viernes, 20 de octubre de 2017

No volverán los días de la felicidad. Sinopsis --mentira, pero es una palabra tan bonita

No volverán los días de la felicidad. La última novela por escribir del autor Riforfo Rex.

– ¿Arde en usted el deseo de concluirla?
Arde en mí el deseo de empezarla. Pero ya no tengo brasas, apenas rescoldos sin brisa que se apagan lamentándose de la euforia de antiguos fuegos sin propósito. Me he gastado inútilmente calentando el aire.

– ¿Cómo escribe?
Sentado. Escribo apoyando la pluma sobre el papel y entonces, bueno, entonces ya no sé lo que ocurre porque me duermo. La mente sigue despierta pero yo estoy dormido. No pienso en brasas  ni rescoldos. Los propósitos, en cambio, siempre me preocupan, en particular los que no están.

– ¿Por qué escribe usted?
Yo soy cribe por vocación, por afición y por lealtad.

– ¿Lealtad a quien o a qué?
Lealtad a mis padres, a mis abuelos y a los padres y abuelos de estos, y a los padres y abuelos de estos, y después a los hijos e hijas de todos ellos, entre los cuales me encuentro yo mismo, y no me extrañaría que se encontrara usted también. Lealtad, pues, a mí mismo, y a usted, pariente.

– Pero, ¿qué es ser cribe?
Difícil pregunta.

– No, no, es muy fácil, ¿qué es ser cribe? A lo mejor es la respuesta la que...
Ser cribe es inasible cuando crees que lo tienes no está y cuando lo ignoras viene y se queda si quiere después que lo has advertido pero si tratas de utilizarlo nunca estuvo va y viene cuando quiere y nadie puede llamarlo suyo sin soberbia y es tan elusivo que siempre es soberbia decir que lo tuviste

– Me recuerda a una novia que ...
Pues entonces sabrá perfectamente de lo que le hablo.

– Bueno, no es muy profesional implicarse emocionalmente en la labor, discúlpeme.
Quédese el pañuelo.

– Tiene bordadas sus iniciales.
No. Son mocos secos.

– Siguiente pregunta: ¿alza la garza la falsa pata al andar?
¿Qué falsa pata, la derecha o la izquierda?

– Escoja usted
No, aunque renqueo un poco de la izquierda los días que hay mucha humedad.

– ¿Echa de menos los viejos días?
Podría decirle que sí, y no le mentiría.
Podría decirle que no, y tampoco.
Lo que nos lleva al espinoso asunto de la verdad...

– ¿Y qué es la verdad?
Ni los más grandes han llegado a conclusiones satisfactorias para todos. Ni la respuesta, si la hubiere, le sería de gran provecho a nadie. Al final, vivir es una cosita muy modesta para la mayoría de nosotros. Otros sueñan con grandezas y tal vez eso les ha parecido que agrandaba las dimensiones del grano de mostaza, pero...

– Hay mucha sal en sus palabras.
Son palabras de un viejo marino.

lunes, 16 de octubre de 2017

El Castillo

Yo creo que se habla de poesía como de un fortín  que está siendo atacado por unos bárbaros que no conocen y por ello no respetan las tradiciones como hacemos nosotros, los poetas-de-toda-la-vida.
Un fortín inaccesible como cierto castillo famoso, con altas murallas y protocolos incomprensibles para acceder a su interior y ser aceptado como uno de sus moradores.
Y lo que está ocurriendo – y supongo que ya habrá ocurrido antes – es que se está formando un arrabal junto a los muros del Castillo, por la llegada de aquellos que o bien fueron rechazados o bien no tenían ningún interés en entrar. Y ahora resulta que esos arrabales están empezando a adquirir animación y los moradores del castillo empiezan a quejarse de las molestias que ese ruido les causa y sobre todo la oportunidad del escándalo que forman esos desclasados y que desde lejos puede llegar a confundirse y creer, los que no saben, que provenga del propio castillo.
Y yo creo que probablemene ese castillo es una ilusión de esos moradores, construidos sus sólidos muros aparentes sobre sus sólidas convicciones acerca de lo que debe ser y no debe ser la poesía, algo muy matemático y complicado porque si no no hay muro que se sostenga. Y que los otros, en su simpleza, esos bárbaros que no tienen las mismas férreas convicciones, no ven castillo ni murallas  ni moradores muy diferentes de lo que ellos son, y lo único que ven es sus ganas de compartir y de comer y de vivir haciendo cosas que les gusta hacer, que en eso consiste toda actividad humana.
Y que como toda actividad humana, unos habrá que dirán que los otros son unos bárbaros porque no se sostienen sobre la asentada tradición para hacer crecer a la humanidad como intentamos hacer nosotros y los otros dirán que precisamente la tradición es la que entorpece ese crecimiento y nosotros tenemos más razón y lo demostramos haciendo más ruido y con más seguidores. Y aquellos dirán que precisamente más es menos y estos dirán que envidia cochina …
Y veinte años después todavía seguirán peleándose pero ya habrá un nuevo castillo porque se habrán levantado nuevas murallas y todo volverá a empezar de un momento a otro.

viernes, 13 de octubre de 2017

Feliz Día

Persiste esta sensación de estar excluido
y persiste la sensación de que me estoy perdiendo lo mejor
y persiste también la sensación de que no me lo merecí
y de que aún no he hecho méritos suficientes
y de que es tarde
y ya no importa



lunes, 9 de octubre de 2017

La Comuna de París

Leyendo El cementerio de Praga de Umberto Eco, llegamos, Simonini, el abate Dalla Piccola y yo, a los tiempos de La Comuna de París. Justo en los días en que en Cataluña tenemos La Comuna Catalana.

He oído muchas veces mencionar eso de la Comuna de París, pero nunca me había interesado en profundizar en ello, así que he aprovechado la lectura para hacerlo ahora.

Resulta que  por asuntos que no vienen al caso, se echaron a pelear los Prusianos y los Franceses. Y los prusianos eran más fuertes, así que ganaron. Eso ocurría en tiempos de Napoleón III un señor que gobernaba en Francia después de haberle dado la patada a la Segunda República.  Estamos en 1871.

La derrota no les sentó nada bien a los franceses, que querían seguir peleando, y aprovecharon la ignominia sufrida para expulsar a Napoleón III. Entonces los prusianos se pusieron a bombardear París hasta que alguien les firmara el certificado de derrota, para que les constara en el currículum. El tal certificado incluía que los prusianos se quedaban con dos regiones que pertenecían al territorio francés de toda la vida, como eran Alsacia y Lorena. El resquemor por la pérdida de estas dos regiones no estaría lejos, años después, de las causas que provocaron la I Guerra Mundial.

A los parisinos no les gustó nada estas cesiones y se rebelaron contra el gobierno de la nueva República, que ya era la Tercera. Esta rebelión fue llamada la Comuna de París. Fue, en toda regla, el primer ensayo de un gobierno de inspiración izquierdista. Había delegados, pero no representantes, estaban organizados por barrios que se auto gestionaban... El consejo promulgó algunas leyes que abolían las últimas decisiones impopulares del gobierno  de la república, que, a todo esto, se había retirado a Versalles, además de otras de carácter ideológico, como olvidarse de la guillotina o conceder pensiones a las viudas y huérfanos de los muertos en acto de servicio  en la Guardia Nacional -un ejército irregular al que podía unirse cualquier francés con capacidad de portar armas. Tanto los socialistas como los comunistas como los anarquistas reclaman para su ideología los méritos de esta experiencia.

Pero esta escandalosa experiencia de autogobierno del pueblo sin unos gobernantes serios y dignos que pusieran orden no gustó nada entre las clases dirigentes, que en apenas dos meses acabaron con el experimento. La represión fue muy gorda, se habla de entre veinte mil y cincuenta mil muertos, la mayoría fusilados, que muchos menos fueron los que murieron defendiendo las calles, a fuerza de barricadas. Se concede que algunas burradas perpetraron los comuneros, empezando por el fusilamiento de dos altos mandos del ejercito al principio del asunto y luego el fusilamiento de un obispo y otros presos que tenían encerrados como represalia de los ataques del ejército gubernamental. También se les atribuye la quema de edificios públicos. En suma serían unos 1000 individuos los que morirían asesinados a manos de los revolucionarios, y tal horrenda matanza mereció un castigo descomunal, ya digo, algunas algunas fuentes  alcanzan cifras de hasta los cincuenta mil represaliados por el gobierno de la república, además de establecer la ley marcial durante cinco años. (Al Reinado del Terror, durante la revolución francesa, le atribuyen 10000 decapitaciones)
(Toda la información que he expuesto proviene de la wikipedia)

Observando todo eso que está pasando en Cataluña, uno no puede menos que mostrar su satisfacción de que  a pesar de los pesares, es decir, a pesar de que los seres humanos no parece que cambiemos a mejor con la velocidad a la que lo hacemos por ejemplo de móvil, azuzados por las innovaciones tecnológicas, cambiar, estamos cambiando; somos, indudablemente, menos brutos, al menos en algunas partes del mundo. Estos sucesos catalanes trasladados a la época de la comuna ya se hubieran resuelto con la misma, si no peor, contundencia con que se resolvieron aquellos. Si por un quítame allá esas protestas, huelga general de los obreros que rechazaban el envío de tropas a Marruecos, porque ellos, que no podían pagar sustitutos, eran la tropa, el gobierno de Maura envió al ejército (Semana Trágica de Cataluña: se dice que el gobierno reprimió con fuerza a los manifestantes. En resumen se habla de  78 muertos en los disturbios, y luego, en la represión, cinco condenas a muerte, 175 expatriados, 59 cadenas perpetuas), qué no harían si de lo que se tratase fuera de una Declaración Unilateral de Independencia.
Así que, esperanza, amigos, las cosas van mejorando. Muy poquito a poco, pero allá que van.

No. Me retracto. En el siglo veinte es que nos hemos vuelto locos matando, así, en plan industrial: Ranking de genocidios del siglo XX

martes, 3 de octubre de 2017

Reflexiones mientras leo El Remordimiento de Fernando González Ochoa

Dice Fernando González Ochoa en El Remordimiento


"Parece mi destino vivir en soledad; vivir a la enemiga. Si busco compañía, me convierto en un trapo sucio... Cuando solo, ¡qué bellezas mi alma y mi cuerpo!"

Aunque en el contexto del libro puedan dársele otras interpretaciones (El remordimiento aludido en el título es el que tiene el autor años después por no haber cedido a las lúbricas pretensiones de la Toní. Lejos de considerar ese remordimiento como un castigo, es objeto de exaltación, pues el remordimiento es lo que mantiene a toda alma virtuosa en guerra permanente. Un constante vaivén entre el deseo y el remordimiento) como que por ejemplo "buscar compañía" es muy probable que esté aludiendo a compañía femenina, y sentirse como un trapo sucio a sentirse vencido por las propias bajezas, me siento bastante identificado con esta expresión bajo mi propia condiciones.

Comparto esa diferente percepción de mí mismo cuando estoy en compañía a cuando estoy en soledad. Sin llegar a trapo sucio, sí que me siento bastante incapaz en comparación con cualquiera, es decir, siempre encuentro en cualquier otro una virtud de la que me avergüenzo carecer. Por otra parte, estando solo no digo que viva en plenitud, pero sí en comprensión por esas mismas carencias, incluso en franca indiferencia. Lo que tiene como consecuencia que me esfuerce poco o nada en resolverlas.

Sospecho que sufro una perturbación en la apreciación de mis valores cuando me encuentro en compañía que se restauran a su propia condición cuando me encuentro en soledad, donde soy más capaz de apreciar qué es lo que realmente me importa y qué es lo que no. Lo supongo un defecto de los que tenemos una pronunciada tendencia al sentimentalismo y flojera en algunas habilidades sociales. Pero me alegra encontrar sentimientos semejantes en personas radicalmente opuestas como sospecho que es don Fernando.

Sin embargo también me siento afín a él en este constante estado de incomodidad -que también se menciona en el libro- y deseo permanente de "mejorar" en la propia apreciación con independencia de la consideración ajena. Según él:

1º Cada uno lleva en su carácter la ley que debe cumplir. Si atiende, desarrolla y cultiva eso, será grande como "El Ruiz" -sospecho que un monte.
2º El mal está en desear lo que no somos, lo ajeno, lo propio de otros caracteres.
3º Yo soy genial en soledad, en soberbia, en sinceridad y en angustia. 

¿Por qué digo que vivo a la enemiga?
...
Porque me odio mucho en cuanto soy persona, o sea, odio y lucho contra mis instintos. No he logrado aprobarme un solo día. Nada de lo que hice me parece bien. Es otra vida que quisiera para mí. Quiero ser otro. Padezco, pero medito. Tengo abundancia de instintos. Vivo pues, como un hombre moral, en lucha conmigo mismo, derrotado casi siempre; hace cuarenta años que vivo derrotado en agustia, amando a un santo que yo podría ser y siendo un trapo sucio; llamando a Dios y oliendo las braguitas de Toní. En realidad soy un enamorado de la belleza, pero también un hombre que persigue a las muchachas, que piensa a lo animal, etc., 99% hombre vulgar... etc"