sábado, 4 de julio de 2015

Cine

El cine, ese cine concebido, proyectado y desarrollado únicamente como entretenimiento, como producto de mercado sin otra finalidad que ser consumido, usando en su elaboración elementos de atracción contrastados por repetidos y comprobados una y otra vez, es pernicioso, porque no alimenta, solo llena y engorda, como la comida basura, y, como ella, deja un rastro pernicioso en las mentes, a fuerza de repetición, que genera temores y errores de concepción de la realidad, que se introducen en nuestros hábitos de comportamiento como modelos, modificando las propias sociedades sobre la base de esos modelos ficticios; ficticios porque no han surgido de respuestas naturales de la sociedad a los cambios y las necesidades que van apareciendo con el curso del tiempo, sino que han sido inventados artificialmente por mentes cuyo único fin era atraer la atención y que aprovechan para ello, como recurso más efectivo, las debilidades y las miserias del ser humano.

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