miércoles, 13 de abril de 2016

Contratos Temporales



Àbrame la puerta, Samuel.
Lo siento, señor, yo no soy Samuel.
¿No está Samuel?, no importa, yo soy su jefe, ábrame la puerta. ¿Dónde está Samuel?
Excúseme, señor, pero yo ignoro si usted es o no mi jefe. A mí me han ordenado que no le abra la puerta a nadie. Respecto a Samuel, parece que lo despidieron. Un ajuste de plantilla.
Ah, sí. ¿Y va a cumplir usted esa orden cuando yo soy su jefe?
Sí, señor. 
Pero esto es absurdo. ¿Cuánto tiempo me va a tener aquí?
¿Cómo dice?
Digo que en algún momento tendrán que sustituirle. Es usted el guardián nocturno, ¿no? ¿Cuándo vienen a sustituirle?
Ah, sí. Me han dicho que a las ocho en punto de la mañana vendrán a sustituirme.
Son las siete y media y ya estoy aquí. Ábrame.
¿Es usted mi sustituto?
Sí, sí, y ya estoy aquí, ábrame de una vez.
Antes dijo que era mi jefe. 
También soy su jefe. Yo le he contratado.
Se lo agradezco, señor, necesitaba de verdad este trabajo. Por mal pagado que esté. 
Ábrame la puerta y agradézcamelo personalmente.
No puedo, señor, hasta las ocho en punto no debo abrir la puerta. Esa es la orden que me han dado: a nadie hasta las ocho de la mañana.
Pero yo ya estoy aquí, ya puede usted marcharse.
Se lo agradezco, señor, pero apenas quedan unos minutos.
¿Y me va a abrir la puerta a las ocho así sin más, sin conocerme?
Bueno, en cuanto usted me diga la contraseña, claro.
¿Y si no me sé la contraseña?
No abro.
Bueno. Al menos parece que el sistema de seguridad funciona.
Son las ocho, señor, ¿se sabe usted la contraseña?
No me la sé. No soy su sustituto, idiota, ya le he dicho que soy su jefe, el presidente de la empresa. 
Encantado, señor. ¿Hay alguien junto a usted que se sepa la contraseña?
No, no hay nadie. 
Pues mi jornada se ha acabado, me voy. Buenos días.
Oiga, ¿qué hace?. ¿No va a esperar a su sustituto?
A mí nadie me dijo que tuviera que esperar. 
Pero, ¿qué ha hecho, loco? ¿No sabe que no hay llave para entrar? Tiene que esperar a que su sustituto entre antes de usted salir. Ahora ha cerrado la puerta y no se puede abrir desde fuera.
Nadie me dijo nada de esperar. Me dijeron: de ocho a ocho. Ya son las ocho.
Insensato, acaba usted de desgraciarme. ¿Cómo entramos ahora?
Yo no tengo que entrar, por eso he salido. 
Es usted un completo idiota. Está despedido. 
Hola, perdonen el retraso.
Y usted, ¿quién es?
Soy el vigilante.
Ah, mi sustituto. Llega usted tarde.
Sí, lo siento.
Este idiota ha cerrado la puerta.
Pues que la abra otra vez.
No se puede. ¿Usted también es nuevo?
Sí, señor, es mi primer día.
Pues mal empieza.
Es el jefe.
Encantado.
No se alegre, queda usted despedido también.
¿A mí también me ha despedido?
Hace un momento.
Eh, oiga, que yo he cumplido con mi deber.
Pero ha cerrado la puerta, idiota.
A mí nadie me dijo nada de la puerta.
¿Qué pasa con la puerta?
Que no se abre desde fuera
¿Y no se puede entrar por ninguna otra parte?
¡Claro que no! ¿Qué clase de seguridad sería entonces?
¿Y entonces para qué es el agujero que hay en el muro, ahí detrás?
¿Cómo? ¿Qué agujero?
Ah, sí.
¿Cómo que 'ah, sí'? ¿Sabía usted que había un agujero?
¡No lo voy a saber! A las tres de la mañana armaron un escándalo tremendo.
¿Y usted no se lo impidió?
¿Yo?, no, ¿por qué?
¡Es su trabajo, para eso es vigilante!
A mí solo me dijeron de vigilar la puerta. Que no entrara nadie y eso.
Bueno, pues yo ya estoy aquí dentro. ¿Usted es don Rodrigo?. Pues en cuanto se identifique ya puede entrar. Es lo primero que me han dicho, cuando llegue don Rodrigo, le dejas entrar.
¿Qué? ¿Pero cómo ha entrado usted?
Por el agujero, claro. !Como la puerta no se podía abrir!
¿Pero quién los ha contratado a ustedes?
¿No dice que usted es el jefe? Aunque, ahora que recuerdo... antes me dijo que era mi sustituto.
No puede ser, su sustituto soy yo. Ya me ve. 
¡¡Cómo?? ¿Están ustedes locos?
Esto me huele muy raro. Yo voy a llamar a la policía. A mí me dijeron que si algo me olía raro que llamara enseguida a la policía. 
A mí también, pero yo no olí nada durante la noche. Pero ahora... ahora sí.
Eso, eso, sí. Le ordeno que llame usted a la policía. Esto se va a aclarar. Esto es gravísimo. 
¿Hola, buenos días? ¿Han llamado a la policía?
Sí, ha llamado el vigilante. 
¿Es usted el vigilante?
Claro, no me ve, aquí detrás de la puerta.
Ya veo. Para qué llamó a la policía. 
No, quién ha llamado a la policía he sido yo. Señor agente. Quiero que interrogue a estos dos hombres. 
A ver, aclárense. ¿Qué es lo que pasa aquí?
Creo que este señor es un impostor. Primero dijo que era el vigilante sustituto...
Pero el vigilante sustituto soy yo, ya ve.
...Luego dijo que era el jefe, y más tarde se ascendió a presidente. 
Pero ¡ES QUE SOY EL PRESIDENTE!
Además está lo del agujero del muro.
¿Qué agujero?
Eso, que se aclare lo del agujero.
Hicieron un agujero en el muro
¿Así que ha intentado entrar por un agujero? Eso es allanamiento, amigo mío, con escalo.
¿Quee?. ¡Yo no he intentado nada. Soy el presidente, ¿me entiende?
Yo solo entiendo que aquí pasa algo muy raro. Y usted está muy nervioso. Será mejor que venga conmigo y lo aclaremos en la comisaría.
¿Cómo?¿Me va a detener a mí? ¿Y estos dos locos se quedan tan panchos sin decir nada? Yo solo quería entrar en mi empresa. Empezar a trabajar que hoy tenía un día muy duro. Un día muy duro.
¿Y cómo quería entrar?, ¿haciendo un agujero en el muro? ¡Pero qué bruto! Bastaba con llamar y decir la contraseña.
Ah, sí, claro, la contraseña. Se me olvidaba. Bastaba con decir. "Hola, soy el jefe, la clave es mariposa", y le hubiera dejado entrar. No hacía falta que hiciera un agujero.
Pero si yo no he hecho ningún agujero. Esto es de locos, señor agente. 
Cálmese. Venga conmigo. Se le van a acabar los días de hacer agujeros, amigo. 
¡Pero yo no...!
No se resista.
Bueno. Si no hay nada más, yo me retiro, señor guardia.
Sí, sí, retírese. Ya le llamaremos para declarar contra este pillo.
¡Pero, oiga!
Con su permiso, agente. Yo también me retiro que es mi hora del bocadillo.
Continúe su servicio, amigo.
Pero oiga, esto es un atropello. Usted no sabe quién soy yo.
Vamos, vamos. Se te va a caer el pelo. 

3 comentarios: