jueves, 2 de julio de 2015

Psicosis

Te echo tanto de menos que tengo miedo de que cualquier día me transforme en ti. No digo físicamente -de pequeño leía en casa de mi abuela las revistas esas de peluquería, hola, lecturas, pronto; en el pronto, sobre todo, salían noticias del estilo un hombre se transforma de la noche a la mañana en una mujer, y yo me lo creía, porque no leía más que el titular, aunque a veces tampoco había más explicación que el titular, y tenía miedo de que una mañana me despertase convertido en una mujer, no sabía que sería tú-, porque con este barrigón que voy teniendo me costaría años y mucho sacrificio, con lo que me gusta comer, alcanzar ese cuerpecito tuyo, y nada menciono del imposible de alcanzar la dulzura de tu cara; no, digo anímicamente, como el tipo aquel de la película de Hitchcock, Psicosis, el Norman Bates, que a fuerza de echar de menos a su madre se transformó en ella. Y así, en mis momentos de soledad, me figure ser tú, trasnochando, saliendo a fumar a la terraza y tomando cerveza a solas mientras visito páginas web raras; poniendo comentarios jocosos en vídeos que me hagan gracia, escuchando al grupo ese alemán tan cutre, y a los Cure y a los otros grupos que te gustan tanto y que no recuerdo ahora, porque ahora soy yo y no tú y a mí me gustan muy poco esos grupos. Y en el ático, en este caso de mi memoria, guardaré el cadáver de tu recuerdo, sentado en una mecedora de cara a la ventana, al que solo miraré cuando esté fuera de casa, de mí, porque cuando esté dentro seré tú.

1 comentario:

  1. Mi pequeña vida se encierra entre julio de 2011 y noviembre de 2012. Lo anterior fue preparación y lo posterior, tal vez, consecuencia. Y sin embargo sigo tan igual, ¡qué lata!

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