Romance del Conde Arnaldos |
Romance del Conde Olinos |
Quién hubiera tal ventura sobre las aguas del mar, como hubo el conde Arnaldos la mañana de san Juan
yendo a buscar la caza para su falcón cebar, vio venir una galera que a tierra quiere llegar
las velas trae de seda jarcias de oro torzal áncoras tiene de plata tablas de fino coral
marinero que la guía diciendo viene un cantar que la mar ponía en calma los vientos hace amainar
las aves que van volando al mástil vienen posar los peces que andan al fondo arriba los hace andar.
Allí habló el infante Arnaldos bien oiréis lo que dirá "Por tu vida el marinero dígasme ahora ese cantar"
Respondiole el marinero tal respuesta le fue a dar "Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va".
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Madrugaba el Conde Olinos, mañanita de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe canta un hermoso cantar: las aves que iban volando se paraban a escuchar;
caminante que camina detiene su caminar; navegante que navega la nave vuelve hacia allá.
Desde la torre más alta la reina le oyó cantar: -Mira, hija, cómo canta la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre, que esa no tiene cantar; es la voz del conde Olinos, que por mí penando está.
-Si por tus amores pena yo le mandaré matar, que para casar contigo le falta sangre real.
-¡No le mande matar, madre; no le mande usted matar, que si mata la conde Olinos juntos nos han de enterrar!
-¡Que lo maten a lanzadas y su cuerpo echen al mar! Él murió a la media noche; ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes, la entierran en el altar, y a él, como hijo de condes, unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco; de él, un espinar albar. Crece el uno, crece el otro, los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia, ambos los mandó cortar; el galán que los cortaba no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza; de él, un fuerte gavilán. Juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan para a par. |
Me llama la atención el paralelismo entre estos dos romances y no encontrar nada accesible que hable sobre ello.
La verdad es que yo los he tenido siempre muy confundidos precisamente debido a ese paralelismo, que está centrado en el hecho de que se canta y de manera tan prodigiosa que las aves se posan para escuchar, los peces suben a la superficie, o los vientos se atemperan para no estorbar el canto. Recuerda este prodigioso canto al de Orfeo, que con el suyo era capaz de hacer que los árboles se desplazaran para escucharle.
En ambos la escena transcurre a orillas del mar y el mismo día, la mañana, mágica, de San Juan. Dia en que se dice que los muertos visitan a los vivos, o al menos se abre la puerta entre los dos mundos. Día también en que se cumplen los deseos. También ocurre que ambos llevan un animal con ellos, un halcón, Arnaldos, y un caballo, Olinos. El caballo no tiene una característica especial, tal vez es que era tan común que no se le destacaba. En cambio el halcón está relacionado con la violencia, con el poder. Ambos son atributos de caballeros.
Pero en el Arnaldos es el marinero quien canta y el Conde el que escucha, mientras que en el Olinos el Conde canta y el posible marinero (no se habla de él, solo que "navegante que navega la nave vuelve hacia allá"), escucha. Uno tiende a pensar que una historia es la continuación de la otra.
El de Arnaldos acaba pronto, pues arrebatado por el canto le pide al marinero que se lo enseñe, pero este le replica que para aprenderlo tiene que irse con él. Leen aquí algunos un comienzo de historia, porque saben que en ciertas versiones existe la historia que continúa. El viaje de Arnaldos con el marinero tal vez para acabar convirtiéndose en el Conde Olinos que ya de vuelta ha aprendido el cantar.
Otros lo ven como un corte de mangas, que "solo a los que van conmigo lo enseño" y tú no eres uno de los míos.
El de Olinos se continúa con la historia de amor trágicamente finalizada por la madre evidentemente celosa. A ella le gustó el canto, tanto que lo confundió con el de las Sirenas homéricas. Otra repercusión clásica, que aquellas sirenas tenían también tal encanto en sus voces que atraían a su destrucción a los marineros, bien individualmente bien empaquetados en barco y todo.
Como no admite la unión entre su hija, princesa, y un vulgar conde, manda matar al tipo, pero no sabe que cuando hay prodigio en el canto hay prodigio en lo demás. Los amores de su hija y Olinos se prolongan tras la muerte en forma de árboles, rosal blanco y espinar albar.
En el folclore celta se habla mucho de árboles y asignándoles poderes y propiedades, derivados, supongo, de los dioses o espíritus que representan. Aquí es representarivo el color blanco de ambos, como más evidente.
En la wikipedia, hablando del espino blanco dice "En el folclore gaélico, el espino (en gaélico, Sgitheach) marca la entrada del Otro Mundo y se asocia con las hadas. Es muy desafortunado cortar el árbol salvo cuando ya ha brotado, cuando es decorado como el Arbusto Mayo. Estos árboles se los encuentra en áreas de peregrinación místicas célticas; esos tipos de arbustos sagrados son conocidos como 'árboles rag', por las tiras de ropa tendidas sobre ellos como parte de rituales sagrados"
Aún así la madre los manda cortar (y el leñador llora porque sabe que eso da mala suerte) y esta sería la segunda muerte de la parejita que ahora se transforman en garza, ella, y gavilán, él.
La garza, en egipto estaba relacionada con la muerte y el renacimiento (otra vez la wikipedia) y por lo tanto también se la relaciona con el sol (muerte y renacimiento). Pues al gavilán le pasa lo mismo, entre los griegos estaba consagrado al sol. En la mitología germana, mira tú por dónde, "se posa en la rama de un roble que crece en la tumba de un hombre asesinado".
Pues allá que se vuelan los dos hacia el sol ya juntos para siempre.
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