sábado, 19 de abril de 2014

Perro

No dejemos a nadie del todo.
Si te vas y dejas al perro solo, 
métele una zapatilla en la perrera,
olerá a ti,
se creerá que estás, 
se sentirá mejor.
Gloria Fuertes



Para qué nos vamos a engañar 
no soy tu perro
aunque mi fidelidad sea perruna
para qué me voy a engañar  
nunca gruñiré aunque me robes del plato
para qué te voy a engañar  
me he acostumbrado a lamerme solo las pelotas
para qué os voy a engañar  
me he perdido de vuelta a casa
para qué la voy a engañar  
cuando muevo el rabo
es a ti a quien me alegraría ver



4 comentarios:

  1. un comentario tan bonito como el poema y el perrito

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  2. La pregunta qué me hago al leer un poema suele ser, primeramente, a cerca de su alcance estético/sentimental. La palabra sentimental debe interpretarse sin exageración, pero sin laxitud: ¿me pone el poema en contacto con la humanidad del poeta, con sus sentimientos? En este caso he de decir que sí. ¿Lo hace de manera estética, bella? He de contestar que también.

    Llamo la atención sobre el "solo" del séptimo verso que no se sabe bien cómo interpretar: ¿se lamería otras partes de su cuerpo, o la misma parte pero en soledad?

    Con respecto a los dos comentarios anteriores, he de decir que me parecen excelentes, y el perrito, muy bonito.

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  3. Casa Rival de Zembla23 de abril de 2014, 21:02

    El tercer comentario tiene un que mal acentuado, lo que lo desvirtúa penosamente.

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