Sabiduría china
Lo
que nos quiere expresar este dicho es que toda muralla tiene una puerta
y toda puerta tiene un llamador. Para atravesar el muro hay que llamar a
la puerta. Si la puerta no se abre es que, a lo mejor, no te quieren
dentro. O que no hay nadie. O tal vez que es una puerta falsa y que la
puerta verdadera está en otra parte y esta la dibujaron aquí, lejos de
la otra, para despistar. Si eres paciente, a fuerza de llamar puedes
acabar haciendo un agujero en el muro y podrás entrar por ahí. O si no
eres paciente, pues lo mismo te podrías plantear escalar el muro. O
comprarte una excavadora y derribar el muro. Pero nada de eso cambiará
el hecho de que no te querían dentro. Para cuando consigas entrar, con
el ruido que habrás hecho, los de dentro ya se habrán marchado
fastidiados a otra parte. Y como seguro que eres un pesado, te pondrás a
buscar esa otra parte donde habrá otro muro y todo empezará de nuevo.
Ahí sí, ahí te vamos a recomendar que te esfuerces y no cejes en golpear
el muro con la cabeza, hasta que se te rompa esa maldita cabeza dura que
tienes y se acabe toda esta historia de una puñetera vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario