sábado, 10 de enero de 2015

Mi reflexión acerca del asunto

No soy religioso. Tampoco soy espiritual. Más bien soy materialista insatisfecho. Lo que hace que tenga alguna curiosidad por esos asuntos del espíritu, que en realidad a mí me parecen asuntos del comportamiento, puesto que en el comportamiento acaban redundando; el comportamiento de unos con otros y el comportamiento de nosotros mismos, y con nosotros mismos. Las religiones deberían aportarle al hombre lo que no le aporta la ciencia, es decir, el desarrollo interior, el desarrollo de su propio comportamiento, el tratar de comprenderse, de comprender la raíz de sus motivaciones para tratar de dominarlas, controlarlas y que sus decisiones sean menos automáticas y más racionales. Sí, es cierto, creo que las religiones vendrían a darnos la clave de la evolución racional del hombre.
El problema de las religiones son las instituciones. La institucionalización de las religiones ha acabado con la religiosidad. En el catolicismo los evangelios han sido olvidados y apenas, de tanto repetidos, queda la cáscara de las palabras en la celebraciones. Cáscara vacía de insecto que hace tiempo que ha muerto. Lo mismo pasa en todas esas religiones que consideran un acto de adoración el aprenderse de memoria las palabras de sus libros sin atender a su significado. Adoran lo material de las palabras y olvidan que las palabras dicen cosas y que es ahí donde está la enseñanza.
Me dan mucha rabia estos tipos que esgrimen la religión, un credo, una fe, como un arma ofensiva. Mucha rabia que alguien que cree se empeñe por la fuerza, por cualquier tipo de fuerza, en obligar a otro a creer o como mínimo a fingir creer en lo mismo. Tal y como yo entiendo la religión, cada día los yihadistas musulmanes, los evangélicos sudamericanos, los católicos, los testigos de jeová, y todos los demás que desconozco pero que seguro que andan por ahí usando cualquier religión como maza para golpear en la cabeza a otro, se están limpiando el culo con un conocimiento para mí sagrado, un conocimiento que podría sacar a la humanidad de este umbral tan grave y peligroso en el que permanecemos entre la animalidad y la racionalidad. (Excluyo a los escépticos porque ellos no fingen creer en esas palabras, pero también se limpian el culo con ellas sin intentar leerlas y descubrir qué posible conocimiento puedan aportar)
De alguna manera veo una clara conciencia de no sé qué fuerzas ¿del mal o del bien?, el instinto animal, tal vez, que sigue tirando de nosotros para volver al estado de pureza animal del que nunca debimos haber salido, o una especie de Ecología superior, que utiliza nuestra propia estupidez a modo de plaga para eliminarnos como peligroso desequilibrio del sistema. Desde este punto de vista, tal vez, cada vez que asistimos a un acto de barbarie del hombre contra el hombre deberíamos alegrarnos, porque estamos un poco más cerca de la extinción. Sin embargo me apena decir que yo también soy un ser humano, y que temo esa extinción, no sé muy bien por qué, y por eso rabio contra esos actos, rabio contra el desprestigio que sufren las religiones a causa de ellos, esa sabiduría que podría sacarnos de esta transición hacia un estado de mayor coherencia.

8 comentarios:

  1. Para un esceptico las religiones no son necesarias para ese conocimiento interior, para nosotros estas creencias están al mismo nivel que creer en el Ratoncito Pérez, sólo son historias para imponer una determinada visión del mundo.

    Las religiones, al igual que otros sistemas de creencias, tienen el gran defecto de crear objetos con la cualidad de "sagrado", y "lo sagrado" por definición está en una posición superior a todo lo demás y a ello se supeditan la libertad, el pensamiento y la vida de las personas. Si algo permite en un futuro una humanidad menos sangrienta que la actual puede que sea la razón, ducho mucho que lo logre la religión.

    PS: Creo que soy capaz para casi cualquier religión de encontrar su correspondiente masacre en nombre de la divinidad.

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  2. Para mí esa es una visión completamente superficial de lo que aportan las religiones y diversas creencias. Por supuesto que creo que es una visión justificada por el comportamiento de los que dicen fiar de esas creencias, quienes para mí tienen tanto desprestigio como el que tú les otorgas. En cuanto a las masacres, recuerda que se han hecho cada vez más sofisticadas gracias al recurso de la ciencia.

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  3. Un bisturí sirve tanto para cortar un apendice infectado como rebanar un gaznate; es la mano del cirujano o del verdugo la que decide el uso del bisturí, En cuestión de sofisticación en la matanza no veo que ni los más retrogados fundamentalistas, religiosos o idelógicos, le hagan demasiados ascos a uso de la ciencia; a pesar de que hay bastantes ocasiones en la que la denigran como falta de espíritu.

    PS: Supongo que comprenderas que para un escéptico lo superficial es la necesidad de creencias mágicas para la búsqueda del conocimiento interior.

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  4. Ahí está la superficialidad, creer que todo lo que está bajo sospecha de religiosidad o acude a determinadas formas de ser expresado (toda la literatura y filosofía que hay debajo del concepto "religioso") son, por el mero hecho de mencionar aquí y allí a un presunto dios, meras creencias mágicas. Basta limpiarle toda esa paja para encontrarse con multitud de muy buenos consejos y prácticas que, a mi juicio, redundarían en una mejora del ser humano.

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  5. De igual forma te encuentras todo tipo de preceptos retrogrados, tu mismo deberías recordar las risas que nos hacíamos con los Proverbios de la Biblia. En el fondo, si le quitas la paja adecuada - es decir, si lo filtramos y/o distorsionamos a placer -, seguro que encuentramos buenos consejos y prácticas incluso en el "Mein Kampf", pero eso no hace respetable al nazismo.

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  6. Hipótesis:

    Coge cualquier religión, la que más rabia te de, y elimina de la misma los seres mágicos y los hechos fantásticos. Elimina también, si la hubiera, su organización institucional. ¿Qué queda? ¿Cómo se llama lo que queda? ¿Se puede seguir llamando religión?

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  7. Quedan palabras, palabras contando cosas. Que es lo que realmente a mí me interesa.
    En cuanto al Mein kampf, aunque hay un tipo insistente que me envía correos cada cierto tiempo ofreciéndomelo junto con toda una bibliografía de ensalzación y desmentido de las falacias vertidas sobre ese tema, no lo he leído, por prejuicios más que nada. Puede que diga alguna cosa interesante lo que no significaría en absoluto que terminase por cobrarle afecto a Adolfo.

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  8. Precisamente, que en cada religión podamos encontrar en su interior algo interesante, no significa que en sí, como un todo, tengan que ser apreciables. Los escepticos no estamos en contra de lo bueno que pueda estar enterrado dentro de las religiones, ¿quién puede estar en contra de la solidaridad o de la hermandad? ¿quién puede estar en contra del autoconocimiento y la autocrítica?, estamos en contra de las religiones como un todo y creemos que lo salvable de las religiones es mejor practicarlo o encontralo fuera de ellas que dentro. Los mejores valores humanos no necesitan realmente el envase de la religión para existir, de hecho muchas veces la religión los pervierte y tergiversa.

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