joven y bien parecido acepte ser enlosado en ella. El propio Zurab acepta el sacrificio. De este modo se cumple una profecía, la de la fortaleza de Surami, y una venganza no planeada, la de la despechada Vardo contra su huido amado Durmishan.  Tremenda película. Quien esté harto de lo convencional, de la estupidez cotidiana, debe ver esta película para que se le abra la esperanza de que hay más mundo del que acostumbramos a mirar.

26/07/2019
Desayuno de Campenones (Breakfast of Champions, EEUU, Alan Rudlph, 1999)
Basado en una novela de Kurt Vonneguth. Dwayn Hoover, un exitoso hombre de negocios, entra en crisis. Su maravillosa vida, sus grandes logros, no le aportan sentido a su vida. Tiene que ser Kilgore Trout, un desconocido escritor de novelas de ciencia ficción que no tiene ninguna fama, pero es admirado por unos pocos, el que le desvele el verdadero sentido de la existencia: hasta la muerte todo es vida. Genial película. No hagan caso de lo que dije arriba.

27/07/2019
Noches Blancas (Luchino Visconti, Italia, 1957)
https://www.youtube.com/watch?v=kuJJbpLb5Us
Un clásico del cine italiano. Con Marcelo Mastroiani y María Schell. Ella, muy inocente, muy soñadora, está esperando hace un año a un fulano que le prometió regresar. Un fulano misterioso, atractivo, inquietante (yo sospecho que el inexplicado año que desaparece es porque va a la cárcel, tiene esa pinta de atracador de bancos, de estar huyendo) Él acaba de ser trasladado a esta ciudad, está muy solo. Se pasea por las noches fantaseando. (Más adelante dice que se ha cansado de concer gente que luego, cuando lo trasladan, deja de ver, y que por eso prefiere pasear solo y fantasear). Ella cree que ha encontrado un amigo al que confiarle todas sus penas y esperanzas. Él se enamora como un pasmao. Al final ella pierde la ilusión de la espera, se le abren los ojos a lo absurdo de la espera, y él cree que por fin le ha visto ahí delante de ella, pero en el último instante aparece el enigmático fulano y se la lleva.

28/07/2019
El secreto de los Incas (EEUU, 1954, Jerry Hooper)
https://www.youtube.com/watch?v=gjdgj04FzR0

Todo está en la Wikipedia, pa qué les voy a explicar de qué va. Una aventura al viejo estilo. Con una visión de todo lo que no sea eeuu como a medio camino de cualquier posible desarrollo.

2/08/2019
Ashik Karib (URSS, 1988, Serguëi Parajanov)
https://www.youtube.com/watch?v=1E7R_zqgRcI

Otra película de este hombre. Una historia similar. Aunque ahora sin subtítulos. Ashik pide la mano de la hija de un califa. Este lo desprecia porque Ashik es un simple músico. Ashik se echa al mundo en busca de fortuna. Un contrincante que se quiere casar con la hija del califa engaña a la comunidad diciendo que Ashik ha muerto ahogado en el río. Ashik vaga por el mundo, con poca fortuna, según puedo entender, pero al final regresa. Intuyo que la forma en que se gana el favor del califa es porque revela que el otro tipo ha hecho algo malo. Al final se casan. Mucha música, mucho canto. Muchas ropas y escenarios exóticos. Mucho cuadro, mucho color. Muchas granadas (la fruta) y palomas y cisnes blancos muertos. Mucho baile también.

24/08/2019
Poisons, or the World History of Poisoning (Rusia, 2001, Karen Shakhnazarov)
https://www.youtube.com/watch?v=Qbt-MRClgRw

VO con subtítulos en inglés. Es una comedia un poco absurda, con unos personajes muy simples. Pretende, como dice el título ser una historia del veneno, o más bien una recopilación de anécdotas históricas sobre famosos envenenadores. Una pareja vive felizmente hasta que aparece un vecino que empieza a tener tratos muy sospechosos con la esposa. El marido manifiesta sus celos y la esposa refuta sus sospechas pero la cosa parece bastante clara. El marido apesadumbrado se refugia en un bar donde un hombre le sugiere que la envenene, tal y como hizo él con su segunda esposa. Precisamente él lleva siempre consigo una caja de venenos que ha confeccionado él mismo y dispone de un repertorio de anécdotas de la historia en la que todos y cada uno de los venenos que lleva fueron empleados para aliviar las penas de algún mortal y alegrar las alegrías de otro. Desde Jerjes hasta los Borgia.
La historia progresa hasta que el marido, se decide por envenenarlos, entonces es admitido, escena final, en una gran fiesta a la que acuden todos lo históricos envenenadores. Preside el mismisimo papa Alejandro VI junto a su hijo Cesar y a su hija hermana Lucrecia. Emocionante discurso final de César Borgia cuando le preguntan por qué no huyó cuando podía (al parecer paseaba a caballo con dos amigos cuando se tropezó con una tropilla con malas intenciones, los amigos huyeron), el confesó que durante toda su vida había sentido por parte de los demás envidia, odio, admiración, deseo, miedo, pero que nunca había sentido que lo amaran, estaba cansado de vivir)

Sorpresa, Karen Shakhnazarov es un tío. (no sé, con ese nombre pensé...)

24/08/2019
Ciudad Cero (Rusia, Karen Shakhnazarov, 1988)
https://www.youtube.com/watch?v=THmBdhXIQws

Empieza bien. Varakin llega a la ciudad. A la mañana siguiente va a la fábrica, pero no tienen pase para él. Llama. Le dejan pasar. Llega a una oficina donde la secretaria está desnuda. Pero ella se comporta con toda naturalidad. Avisa al jefe y hace pasar a Varakin. Varakin está muy confundido, pero consigue explicar su asunto al circunspecto jefe. Es de la fábrica de Moscú, ellos le envían los aparatos de aire y ahora tienen que cambiar el panel posterior porque han modificado la tecnología. Ah bueno, dice el jefe, llamaré al ingeniero jefe. Llama a la secretaria, pero la secretaria le informa de que el ingeniero jefe murió hace ocho meses. Entonces Varakin aprovecha para preguntarle al jefe, ¿por qué está desnuda?, ¡Ah!, ¿está desnuda?, comprueba, pues es verdad, está desnuda. ¿De qué estábamos hablando?
Así empieza y así sigue. Varakin se ve envuelto en una trama que ni sabe por donde le viene. Todo muy absudo para él, aunque tal vez no tanto para el resto de los protagonistas.

25/08/2019
El asesino del zar (Rusia, Karen Shakhnazarov, 1991)
https://www.youtube.com/watch?v=_Iz5ST2BYy8

El asesino del zar se llamó Yakov Yurovski. Fue el encargado de matar al zar y a toda su familia en Ekaterinburgo, donde los tenían alojados en la casa de un tal Ipatiev. Escondieron los cadáveres para que no fueran venerados por el pueblo ígnaro.
La película cuenta esto, pero de una manera extraña. Un psiquiatra trata a un paciente que por momentos se cree Yakov Yurovski. A fuerza de tratar al paciente el médico se acaba creyendo el zar Nikolás II. Hasta tal punto que cuando película nos recuerda la muerte del zar, narrada por Yakov, el médico, que se había desplazado a Ekaterinburgo para ver el lugar, muere también en su habitación de hotel.

martes, 20 de agosto de 2019

Triste lamento de mí o He vuelto de vacaciones y no he cambiado nada

Padezco un frustrante, irritante, inhabilitante y pertinaz sentimiento de inferioridad, o, por mejor delimitar, de desmerecimiento; una sensación constante de que no merezco lo bueno que me sucede, sea que me toca la lotería o que una chica me sonría por la calle, sea el envidiable oficio que tolero,  o sea que alguien solicite mi amistad por facebook.
Por esa, y no por otras razones, entre las que alguno puede sospechar soberbia, misantopía, o la misma timidez, que ha sido, a mis ojos, el fundamento de mi comportamiento, hasta ahora que he descubierto esta nueva explicación de mi falta de éxito en la vida, se debe que muchas veces no responda a tales solicitudes, que baje la cabeza ante mis compañeros de trabajo para no revelar mi fraude, que no sonría yo a la muchacha y aproveche ese franqueamiento para iniciar una amistad o  que no compre lotería por miedo a que me toque y no sepa luego qué hacer con los millones (siempre salta algún gilipollas a decir, “eso es fácil, dámelos a mí”). Una falta de éxito, figurativa, por supuesto, porque, siendo como soy y todo, creo haber logrado un nivel de confort (al fin consigo insertar esta palabra en un texto) bastante envidiable, aunque sin saber muy bién cómo me ha llegado, y temiendo siempre que desaparezca de la misma manera. Siempre he creído que gozo de una protección especial por parte de los que quiera que gobiernen los sucesos que se deselvuelven en aparente azar aquí debajo. Y se lo agradezco, pero no me lo merezco. No puedo ofrecerles nada a cambio, no aprovecho en toda sus dimensiones las oportunidades que me ofrecen, y esta falta de reciprocidad me deja a mí en una posición de desequilibrio.
Durante las vacaciones conocí a una persona que, inexplicablemente, se tomaba interés por mí, o por mi interés en las cosas que me explicaba. El hombre buscaba mi compañía y yo, en cierto modo, no la rechazaba, pero tampoco lo facilitaba.
El caso es que soy un tío simpático, buena gente, casi inocente, como diría machado: “un hombre bueno en el buen sentido de la palabra”. Y es normal que la gente trate de buscar mi amistad, contarme sus cuitas, presumir de sus manzanas, inquirir por mis pobres logros (esta aparentemente falsa humildad me recuerda a Borges, salvo en el hecho de la apariencia de falsedad, y en el otro hecho de que se trate de humildad, es simple constatación de la realidad) en el cultivo de las mías. Y a mí me interesa de verdad lo que me cuentan, ya he hasta podado uno de mis limoneros tal y como me explicó aquel amable amigo pirenaico que podaba sus manzanos. Pero me siento incómodo porque no sé cómo compensarles por  todo lo que me dan. Al final no supe explicarle con precisión a aquel hombre cómo elaboraba mi sidra, porque en realidad la hice al albur de cuatro explicaciones que leí en un libro (“El agricultor autosuficiente”, de John Seymour), después todo lo dejé en manos de mi amigo Eduardo que es un experto en cualquier actividad que emprenda, y yo me limité a hacer el trabajo bruto, el que hacen los burros. Y en cuanto a su mujer, que se interesó tanto por mi interés en la lectura y me facilitó un magnífico libro que explicaba todos los pormenores que cualquiera desearía conocer sobre Sant Llorenc de Morunys (ahora me doy cuenta de que no apunté el nombre del libro, que leí casi entero), ni siquiera me atreví a contarle que algunas veces escribía y que llevaba un par de libros míos en la maleta con la intención de regalarlos a quien pudiera interesarle. Uno lo dejé en un puesto de liberación de libros a ver si corría alguna suerte y no lo usaban en invierno para encender la chimenea. El otro me lo volví a traer.
Vaya este recuerdo a David e Inma, admirables seres humanos, que no leerán esto porque tampoco les dije que escribía en la red, aunque nadie –bueno, muy pocos, pero muy fieles– me leía.

martes, 30 de julio de 2019

Predicciones, cataclismos y ángeles que no vinieron

Al final de curso siempre me acometen los más insospechados miedos. Miedos irracionales a nada concreto. Simplemente miedos. Yo creo que se debe a que se produce el cambio del comienzo de las vacaciones y todo cambio provoca crisis. Yo soy una persona de monotonías muy arraigadas. Me hago un hábito en cinco minutos.
En fin. Que me da por mirar vídeos de profecías apocalípticas. Hoy he descubierto al famosísimo en su tiempo Edgar Cayce que prometía una inversión de los polos para un día de estos. Escuchando y mirando un programa sobre este hombre, mencionan, naturalmente, al famoso Nostradamus, que para este año promete la tercera guerra mundial. En el mismo programa mencionan, muy de pasada a la Madre Shipton, de la cual nunca había oído hablar, que asegura no sé que, porque no me entero
“Los hombres amarillos ganarán gran poder del oso poderoso, a quien ellos ayudarán. Estos tiranos no tendrán éxito en dividir el mundo en dos, mas de estos actos nacerá un gran peligro. Y una fiebre intermitente dejará muchos muertos”. 
Dicen que los amarillos son los chinos y que el oso son los rusos, pero ¿se pelean o se hacen amiguitos o qué? ¿Y dónde está el águila aquí? ¿O el gallo y el toro simbolizando el resurgir de los imperios hispánico-portugueses?.
Más reciente parecen ser las de un tal Scallion que ya promete el maremagnum y la rehostia con una redistribución planetaria de los continentes, hundiéndose unos por aquí y levantándose otros por allá.
Baba Vanga también dice que todo va a ir mal con los chinos.

Lo que me preguntaba leyendo todas estas cosas –en el trabajo, ja, estoy a punto de irme de vacaciones– es: ¿qué sentido tiene avisar a la gente de que le va a sobrevenir un peligro tan inmensurable que le va a resultar imposible tratar de evitar sus consecuencias? ¿No sería más piadoso no decirles nada y que cuando les caiga la piedra en toda la cabeza los pille sonriendo o distraídos mirando la televisión? Por qué ese empeño en avisar de las barbaridades que van a ocurrir, y no anunciar las cosas buenas que podrían pasarnos si dejásemos de ser tan gilipollas. Al menos Chico Xavier esperaba que un ángel bueno viniera a felicitarnos por no habernos matados en estos cincuenta años que nos dio de prueba. Al final el ángel no vino, será que todavía desconfía. No me extraña.


Post y tal:
Después de estos acontecimientos habrá una época de bendición.
Aquellos, quienes la vivirán serán muy felices y bienaventurados.
Pero la gente tendrá que empezar ahí, donde sus abuelos empezaron. (Alois Irlmaier)

domingo, 21 de julio de 2019

Estrecheces

De niños y jóvenes caminamos de frente. Ya de adultos avanzamos de lado y la ancianidad es definitivamente cuando marchamos de espaldas.

Estaba escuchando un programa de radio de esos de por la mañana, no es un día cualquiera o algo así. Unos señores mayores ponían temas musicales de vejestorios y denostaban un poquito la música contemporánea, en particular se referían al tema musical que había propuesto para representar a España en Eurovisión. Yo lo escuchaba y, sin entusiasmo, tampoco me pareció tan mal. Entonces es cuando pensé que uno se ha hecho definitivamente viejo cuando ya no es capaz de gustar de las cosas nuevas y se aferra al pasado, a las buenas músicas que escuchábamos antes, a los magníficos libros que leíamos; por no hablar de aquellas magníficas películas. (Aquellos coches, aquellas armas, aquellas ciudades de antaño, etc.)
Muchos programas de radio explotan estas fórmulas, que si los ochenta, que si la música clásica, que si el cine de toda la vida. Hoy ya no se hace nada como antes, que sí que se hacían bien las cosas, decimos ahora los vejetes sin acordarnos de lo que nos reíamos antes cuando los vejetes aquellos decían lo mismo. Mi padre entraba como una furia en la habitación para exigirme que bajara el volumen y mi madre me miraba con expectativas cuando me oía escuchar música barroca que ella identificaba con música de iglesias. (Se preocupaba más cuando claramente escuchaba  música de iglesias una cosa son las expectativas y otra muy distintas las certezas).
Yo, que estoy siempre a la caza de novedades, sin que deje de gustarme lo pasado, me asusto cuando no encuentro literatura, o música, o cine (¿qué más cosas de interés hay en este mundo, qué otra cosa produce el ser humano por lo que valga la pena seguir existiendo?-solamente tú-) de factura reciente que me interese. Me preocupo porque dudo de si estoy perdiendo mi capacidad de asombro, o si la he estirado demasiado y ha dado de sí, o si es que los creadores contemporáneos --los que me llegan a mí-- no tienen la capacidad de ir más allá de sus ancestros y se quedan jugando en el jardín de lo ya hecho.
Con mucha frecuencia me quedo estancado, medio aburrido de todo, en un estado que da miedo, me da miedo a mí, porque es de esos estados en los que todo parece importarte bastante poco, nada consigue despertar un mínimo de interés, y piensas con demasiada frecuencia en eso que dice un amigo medio en broma medio en serio "mi tiempo ya pasó".
De estos estados apenas me salva recuperar del pasado cosas que en su momento no percibí y que siempre me sorprenden, al menos por, teniendo en cuenta mi relativo interés en estos asuntos, no haberlos oído mencionar nunca como ahora este rarísimo Sergei Parajanov; muy pocas veces conocer nuevos artistas (directores, escritores, músicos) que me interesen.
Y estoy seguro de que los hay por ahí, gente de interés, de mi interés, pero el medio en el que me muevo no es el medio en el que nadan ellos, tal vez. Viven en la otra cara de mi moneda.
De pronto se da uno, muy pocas veces, cuenta de en qué estrecho mundo vive.

lunes, 15 de julio de 2019

La imbecilidad del mal, conclusión del libro de Annah Arendt.

"Fue como si en aquellos últimos minutos resumiera la lección que su larga carrera de maldad nos ha enseñado, la lección de la terrible banalidad del mal, ante la que las palabras y el pensamiento se sienten impotentes".

A mi juicio, esta frase final del libro de Annah Arendt refuta mi idea acerca de que lo de la banalidad del mal se refería a la estupidez de los que cometen el mal, idea, por otra parte que aún sostengo, ahora sin su aval, si tenemos en cuenta a la panda de gilipollas que han sido siempre los más bárbaros asesinos y las razones estúpidas por las que han matado, desde, por quedarnos en el siglo veinte, el mismo Hitler y su hermano Musolini, o nuestro bienamado generalísimos ("pasa paquito"), Pinochet, y todos los imbéciles dictadores que en el mundo han sido y son todavía, como ese monstruito ridículo de Corea del norte. A lo que en realidad creo que se refiere doña Annah es a la absoluta improductividad del mal, a su inutilidad, que quiere ella reflejar en la miserablemente ridícula muerte de Eichman pronunciando esas gloriosas palabras finales "Viva Alemania, Viva Argentina, Viva Austria, nunca las olvidaré".

Por otra parte, dado su énfasis en relatar cada detalle de esa muerte final, las prisas que se dieron los judíos por ajusticiar al genocida (apenas dos días --tenía que ser el jueves, porque el viernes, sábado y domingo tenemos fiesta y no trabaja el funcionariado, y ya pal lunes lo vamos a tener frío-- entre que el tribunal supremo emite la sentencia y que lo ajustician,  queman su cadáver y tiran las cenizas al mar, fuera de las aguas jurisdiccionales de Israel, todo muy simbólico, pero muy estúpido también -piensa por ejemplo en las corrientes marinas, lo mismo el sábado por la tarde los niños se estaban bañando en las cenizas de Adolf) creo que también trata de denotar la banalidad de la justicia, la banalidad del ajusticiamiento de Eichman, cuya muerte no aportaba ni un grano de justicia a los millones de muertes que tuvieron lugar en su tiempo.


Pienso, como estoy seguro que pensaba ella y como estoy seguro que sabía Eichman, y su propio abogado y hasta los parroquianos del bar que seguían el juicio por televisión, que ese juicio no era más que una puesta en escena para poder los judíos mostrar ante el mundo sus llagas y pedirle cuentas al mundo por ellas, y en absoluto un juicio para dilucidad el grado de culpabilidad del muchacho en todo ese asunto.

Como bien nos demuestra su comportamiento con el pueblo Palestino, ni ellos ni nadie, al parecer en este puñetero mundo, aprendió nada (a no ser a matar mejor, con más sutilidad y mejor propaganda) de todo este asunto.

Adonai nos coja confesado.

nota: en realidad me queda el epílogo, pero quería soltar este escupitajo.



jueves, 11 de julio de 2019

Una teología basada en el sudoku



Si uno no sabe que es un juego, el sudoku es simplemente una estructura ordenada (el número tres tiene alguna importancia) rellena aleatoriamente con dígitos decimales.  Un poco más de atención nos revelará que no es tan aleatoria la organización de los dígitos. Y si lo estudiamos con detalle descubriremos las claves de esa distribución. Aún así quedará un elemento de aleatoriedad: es probable que existan muchas distribuciones de dígitos en esa estructura que cumplan las mismas claves o reglas de organización.

Está claro que la ignorancia no puede percibir más que caos en la realidad y esta es la razón principal de luchar contra ella, es imposible sobrevivir en el caos. Por esta razón es prudente, cuando uno cree estar ante un caos, preguntarse qué es lo que no sabe; esta es la labor de la razón, deducir el orden, es decir, deshacer el caos. Pero siempre llega un momento en que uno debe aceptar que las cosas son como son, como en el sudoku aceptas que la distribución de partida es inamovible, pero que podía haber sido cualquier otra. (Que, por cierto, también debe tener un orden, puesto que sospecho que es necesario tener localizados un número mínimo de elementos para que se determine un único resultado; pero desconozco estas condiciones por pereza; me prometo leer al respecto, pero mi parte propensa al misterio se las arregla para evitarlo). Hasta en matemáticas y en física tienen que partir de una causa primera inexplicada, los axiomas.

El oficio de la razón es hacer descender los axiomas. Es decir, cuanto más alto, más ignorantes somos. El caos originalmente es un axioma. Pero estudiándolo descubrimos que tiene reglas y por lo tanto es explicable, hasta que llegamos a esos siete u ocho dígitos originales del sudoku. ¿Quién los puso ahí?

Quienquiera que los pusiera conoce todo el mecanismo, porque puso exactamente el número de dígitos (y tal vez en las posiciones más favorecedoras) para que el que vaya a intentar resolverlo solo tenga una solución.

Esto parece una teología basada en el sudoku. Si queremos aplicarlo al univeso podemos pensar que en el principio no había nada y de pronto apareció un dígito. Este ya establece un punto de partida y condiciones para el futuro: en la cuadrícula y en la fila y columna que apareciera no podrá volver a aparecer ese dígito. Luego aparecerá otro que restringirá las posibilidades del futuro, y luego otro más. Y así sucesivamente hasta que ocurran dos cosas: aparece un dígito que ya está repetido en la fila, la columna o la cuadrícula: entonces hemos terminado, este universo se autodestruye y empezamos de nuevo desde el principio (no hay posibilidad de corrección) O bien se consiguen rellenar todas las casillas y el universo queda completado… ¿qué vendrá después?

A lo peor nada, se destruye el universo y se empieza de nuevo desde el principio. 

Postdata: Me salto el elemento clave. En este universo sudokiano ya preexistían las reglas…. Pero no tengo ganas de seguir, que tengo que corregir exámenes.

jueves, 27 de junio de 2019

Arbolitos, Au paires y Judíos

Cultivo sin mucha maña pero con férrea perseverancia un arbolito en la zona del mirador. Ya tiene unos dos años de trasplantado al aire libre. Lo cultivé desde semilla, en casa. La semilla la pillé de un arbolito de algún parque de la ciudad, ni siquiera sé qué árbol es. Cuando me pareció que era lo suficientemente grandecito lo trasladé hasta aquella zona. Ya lo había intentado con un limonero, pero no lo consiguió, el pequeñín. (Sí, tengo muescas en este corazoncito de jardinero)
Bueno, pues me han partido mi arbolito. Vive aún, pero tiene una severa contusión, clara quebradura en su tronco de apenas 25, 30 centímetros. Sospecho que el culpable es algún dueño de perro distraído que va siguiendo al can mientras este busca el lugar idóneo para depositar sus heces. Los perros son muy exquisitos en esto, al contrario que los humanos que tiran su mierda en el instante donde les pilla el impulso de deshacerse de ella. Eso sí, se ocultan pudorosamente para no enseñar el culo o la pilila.
Lo cierto es que le tenía el entorno descuidado. No me decido a determinar si es mejor el ocultamiento o la visibilidad. (Precisamente en la conferencia de ayer se hablaba de camuflaje) Por un lado creo que cuanto más expuesto, más sujeto está uno a ser víctima explícita, escogida por los que practican el mal de manera consciente, pero el ocultamiento, la mimetización con el entorno, el no destacar, provoca lo que le ha sucedido a mi arbolito, que es que una distracción pudo haberle causado la muerte. La gente sin mala intención respeta aquello que le parece que debe ser respetado, pero trata con indiferencia aquello que no considera que sea digno de atención. Sin destacarse demasiado mi arbolito era una excrecencia más de lo verde sucio y medio seco que crece por allí, rodeado de cagadas de perro y multitud de papeles y demás porquería. No es que sea un basurero pero ha conocido tiempos mejores. Mi opción ha sido arriesgarme ahora por el otro lado y destacarlo con un círculo de piedras para que todos adviertan que hay alguien que se está preocupando por aquello. La ventaja de destacarse es que dejas de ser un objeto indiferente del medio pero te conviertes en un posible foco de atracción para los que explícitamente desean cometer tropelías. Afortunadamente estos son muchísimos menos que los distraídos, pero van más a saco, a tiro hecho, con los propósitos más definidos.
La indiferencia me carcome. Me refiero al comportamiento indiferente o fingidamente indiferente de la humanidad. Tengo una frase que refleja esto: “La indiferencia daña, pero no disfrutas. Si quieres disfrutar con el daño que provocas a otros, sé consciente. Si no quieres dañar a otros, sé consciente”
Estoy leyendo el libro de Hannah Arend, Eichman en Jerusalem. Ahí lo que queda claro es que la indiferencia o la indiferencia fingida mata, y mucho. En este caso la indiferencia con que mataban porque, simplemente, tocaba matar, era una orden. Y lo importante era cumplir la orden, no esos cuerpos ruidosos y molestos. Y los medios que se organizaron para acabar con ellos fueron de los más prácticos, desde dispararles al borde de las fosas para que calleran directamente en ellas hasta meterlos ya desnudos en camiones cerrados en los que en el traslado a las fosas derivaban la salida de gases del camión a la caja donde iban amontonados, de manera que al llegar a las fosas ya estaban asfixiados y listos para enterrar. Pero también está la indiferencia, fingida o no, de los que sabían lo que se estaba perpetrando y se hacían los locos o se aprovechaban de ello porque, o lo hacían ellos o  lo harían otros y ellos perderían la oportunidad. Ayer pusieron por la tele un reportaje sobre las condiciones de trabajo de la/os au paire españoles en Inglaterra.  Se supone que los contratan para que se sumerjan en el idioma en una familia a cambio de alojamiento y un servicio de acompañamiento de los niños. Lo que realmente ocurre es que ellos exigen un trabajo de sirviente, es decir, alguien que además de cuidarles los niños durante 13 horas al día, les mantiene la casa en su punto fregando, limpiando, y lo que se tercie. No comprendo cómo esos muchachos aguantan vivir en esas condiciones que tanto traicionan el propósito inicial (ellos explicaban, porque en España no hay trabajo), cuya idea central es que estudien al tiempo que obtienen una pequeña remuneración por un trabajo sencillo. Algunos de ellos no tenían literalmente tiempo para acudir a ningún tipo de clases. En cuanto a la inmersión, las familias simplemente no hablaban con ellos. El colmo del asunto es que después de pasarse 13 horas al día cuidando a sus hijos, no les permitían estar con ellos en el salón o en la cocina porque invadían su intimidad. Seré bruto pero este tipo de comportamiento es el que tendría cualquier familia alemana en el tiempo en el que los judíos eran tratados como individuos de cuarta clase. En el programa medio entrevistaban a uno de estos anfitriones y el hombre, de unos cuarenta años, consideraba perfectamente normal el trato que les daban a la persona que tenían cuidando a sus hijos, es más se consideraba un benefactor. Es imposible que una persona en sus cabales no advierta cuándo está despreciando, humillando , esclavizando a otra persona, por eso mi empeño en matizar siempre que esta indiferencia es bastante fingida. Saben, pero no lo van a declarar, que están aprovechándose de las debilidades del otro. Y esto no ocurre en un barrio periférico de un país miserable sino en una familia de clase media en la mismísima Gran ...isla.
Quizá sea un poco excesivo hasta donde me llevan los pensamientos después de haber descubierto la herida infligida a mi arbolito, pero me afectó mucho la situación de aquellos chicos y chicas. Y por supuesto me sentí culpable por mi situación de privilegio como se sintieron culpables los supervivientes de las matanzas de judíos, por considerar que no había ninguna razón para que ellos hubieran salvado la vida y los otros no.

EPÍLOGO:
Hoy, jueves 11 de julio, cuando he ido a regarlo, he descubierto lo que en las noticias se describiría como un macabro hallazgo: el trocito de terreno delimitado por piedras estaba vacío, y el cadáver de mi arbolito aparecía tirado un poco más allá.  Tengo dos hipótesis: a) el árbol intentó escapar; consiguió desenterrase incluso rompiéndose una parte de la raíz, pero no contaba con que, como los peces fuera del agua, no resistiría mucho tiempo fuera de la tierra. b) una mano anónima lo arrancó con toda la intención y propósito que su estado de conciencia le permite albergar y lo tiró a un lado como una cosa, por alguna desconocida razón, entre las que no está, evidentemente, el rapto.
Lo he replantado en una maceta en casa. Veremos a ver si consigue recuperarse de esta. Por un lado, un poco por encima de la rotura le estaba saliendo una ramita verde muy prometedora. Es como si hubieran asesinado a una hembra embarazada. ¡Terrible!


martes, 18 de junio de 2019

A salto de mata

Estaba leyendo el libro de Cristina Morales, Lectura Fácil. Incómodo porque no hace más que disparar contra todo. Y todas las balas me dan a mí, directamente o de rebote. Me revienta sentirme culpable sin saber muy bien de qué. De ahí salió una reflexión que puse en Fb.
Oponerse a todo no es tomar postura, es salirse fuera. Si todo está mal, no existe lo que está bien, no hay comparación posible. Salirse fuera no es elegir, es estar a otra cosa. Denunciar lo que está mal sin enunciar cómo podría resolverse o reencaminarse es solo rebuznar.
Todo esto viene porque ese personaje odioso, Nati, que es irritante porque a todo le encuentra un pero, un contra, y una argumentación, a veces excesivamente desarrollada, verborreica, en la que caben tantos aciertos como falacias; al final, me parece a mí, las exageraciones de estas se contradicen con las bondades de aquellos y el discurso queda nulo. Aparte que está desarrollado a partir, no de la realidad, sino de una visión de la realidad siempre percibida como agresión.  Todo es descalificado sistemáticamente y sin remisión posible: la asistencia social, los grupos ocupas, los turistas, el metro, la tarjeta de descuento del metro, la policía, la democracia, las buenas intenciones de la izquierda y las malas intenciones de la derecha. Todo es machista o fascista en determinado grado.
...total, abandoné el libro de Cristina Morales. No llegué a la mitad. Tampoco me ofrece más perspectivas, tal vez me equivoque, pero la impresión es que va a continuar así hasta el final. Y me parece muy gordo el libraco para más y más de lo mismo sin que la historia evolucione.  Lo abandono pero no lo tiro. Tal vez más adelante… lo lea o lo tire.
Y me pasé a Jesús Ferrero. Un libro que tenía por ahí hace años. Tal vez alguna vez lo empecé. Tal vez más de una vez. Ya estaba por tirarlo pero… últimamente tengo un ramalazo como de querer auparme a los nuevos tiempos. Considero a Jesús Ferrero de los nuevos tiempos, por lo menos de tiempos a los que yo ya no llegué (Supongo que hay un momento en que ya uno no puede continuar siguiendo a los tiempos, y se deja rebasar y se queda en el remanso de la ola, esa parte tranquila de atrás una vez que la ola ya ha pasado) Amador, o la narración de un hombre afortunado (1996). En este caso me encuentro con un adolescente  bastante aniñado, adolescentoide, escribí en primera impresión. No me resultó atractivo ni el personaje ni la prosa, que, siendo correcta, no ofrece ningún aliciente. El (los) personajes –hasta donde llegué– responden demasiado a tópicos adolescentes del yo me como el mundo, yeah yupii yei y todos los demás viven en la grisura de sus vidas corrientes. En fin. Supongo que otra vez me vi reflejado y que los tópicos esos me parece que tienen un tiempo. Tal vez estoy leyendo demasiado tarde estos libros. La madurez te hace tener otra imagen de las cosas. Por ejemplo un desprecio absoluto por la imbecilidad de los que creen que la libertad consiste en que los otros te dejen hacer lo que te salga de los huevos pero tú tienes que respetarlos porque es su libertad. En fin. Adolescentes.  Hasta los cojones. Deberían meterlos a todos juntos en un continente aislado y dejarlos salir solo a los veinticinco años si es que sobreviven a sí mismos. No. Mejor no. Sobrevivirían los peores  y esto sería el acabose. Sigo. Pasé de Ferrero y me salté, no aprendo, a Ray Loriga. Héroes (1993).
También lo tenía por ahí de hace años. Me lo tropecé precisamente a los pocos días de haber ido a la presentación de Las dos muertes de Ray Loriga de Daniel Jiménez. Siempre me llaman la atención los autores favoritos. Si alguien es un autor favorito de alguien, como mínimo lo exploro, algo tiene que tener para cautivar el ánimo de alguien. Porque tengo el libro, debe ser que ya me interesé por Loriga alguna vez, pero no recuerdo haberlo leído. Así que lo he, vuelto, supongo, a intentar.
La primera impresión es que parece prosa traducida. Es un estilo americano de tipo personaje antihéroe, perdido, sin razones vitales. Después me recordó algunos párrafos de El sacrilegio de Alan Kent de Erskine Caldwell. Novela por la que tengo auténtica devoción. Esto me predispuso el ánimo. Y más tarde pensé que aquello que estaba leyendo era una letra de una canción, muy al estilo anglosajón, donde no hay una narración de corrido, sino una secuencia de frases que van conformando una impresión, un estado de ánimo. Sin faltarle el estribillo. Lo cierto es que se menciona mucho a Dylan y a Bowie, además de a Iggy Pop o a Neil Young. Los capítulos son muy cortos y en realidad no están relacionados. Por mucho que se empeñe el de la contraportada, aquí no hay ningún adolescente encerrado en su cuarto soñando. Si eso es lo que el leyó uno de los dos no estaba leyendo el mismo libro. No está mal para leer suelto algún capítulo.Saltar acá allá, picotear. Oye, se te mete en la cabeza, que leí un rato antes de quedarme dormido y ahí estuvo dándome vueltas en el sueño un sinsentido de escenas que claramente procedían de aquellas páginas. En resumen, que está bien para leerlo a saltos, pero no de seguido. Y hay demasiada pose, aunque está bien perpetrada. A eso es a lo que me refiero cuando digo que parece una (buena) traducción. Parece auténtico. Un adolescente del medio oeste (americano) obsesionado con el supuesto modo de vida del rock and roll, que cree que la auténtica vida  es atravesar el país en coches robados huyendo de la policía y con una preciosa chica sentada en el asiento de al lado.
Pero no estoy en eso, no sé, se conoce que no estoy en eso. Este tampoco lo voy a continuar. Vuelta a la estantería de pendientes. Vámonos a lo fácil, a lo seguro, a ver si así cuela. Stefan Zweig, El mundo de ayer. Este parece que encaja con la otra lectura que ya más o menos tengo encaminada, Eichmann en Jerusalem, de Hannah Arendt. La historia continua. O se repite o se vuelve para atrás. Ya veremos. Ayer juró su concejalía uno con una cruz dorada en la mano derecha por Dios y por España. Veremos a ver qué pasa.

lunes, 10 de junio de 2019

¿Solo ratas?

Mientras paseaba al perro por el parque la otra noche vi cómo una rata subía por una palmera, una de esas whashingtonianas que no tienen escamas, que parecen un tronco pelado. Subía tranquilamente, como si se estuviera dando un paseo con las manos en los bolsillos y pensando en sus parientes las musarañas. Cuando llega a la zona esa que está rodeada por una plancha metálica lisa, generalmente grana, colocada allí precisamente para que las ratas no puedan continuar su ascenso, presumiendo, yo,  que todo el mérito está en sus finas y resistentes uñas aprovechando cualquier rugosidad del tronco y que aquella plancha lisa le iba a restar agarre, disuadiéndola de continuar palmera arriba, o que, perdiendo una pata (como se dice vulgarmente trasladándolo al reino animal), iría a caer al suelo con peligro de que mi perro, ratonero al fin, le saltara encima, veo con asombro que se para precisamente sobre la plancha, se pasea por ella y hasta se permite un bailecito, como burlándose de mí que la observo aterrado dando aquellos saltitos horizontales, aterrizando siempre en la plancha, justo en la perpendicular, a completo despecho de la fuerza de la gravedad, o como dirigiéndola en el sentido que más le conviniese. Cuando se cansó de las burlas, retomó su aire meditativo y, ignorándome, si es que me había tenido en cuenta, continuó su ascenso sin ninguna prisa en llegar al nido.

martes, 4 de junio de 2019

Nueva Tanda de Películas que me han interesado masomeno

23/02/2019


La ciudad desnuda (1948 Jules Dassin, EEUU)
https://www.youtube.com/watch?v=3HPJ05KIf3s

Una película americana de la época "clásica". Resulta que uno de los trabajos de John Zorn se llama Naked City, y la idea, sospecho, es la de hacer música para películas reales o ficticias. No sabía que hacía referencia a una auténtica película hasta que me he tropezado en Youtube con esta. Está en castellano y tiene peculiaridades que la destacan de la normalidad de género, a pesar de simplemente tratarse de una película policíaca, la típica investigación de un asesinato.

Lo primero es que durante toda la película hay un narrador que va interviniendo hasta interpelando (sin que estos lo oigan) a los personajes, "¿Qué pasa, Sam, estás perdido, te duelen los pies?" y cosas así. Nos asegura ese narrador que la película ha sido rodada en escenarios naturales, nada de decorados, cuando es un apartamento, es un apartmento real, cuando es la calle es la calle real. ¡Sale el puente de Brookling!; no sé, me llamó la atención. Pensaba que por allí solo circulaban coches, pero parece que también es apto para personas.
Del resto, pues nada que destacar. Un asesinato. Unos policías obstinados y astutos que no cejan hasta dar con los asesinos. Un modelo de vida americano clasico, unos policías tremendamente respetuosos con la ciudadanía. Peliculón, vamos.

02/03/2019

Decay (2015,Joseph Wartnerchaney, EEUU)
https://www.youtube.com/watch?v=bxkZYmrGpDU

Pues la película está en versión original, con subtítulos en noruego u holandés. Pero no importa porque la he visto mientras escuchaba el disco Medusa, de Annie Lennox. Que tenía cuerpo de Annie Lennox y me dio por ahí. Pero el disco no dura toda la película, así que lo completé con The Knife, esos chicos nor europeos o algo así.
En la película hay un tipo un poco paranóico. Vive solo, es muy riguroso en sus hábitos. Se levanta a las 8 y 8 minutos. Hace ejercicios. Va a trabajar montado en un triciclo. Trabaja en el mantenimiento de un parque de atracciones cerrado. Tiene un compañero de trabajo que le cuenta cosas y le regala llaves. El tío colecciona llaves y también cultiva orquídeas. Un día, al regresar a casa, encuentra a dos chicas en su sótano. Al verle, ellas se asutan. Una se cae y se rompe la cabeza. La otra huye y cuando cruza la carretera la atropella un coche.
El tío se guarda a la muerta que quedó en casa. Y la invita a comer a su mesa. La mujer se le va estropeando, pero él insiste. Hasta que al final ya no le queda más remedio que deshacerse de ella.

03/03/2019

Yol Ayrimi ( 2017, Yavuz Turgul,  Turquía)
https://www.youtube.com/watch?v=wbgl1j5iM10

Está en turco. Pero se ve muy bien escuchando de fondo a Jaromir Nohavica, que no es turco, sino checo, pero tampoco se le entiende.
Trata de un empresario que dirige con mano de hierro y pocos escrúpulos una empresa textil --se sabe porque el tio está muy serio, y hay manifestaciones a la puerta de las oficinas. Un día tiene un accidente y se le bajan los humos. Decide hacer el bien hasta donde pueda. Se retira de la empresa.Se va de casa. Trata de ayudar a una mujer cuyo hijo está enfermo y a ella la han despedido probablemente porque se le quemó la máquina de coser. Hasta ayuda a un perrito atropellado que desde entonces le sigue. Pero la familia se le echa encima. Lo ingresan en un sanatorio porque consideran que el accidente lo ha trastornado. El parece que se "recupera", pero al final parece que en un discursito los pone en su sitio.


05/05/2019

The Brick (Rian Johnson 2005, EEUU) 
Es una historia de detectives al estilo de los años cincuenta, con mujer fatal y todo, solo que ambientada en adolescentes que van al instituto y están relacionados con drogas.
Un chico investiga la desaparición de su novia que le ha llamado misteriosamente. Descubre que está muerta y entonces se empeña en descubrir cómo murió. Desvela así una trama mafiosa de tráfico de drogas, aunque la responsable de la muerte de la chica es, de forma indirecta, una que le tiene precisamente a él mucho aprecio.
Magnífica película.

30/05/2019
Anomalous (España, 2016, Hugo Stuven)
https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/pellicula/anomalous/video/5861911/

Pues es un poco rara. Una mujer, interroga a un señor. El señor parece psiquiatra y hablan de un paciente. Después sabemos que la mujer es policía, aunque los policías de la comisaría no saben nada. Hablan de un chico que ha sido paciente del psiquiatra y que por lo visto se ha suicidado. No se sabe muy bien cuál es el asunto. ¿No se suicidó? ¿El psiquiátra no es psiquiatra sino un loco que se cree psiquiatra?. El chico, el paciente, tiene una culpa que no consigue purgar. Mató a un niño hace años. Pero resulta que el psiquiatra y el paciente tienen algunos lazos comunes: el padre del chico es amigo del psiquiatra. En el hospital donde el chico va a ver al fantasma de su amigo murió la mujer del psiquiatra, que también pena porque tomó la decisión de finiquitar a su mujer enferma de un cáncer terminal. También parece haber alguna cosa de fantasmas por ahí. Y la mujer, bueno, no se sabe muy bien qué es la mujer.

4/06/2019

The Triangle (2009, Christopher Smith, EEUU)
https://www.youtube.com/watch?v=2_9Eam4QDc4&t=4s

Una de esas películas de paradojas temporales. La película en sí es un bucle temporal. Un poco bruta. Yo, al menos, no me explico por qué tiene que empezar a matar a todo dios en lugar de sentarse y ponerse a pensar entre todos a ver qué está pasando. Pero ya saben cómo son los americanos. Primero un buen montón de muertos y luego la banalidad de las razones por las que los matan. Los muertos por delante.