nada
Las niñas de barrio, al besar sapos, se convierten en princesas y los sapos, en príncipes. Las que apartan sapos con los pies, niñas se quedan entre sapos. La magia no está en las niñas ni en los sapos, sino en los besos.
Ellas no tienen la culpa si nos prefieren, aunque seamos pocos
Las niñas de barrio, al besar sapos, se convierten en princesas y los sapos, en príncipes. Las que apartan sapos con los pies, niñas se quedan entre sapos. La magia no está en las niñas ni en los sapos, sino en los besos.
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