viernes, 10 de noviembre de 2023

Una reflexión sobre La sociedad del espectáculo, de Guy Debord.

 Estaba curioseando ayer en La sociedad del espectáculo, de Guy Debord y escuchando algunas explicaciones en youtube y como con todos estos movimientos filosóficos que hablan de una sociedad sojuzgada de proletarios y de una élite controladora, siento una incomodidad. No puedo creerme, lo que me parece que no deja de ser una teoría de la conspiración, que un núcleo de individuos privilegiados maneje a las sociedades de modo que mantenga sojuzgado al trabajador para que siga uncido a sus obligaciones laborales de producción sin advertir su esclavitud o, advirtiéndola, entienda que a pesar de esclavitud no hay un «afuera» en donde puedan dejar de ser esclavo.

Aunque los modelos que se describen me parecen correctos: vivimos en una sociedad en la que hemos sustituido los valores y virtudes por sus apariencias, y hasta el robo, la mentira y el mismo crimen se disfrazan de actos virtuosos aunque todos seamos conscientes de su naturaleza esencialmente maligna; se ha desacreditado la verdad, y hasta la objetividad y todo parece interpretable conforme al relato que nos interese desplegar; nos adscribimos a uno un otro escenario, más por apariencia que por verdadero convencimiento: votamos, por ejemplo, por apariencia, o por creernos  parte de una u otra facción, sin haber pensado apenas cuáles son las esencias, los idearios de una u otra; todo los reducimos a titulares y nos dejamos convencer por titulares para opinar circunstancialmente una u otra cosa según los que configuran los titulares decidan. Admitimos la mentira – en la publicidad, por ejemplo – y la adulación como una forma normalizada de relación con los otros, siendo plenamente conscientes en nuestro interior que mentimos o que nos mienten, y que adulamos pese a no estar convencidos de toda la bondad de aquello que alabamos – si es que lo conocemos en absoluto –. 

En fin, lo que no me puede caber en la cabeza es que todo esto sea obra de una élite que desde allá arriba, riéndose a carcajadas con nuestras piruetas ridículas, maneje hábilmente los hilos de nuestra sociedad. Desde luego que hay manipuladores, pero esos manipuladores manipulan porque la manipulación es uno de esos actos espectaculares integrados en nuestra sociedad que forman parte de las herramientas que todos hemos convenido para la convivencia y la construcción de nuestra sociedad. Es decir, esa élite supuesta es una simple abstracción de toda la sociedad, una especie de idea platónica que aúna, en un único espíritu, la élite, todas nuestras consciencias. 

Lo que quiero decir es que no se abordará correctamente el problema de la deriva de nuestras sociedades mientras sigamos planteando sus atolladeros desde una perspectiva de élite controladora de la gran masa, es decir, de teoría de la conspiración, por parte de un estado en la sombra, la conspiración judeo másonica o El priorato se Sión. Somos todos, los que hemos construido este modelo de sociedad del que no estamos satisfechos, al que todos y cada uno de nosotros – la gente de bien y sentido común, y la gente maliciosa que en verdad obtiene todos los beneficios y no desea otra cosa que que nada cambie, porque estos también se dan cuenta de que algo no anda bien aunque a ellos todo les vaya de perlas – consideramos anómalo los que vamos a poder cambiarlo, pero para ello debemos darnos cuenta, debemos comprender la mentira en la que vivimos y destaparla, revelarla ante los demás para que ellos a su vez también se den cuenta.

Es desde este punto de vista global desde el que hay que estudiar a nuestras sociedades, tratar de comprender qué nos ha traído hasta aquí, por qué hemos llegado a este modelo de sociedad que de un modo u otro todos deploramos – al menos todos le ponemos peros – pero somos incapaces de cambiar y en cuyo absurdo a veces parece que profundizamos. Incluso al que defendemos a pesar de saber que es un modelo incorrecto porque somos incapaces de percibir modelos alternativos, salvo el caos y la muerte. 

1 comentario:

  1. Soy Juanjo. Interesante reflexión. Destaco :"Es decir, esa élite supuesta es una simple abstracción de toda la sociedad, una especie de idea platónica que aúna, en un único espíritu, la élite, todas nuestras consciencias. "
    Esta mañana, mientras esperaba a que se descongelara el pan en la parrilla, pensaba en el abrigo que usaba los inviernos de hace dos o tres años y que está acumulando polvo en su percha desde entonces. Que nos vamos a achicharrar en un par o tres de años es bastante evidente. Aunque nos hablen de ritmos mucho más lentos, la evidencia es la evidencia y dos y dos suman cuatro. A lo que iba. Este mono que somos ha sido capaz de transformar enormemente su medio físico, pero no ha sido capaz de transformar su psique que cambia a un ritmo caracolino. Yo tengo cierta esperanza en la IA. Puede que ella, nuestra hija, nos salve, y quizá esa salvación consista en conservarnos sólo para la historia, para el relato, y hacernos desaparecer rápida y limpiamente y no lentamente, con sufrimiento, en un espectáculo bochornoso de guerras, sequías y mandangas. Una esperanza vana, quizá.

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