viernes, 8 de julio de 2011

La vida que no viví

Lo que ocurre más allá de lo que está a mi alcance, lo que ocurre al otro lado del mundo, pues, que es todo el mundo donde no estoy, eso que no sé que está pasando y que podría no estar pasando, pero yo lo pienso así, aunque no sea, pues me afecta de la misma manera, eso que trabaja en contra mía porque no es conmigo, que ocurre sin mí, injustamente, en contra de una justicia divina, pues yo soy el dios de mi mundo y todo lo que pasa debe ser conmigo o no ser, Es. Y por el hecho de serlo, duele. Donde no estoy yo y ocurre lo que ocurra es una pérdida de vida mía que yo debía haber vivido, que está escrito en alguna parte que debía haber sido yo, y esa confirmación ha sido traicionada porque no estoy allí, sino aquí, escribiendo que no estoy allí.
Tengo la certeza de haber sido traicionado por todos los que, a escondidas mías, al otro lado del mundo que no alcanzo, porque solo soy uno, viven, traidoramente, mi vida, la que yo tenía que haber vivido de no haber vivido esta que ya se me está gastando, y que, cierto es, habría lamentado también no haber vivido de haber estado, esta y no aquella, al otro lado.

Estas palabras son de un individuo que, aparte de ser una persona, se nombra circunstancialmente Riforfo Rex
(Estoy, obviamente, bajo la influencia de Pessoa)

5 comentarios:

  1. Me gusta la idea general del texto, pero, creo que deberías trabajar un poco más el texto en si, en su estilo, para que sea un poco menos farragoso.

    Además, relaciono este texto con algún comentario que ya hemos intercambiado JJ y yo, aquel de que uno sólo es en el mejor de los casos el protagonista de su propia historia, y en el peor, y no por ello el menos frecuente, un extra cuasianónimo.

    ResponderEliminar
  2. Bueno. A mi lo que me gusta del texto es esa farragosidad.
    En cuanto a lo segundo, creo que es una protesta contra eso. Vivir una sola vida y a veces ni siquiera como protagonista

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente, esa es la relación, parece la queja de alguién que no sólo quiere ser el protagonista de su historia, quiere ser "EL PROTAGONISTA", es decir, no quiere que estar ausente de nada.

    ResponderEliminar
  4. La persona que se expresa a través del ciertamente farragoso texto riforfiano quiere ser Dios, ser todos los seres, estar en todas las partes, abarcar toda la materia y todo el espacio. Una pretensión que si se cumpliera sería aterradora. Ser quien golpea y el golpeado, el que muere y el que mata, el que sube y el que baja, el que mea y el orín, líquido, cálido, escurriéndose sobre la acera.

    ResponderEliminar
  5. He de decir que no me siento en absoluto identificado con esa interpretación que exagera hasta convertir en un absurdo un saludable sentir poético.

    ResponderEliminar