Nadie sabe lo que pasa.
Todos nos decimos “nunca pasa nada”
¿Qué tiene que pasar? Nada. Pues
entonces todo está bien.
No, no todo está bien. Algo tiene que
pasar cuando todos estamos mirando al cielo.
¿Estamos todos mirando al cielo?
No. Hay quien mira al suelo buscando
una peseta.
No hay pesetas en el suelo.
No hay suelo.
Nos caemos.
¿Hacia dónde?
Hacia abajo.
No hay abajo ni arriba. Esto se va a
acabar pronto.
Más temprano que tarde sin reposo.
Allá está la canción, aquí la nada.
¿Dónde está la canción?
Aquí.
¡Vete a la mierda!
A la mierda me mandaron, a la mierda me
fui, y en la mierda me dijeron que era pa ti.
Otra vez la misma canción.
Escucha el silencio.
Silencio
…
Hola. ¿Hola? ¿Hay alguien? ¿Hay
alguien ahí?
¿Ahí, dónde?
Ahí, ahí es ahí, aquí es aquí.
Aquí hay alguien. Ahí, no lo sé.
Aquí también.
Vale. Estamos en un círculo vicioso.
Gracioso.
¡Viva el circo!
Los payasos. Había una vez.
Estoy perdido. ¿De qué estamos
hablando ahora?
No estamos hablando. Estás solo.
Estoy solo.
Hablo conmigo.
Contigo.
¿Dónde estás?
Te encontré, te perdí. Y he vuelto a
no ser nadie.
Siempre serás alguien. No te duelas
tanto.
No me duelo. Confirmo. Pater noster, me
confirmo en lo dicho.
Eres un redicho, un pedante, un
vicioso.
No sé lo que soy, así que eso también
me vale.
Vale.
¿Entras?
Entro. Es muy bonito esto.
¡Ay, señor! ¡Cuánta capacidad de
fabulación!
No es capacidad de fabulación. Es
capacidad de
¿De qué, dilo, confiesa?
Me confieso, pater noster.
¿Cuándo fue la última vez que te
confesaste?
A ver, creo que allá por mil
novecientos setenta y no me acuerdo
Bien, reza quince aves marías y doce
padres nuestros.
¡Qué profundamente arraigada está la
religión en nuestras mentes!
¿Tú crees?
Creo. Creo aunque sea absurdo.
No eres tan absurdo, hombre, como
todos.
Ahí si voy a tener que reírme. Eres
un tío ingenioso.
Soy el maestro del Hingenio, el mago
del chiste fácil, el fitipaldi de la palabra rápida.
Fitipaldi, quién se acuerda de él ya.
Es que no estoy muy al día en
cuestiones deportivas. Ni en nada. Me he quedado anclado en el
pasado. Perdóname. Perdonadme todos.
Nos os perdonamos.
Qué bien se siente uno cuando ha
alcanzado el perdón. Estoy como más ligero.
Te saldrás volando por encima de las
nubes, agárrate a algo.
No hay nada a qué agarrarse. Aquí no
hay nada. Y yo soy nadie. Así que poco importa.
Adiós
Adiós.
Bien.
ResponderEliminar