martes, 7 de mayo de 2024

Espiritualidad, dónde estás

 Ayer mientras paseaba y leía, mi mente se iba, a veces, por otra parte; desconcentrada de la lectura, detrás de otro pensamiento, probablemente sugerido por la propia lectura. 

Alguien, un otro en mí, me preguntaba si yo me consideraba un tipo espiritual.

La pregunta es muy común, pero si uno la considera con detalle tiene que examinar qué significa ser  «espiritual». 

Supongo que espiritual es lo contrario de material. Es decir que uno cree que la vida es algo más que una emanación de la materia. Y no solo eso sino que uno cree que la muerte no termina con todo lo que hemos sido sino que una parte, algo de nosotros, no sucumbe a la muerte, sino que continua existiendo de algún modo cuando la materia desaparece. En el fondo, es también materialista cuando los que hablan de estas cosas mencionan  «una forma de energía», que al final es también materia en su mínima expresión. 

Pero, ¿y si fuera así?, ¿qué?, eso ya no seríamos nosotros. La espiritualidad conlleva necesariamente una forma de conservar la auto conciencia de esto que somos, este que está escribiendo ahora, cuando adopte esa nueva forma energética. 

Pero  «espiritualidad» no solo alude a eso en lo que podríamos convertirnos, sino más propiamente a que somos conscientes aquí y ahora de ese destino y nos preparamos de alguna manera para enfrentarlo. No sé cómo se puede uno preparar para convertirse en un fotón autoconsciente, pero como lo hemos entendido más o menos aquí debajo es en el ámbito de la moral, con nuestro comportamiento en relación con lo otros seres (algunos lo extienden hasta las cosas, otros lo reducen a su propia especie o incluso a su propio grupo social), es decir, ser buenos, tener un comportamiento no reprobable (¿por quién?, principalmente por nosotros mismos). Y pensar en una autoridad superior que nos evaluará, como energía autoconsciente, de alguna manera, implicando esa evaluación una especie de premio o de castigo, todo dicho muy laxamente, teniendo en cuenta que somos algo así como rayos cósmicos pensantes, a ver cómo metes a viaje eso, como no sea encerrándolo en una pila.  

Pues no, no consigo yo ubicarme como un rayo cósmico pensante. En ese sentido no soy espiritual. Sin embargo, echando mano al conocimiento disperso que uno tiene del mundo, se da cuenta de que  el individuo, salvo en nuestro caso, creemos los monosabios, no es que juegue un papel crucial en el concepto de Vida. Quiero decir que si de verdad pensamos en una trascendencia de esto que somos deberíamos ir más allá de nuestros propias soberbias mentales acerca de a lo que podríamos llegar. 

Quiero decir que  si uno observa la Naturaleza, encuentra, sí, individuos, indiferenciados, que forman parte de una superestructura en la cual son seres anónimos cumpliendo un papel; prescindibles como individuos, porque otros muchos cumplen el mismo; importantes en tanto que somos uno de esos que cumplen ese papel y que si no quedara ninguno habría una anomalía. 

En la Naturaleza parece que estas superestructuras son realmente la entidad, lo mismo que nosotros somos la entidad de este montón de células individuales que nos forman, y de las cuales todos los días mueren y nacen un montonazo de ellas ( 330 millones, leo en algún sitio, se crean por segundo, lo que equivale a unos 80 gramos al día, así no hay manera de adelgazar) sin que nosotros, como entidad formada por ellas,  seamos conscientes.

¿Significa eso que perteneceríamos a un organismo espiritual superior lo mismo que cada célula pertenece a un cuerpo – a un órgano, un colectivo de células, que a su vez forman un colectivo de colectivos? ¿Significa que lo que a fin de cuentas podría trascender no son los individuos sino es la propia Humanidad? Como que habría un Dios, no entidad única, sino conformado por muchos individuos diocesillos sin importancia cada uno en sí; de hecho, siendo uno de esos diocesillos esta Humanidad a la que pertenecemos, etc...

Volviendo a nuestro individualismo. ¿Una célula puede  «despertar» y ser consciente de su pertenencia a un colectivo, que a su vez pertenece a una confederación que conforma el cuerpo humano que tiene una conciencia de sí, y querer ponerse en contacto con esa superconciencia para preguntarle cuál es el sentido de su existencia? No sé. Si oigo hablarme a alguna célula ya informaré, cuando me reponga del susto.


Desde luego, como Humanidad, y tal y como la percibimos ahora mismo desde aquí, yo, a la luz de las noticias que van llegando, no puedo ni concebir que la Humanidad esté próxima a ser un ente espiritual.  Puedo concebir que el concepto Vida está conformado por otras  «humanidades», hormigas, abejas, bosques, ratas, cucarachas, clima, suelo… etc. Y no siento que precisamente esta entidad que conformamos sea la parte más saludable de este cuerpo. 

Precisamente la única de todo este entramado que está conformada con individuos que se preguntan si creen en la espiritualidad.  

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