lunes, 30 de marzo de 2009

Un gato enamorado

Como un gato que te trae un lagarto muerto y te lo pone a los pies en señal de respeto en la confianza de que sabrás apreciar su gesto.
Pero tu, con la punta del zapato, lo apartas con asco a un lado.
Y el gato, que no comprende, vuelve a ponértelo delante esperando, no sé, que te lo comas, que le des unos golpecitos en la cabeza.
Pero tú te das la vuelta y vuelves con una pala y un cepillo y depositas el cadáver en el cubo de la basura.
Y el gato te mira, te mira, te mira, te mira, te mira.
¡Qué solo está el gato!

2 comentarios:

  1. Maravillosa la imagen de ese gato incomprendido y de la persona incapaz de comprender.

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  2. ¡Pobre gato! Soledad, amor no correspondido, la rareza de ser "gato" y "enamorado".
    ¡Buen microrrelato!

    Dos besos

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