jueves, 5 de mayo de 2022

Conversación y canciones

 —Tu nombre me sabe a yedra.

—¿Qué me quieres decir con eso?

—Es un verso de una canción.

—Conozco la canción, y no dice «yedra», dice «hierba»: tu nombre me sabe a hierba de la que crece en el campo a golpe de sol y de agua, o algo así. Es una imagen hermosa. Evoca el campo como pureza, inocencia, bondad

—No lo había pensado, yo más bien tenía una idea gastronómica o erótica, si se quiere. Lo que de verdad me evoca a mí es al chicle doblemint, ¿te acuerdas?, ese que era verde.

—A veces me pregunto… Deberías donar tu cerebro antes de morirte. Total para lo que lo usas.

—No veo qué diferencia hay entre «yedra» y «hierba». La yedra también es hierba, ¿no?

—La yedra, es decir, la «hiedra», es una planta trepadora que se agarra fuertemente a los cuerpos inmediatos...

—Anda como tú… a veces.

—...que daña y ahoga con su espeso follaje.

No diría yo tanto como espeso… normalito.

—No te salgas del tema. Dime, a qué viene eso de compararme con una hiedra.

—Yo solo estaba cantando. Ya sabes que nunca me acuerdo bien de las canciones. Recuerda cuando cantaba aquel tango que no decía: arácnido en tu pelo, sino harán nido en tu pelo

—Eso no te lo equivocaste tú, sino un personaje de un libro que te conté. Y me lo cantabas porque sabes lo asquerosas que me parecen esas inmencionables artrópodas. 

—Es que siempre estás a la defensiva. Si supieras menos de todo no te sentirías tan amenazada. 

—Ya salió el tema. No puedes soportar que tenga un doctorado y medio y tú solo media carrera.

—Eso es injusto, sabes que no llegué al final por una insuficiencia.

—No fue solo por una. Fueron muchas, por eso te echaron. 

—No me echaron. Me fui. Yo tengo una mente libertaria. No estoy hecho para el redil de una cátedra.

—Supongo que será por eso que no distingues la hiedra de la hierba. A saber qué otras cosas estarás comiendo por ahí. 

—En cualquier caso ya sabes que yo nunca te quise por tu inteligencia.

—Yo desde luego nunca podré quererte por la tuya. 

—Me estás llamando tonto.

—El más tonto. Tontísimo. 

—Si no fueras tan guapa...

—Si no fueras tan ciego. 

—...te lavarías menos. 

—¿Qué?, ¿ahora te metes con mi higiene? 

—Llevas una hora en el baño. Hace dos que teníamos que haber salido. Era otra canción: si no fueras tan guapa te lavarías menos.

—Si no fueras tan bruto. La canción dice: si no fueras tan vaga trabajarías menos.

—Pues me suena mejor la mía. Llevo años cantándola así. Y me parece lógico. Los guapos, al saberse guapos, se cuidan, porque obtienen recompensa de su esfuerzo. En cambio los que no tenemos estrella… no es que seamos unos guarros, es que estamos desmotivados. 

—Tu lo que no tienes es vergüenza. Será por eso que comes en lugar de la hierba al no estar en el redil de la cátedra. Lo mismo en lugar de comértela deberíamos fumárnosla.

—Ya sabes que no puedo fumar. Por la tensión. Lo mismo tienes razón, tomando tantas pastillas, que si la tensión, que si el colesterol. La única que me da alguna alegría es la de la alergia.

—¡Mira qué curioso!, tienen las mismas letras.

—Es normal que se repitan, solo hay veintisiete. 

—Es curioso que teniendo las mismas letras los síntomas sean tan distintos.

—Ya está. Aprovechas cualquier ocasión para mencionar a tu ex.

—Si, es verdad, sin Tomás todo es distinto. 

—Y tanto que era distinto. Como que con él no podrías haber iniciado esta conversación. El prefería la música anglosajona. 

—Con la inestimable virtud de que no sabía ni papa de inglés y nunca nunca recitaba letras de canciones trastocándolas, bebe un trago.

—Afortunadamente prefirió a la música anglosajona y me dejó a la listilla hispana. 

—No te «dejó», bwana. Simplemente fuiste un consolador… sin pilas por cierto.

—Te rescaté de las más profundas cimas de la desesperación, querida… y lo sabes. 

—Me querido Julio, no te creía tan leído. 

—Me sé unos cuantos títulos más de tu estantería, a saber: Critica la razón, Puta. Este es un panfleto feminista en contra de la lógica patriarcal, de una tal Enmanuelle Cant. Sugerente nombre. 

—Si fueras menos burro te ascendería a Clavileño.

—Un honor ser un chocolate.

—Un churro es lo que eres. Un churro frío, por lo que estoy observando.

—Acércame la taza y te hago una merienda.

—No tenemos tiempo. Nos están esperando.

—Esos ya deben haberse comido entre ellos. 


Canciones aludidas

La hiedra

Arácnido en tu pelo

Si no fueras tan guapa

Nunca nunca

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