Otra vez la dama etérea
me derrama sobre el mármol
y otra vez acaricia el mármol
con la seda, el lino o la fibra sintética,
y otra vez me abrazo al trapo
en un instante de unión y goce
interrumpido prontamente por
las crueles torturas a que ella somete
al amado hasta que él me desprende
de sus pliegues para volver
al común del balde sintiéndome
más sucia y más nada.
me derrama sobre el mármol
y otra vez acaricia el mármol
con la seda, el lino o la fibra sintética,
y otra vez me abrazo al trapo
en un instante de unión y goce
interrumpido prontamente por
las crueles torturas a que ella somete
al amado hasta que él me desprende
de sus pliegues para volver
al común del balde sintiéndome
más sucia y más nada.
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