lunes, 9 de febrero de 2009

Una Jornada de Pesca

En una ocasión se encontró nadando en un charco de agua sucia en compañía de tres sirenas borrachas.
El dice que fue violado aunque no recuerda nada del hecho, sólo un insoportable olor a pescado que se le quedó pegado a la piel y que le costó toda una pastilla de jabón lagarto sacárselo.
"Reían", dice recordar como entre brumas, "con un gorjeo de delfines extraordinariamente grave como emitido por una garganta habituada al ron y al tabaco"
Estaba desnudo y no se encontró su ropa por ninguna parte.
"Caía el sol a la misma velocidad que el nivel de mi botella"
"De pronto, en el agua, una chica de largos cabellos, comenzó una danza obscena. Estaba desnuda, aunque en ningún momento la pude ver de cintura para abajo. Se estrujaba los senos y me gritaba que le diera amor"
"Yo me encontraba tranquilamente pescando, como suelo hacer los fines de semana en vacaciones. Me acompaño de mi botella de ron y mi cocinilla a gas, donde guiso en agua de mar lo que pesco. En la radio sonaba un rumor de música y palabras. Después ya no recuerdo nada más"
"Qué quiere usted que le diga, señor juez. Estaba de vacaciones, estaba borracho, ya me había comido lo que había pescado y no pensaba lanzar de nuevo la caña, y lucía una puesta de sol preciosa", declaró.
"Por ser la primera vez sólo le impondremos una multa", dijo el juez, "pero que sepa que le estaremos observando, no nos gustan estos espectáculos por aquí"
Años después afirmó que aquellas habían sido las mejores vacaciones de su vida.
Su esposa lo contaba como un chascarrillo en la peluquería. Se hizo muy famoso en el barrio.
Por las noches se soñaba abducido por extraterrestres hembras que practicaban sexo con él de las formas más abominables. El gritaba y despertaba a la mujer con violentos gestos de inútil defensa.
"Desde que me ocurrió amanezco cada día completamente erecto", confesó a un amigo.
"¡Qué suerte!, a mí hace mucho que no me ocurre" comentó el amigo, melancólico.
Algunas tardes no puede evitar pasar por allí a la puesta de sol.
Escudriña las olas.
Ha dejado de beber.
Los sueños en los que llora han aumentado de frecuencia.
La mujer le despierta por las noches y le cambia, solícita, la almohada húmeda.
No volvió a salir a pescar.


1 comentario:

  1. Un texto muy interesante, y colorido. Las frases entrecomilladas del principio son auténticas perlas.

    ResponderEliminar