martes, 10 de noviembre de 2020

Una entrada de relleno autopublicitario

 



Es un pantallazo del ranking de honor de las entradas a este blog.  Es claramente una estadística, ¿qué significa?. La entrada más accedida es una traducción de un trozo de Romeo y Julieta que hice una vez para comprender un diálogo que me parecía curioso. A eso le sigue un texto de corte romántico que le escribí una vez a una señorita que tenía esa manía de “alegrarse por mí”, lo que a mí me parecía una especie de a mí qué me importa dicho con elegancia. A la misma u otra señorita le escribí Tu cara da alegría porque esa es la emoción que me embargaba cada vez que miraba una fotografía suya, después de enjugarme las lágrimas. Y mira tú por donde, la misma señorita es la destinataria virtual de Amor Plutónico en el que comparo esa emoción platónica con aquel distante que fue planeta y dejó de serlo por un quítame allá esas órbitas. Estos cuatro superan, cada uno de ellos, las mil visitas, frente a los que siguen que ni llegan. Conclusión: la gente necesita amor. No. No amor, enamorarse, que no es lo mismo. La diferencia entre enamorarse  y amar es, más o menos, la que va de explotar a simplemente arder. Luego hay amores más o menos intensos. Los hay que apenas son rescoldos, y los hay, ¡ay dios!, que ya solo son ceniza.

Las dos entradas siguientes aluden al sexo. La primera solo en el título. Luego no toca nada ese tema, pero siempre he creído que su éxito está en el título. La segunda hablaba de una película que vi una vez, cuando era niño. Fue la primera ocasión que tuve de presenciar un acto sexual. Me había colado, por supuesto, en el cine. ¿Significa esto que después del amor lo que le interesa a la gente es el sexo? Muy probablemente. ¿Qué viene después? La cultura de masas, la cultura que todos compartimos, Love of lesbian (música),  Shakespeare, Álvaro Mutis (literatura), Eliseo Subiela (Cine) Y por ahí va bajando. El único posible tema de actualidad es el último del ránking, hablando de la manada. Pero no habla de esa manada, así que de nuevo el título le hace una jugarreta al lector curioso que viene creyendo que va a encontrar una cosa y encuentra otra mucho mejor.

2 comentarios:

  1. Bienvenidas esas técnicas de atraer al público incauto con títulos engañosos. Hay que defender al lector de sus impulsos más primitivos e introducirlos en el Arte con mayúsculas.

    ResponderEliminar
  2. Si te sirve para comparar (que no creo), te diré que la entrada más popular de mi blog está en cuatrocientas y pico visitas.

    ResponderEliminar