En El Retrato de Dorian Grey, el tal Dorian tenía un retrato que iba acumulando en sus rasgos toda la maldad del tiempo y también la que el propio Dorian ejercía sobre los demás, mientras que este permanecía joven y fresco como el mismo día de inocencia en que fue modelo para ese cuadro. El otro día cuando fui a pagar y me fijé en la foto de mi carnet, me vino a la mente la idea de que yo era el retrato de Dorian Grey de mis fotografías. Yo iba acumulando la maldad del tiempo y el resultado de mis propios actos inicuos mientras que ellos - los yoes fotografiados - permanecían anclados en el tiempo y en el grado de inocencia que tuvieran entonces.
Esto, claro, es un juego de palabras, porque las fotografías sólo son una representación química de una imagen, adaptada a la particular forma de percepción de nuestros ojos, es decir, nada en el infinito universo, espacio y tiempo.
Me gusta mucho más la primera parte del ¿microrrelato? que la segunda. De hecho, esa idea de que somos nosotros y no nuestro retrato el que va acumulando y reflejando nuestra maldad intrínseca, como un Dorian Grey invertido, me parece el argumento para un magnífico relato, siempre y cuando se dejase esa explicación oculta al lector hasta el final del mismo.
ResponderEliminar¿Existen personas cuyo rostro puede llegar a reflejar la maldad de su personalidad? ¿Podríamos llegar a imaginar los crímenes contra la humanidad contemplando simplemente el rostro de Hitler? ¿Nos parece un rostro más humano la imagen que se desprende de sus retratos?
Bueno, todo eso ya se ha trabajado con la frenología y la fisiognómica. A mí me hace gracia cómo de un hecho corriente, sin misterio, como que las fotos no cambian pero uno sí, se puede extraer una interpretanción fantástica, en este caso echando mano a la literatura y dándole la vuelta.
ResponderEliminarSí, y también con la morfopsicología, la cual "supuestamente" afirmaría la posibilidad de saber cómo es una persona.
ResponderEliminarhttp://segundaguerramundial.forogratis.es/estudios-morfopsicologicos-de-personajes-de-la-wwii-t3823.html