martes, 10 de enero de 2023

Feliz año, yo

 Me da pena no tener nada que decir, nada que me urja escribir para actualizar este blog. Así que me fuerzo un poco para desear a mi único fiel lector, es decir, yo, un feliz año nuevo, aunque mal lo hemos empezado con ese dolor del remo de babor, como decimos los viejos marineros. Nada que vaya a acabar con nosotros por el momento. 

Intelectualmente andamos en las mismas, bajo mínimos, es decir, a todo el gas que damos. El señor no me dotó con una prodigiosa mente, a veces dudo de que no haya pajullo en lugar de neuronas trajinando por ahí dentro, entre las orejas. El otro día me di un golpe en la cabeza y el eco me preocupó. Yo esperaba más un ruido seco, absorbido por la masa encefálica, algo así como las escarolas compactas que a veces hay en el mercado, no esas otras tan ligeras que caben íntegramente en una ensalada. 

Pues bien. Mis propósitos para este año, que hacen mi número sesenta cuando se cumpla, serán mantenerme con vida, y con cierta ilusión vital, si es que la encuentro, que hace ya algún tiempo que no la veo. No me preocupa demasiado, siempre aparece cuando menos te lo esperas y en el lugar menos indicado. Seguiré leyendo mientras espero. 

Estas navidades he renovado el carnet de intelectual leyendo Doctor Zhivago. También acabé la primera parte del Quijote y he empezado con la segunda – una lectura de retrete, va para largo – y estoy en los últimos capítulos de Cien años de soledad, en este caso escuchándolo por un audio libro mientras cocino los domingos. 

Hay más cosas, claro, la radio, hago de Sancho Panza en el programa del Polillas. Y pocos proyectos más. 

El campo lo tengo abandonado. Por lo menos cuido el jardín y sigo guardando semillas de todo lo que encuentro. Por cierto no sé donde he metido las últimas, sí, ya, en el bolsillo del pantalón que eché a la lavadora, espero que no fueran las judías mágicas porque a estas alturas ya me he quedado sin lavadora y sin casa, peligrando la de los vecinos. Esperemos que los huevos de oro valgan la pena. ¿A cómo está el oro ahora mismo en el mercado?