viernes, 24 de enero de 2014

Productos Culturales

Me irrita muchísimo oír hablar de “productos culturales” y la absoluta necesidad de pagar por su “consumo”. Y me preocupa muchísimo que esta tendencia de hablar de la cultura como producto comercial me acabe obligando a cobrar por cualquier actividad cultural que yo quiera hacer gratuitamente para no incurrir en “competencia desleal” con los que cobran por los suyos, por ejemplo escribir en mi blog o colocar vídeos en youtube.
Me parece simplemente una reacción del “Mercado”, contra su mayor y más eficiente enemigo: “La Red”. El “Mercado” pretende controlar. Hasta ahora ha controlado nuestros gustos y ha decidido a qué tenemos acceso y a qué no. El “Mercado” nos vende lo que le permite obtener mayores beneficios y lo que le resta beneficios o le deja pérdidas lo aparta. El “Mercado” pretende homogeneizar al público para que consuma mayoritariamente un producto. “La Red” ha podido romper ese monopolio y ha permitido que podamos acceder a cualquier producto con independencia de los deseos del “Mercado”. Desde que tenemos Red no tenemos límites para nuestros intereses. Antes de ella nuestros intereses se veían restringidos por el “Mercado” y sus condiciones económicas. Muchísimos productos que antes de la Red no tenían ninguna salida ahora la tienen aunque sea gratuita. Claro, la red no atiende al mercado, sino al interés, y de ahí que no preocupe en absoluto pagar por lo que se usa. Desde el momento en que tienes que pagar, ya empiezas a valorar las cosas con un carácter económico y entonces uno categoriza su interés conforme a lo que estás dispuesto a pagar o no y pierdes muchas oportunidades por esa limitación. A la gran mayoría de las cosas que accedo en interne me son previamente desconocidas y solo descubro que me interesaron o no después de haberlas usado. Si algo me interesa, lo sigo y si me interesa mucho no me importa pagar por obtenerlo. Al mercado no le interesa mi alto interés, porque hay muy pocas cosas que me interesen hasta el punto de querer pagar por ello, el Mercado quiere aprovecharse de mi curiosidad y explotarla comercialmente aún en detrimento mío.
Por otra parte. Se habla de pérdidas, de enormes pérdidas porque la gente consume “productos culturales” sin pagar. Asumiendo que si hubieran estado obligados a pagar por esos productos tendrían esos ingresos seguros.  La mayoría de los “productos culturales” que “consumimos” en la red de forma gratuita, los consumimos “precisamente” porque son gratuitos, de otra manera no lo hubiéramos hecho, por lo tanto es una falacia que hayan perdido ese dinero, simplemente han dejado de ganarlo.
Ocurre que se ha profesionalizado la cultura y los que se presumen “agentes culturales” ya no lo son por expresar inquietudes sino por adquirir un retorno económico -como parece que se dice en economía- de esa expresión. Ya lo predecían los situacionistas, el ámbito del ocio, que era el último espacio de libertad que le quedaba al hombre ahora ha sido integrado a la maquinaria y debe funcionar con sus mismos engranajes. Esto, para mí, significa literalmente el fin de la Cultura y cuanto más fieramente luchemos contra ello mejor para la humanidad. Desde el momento en que la Cultura esté sujeta a las leyes del Mercado se habrá acabado la cultura y ya solo podremos hablar de Mercado.

1 comentario:

  1. Antes, era realmente difícil plantearse un modelo de producción cultural que estuviese determinado por leyes independientes del "mercado cultural". Por eso a mí también me da impotencia escuchar la expresión "producto cultural", dado que, siendo bien fríos, eso es lo que verdaderamente representa para los hombres con sombrero de copa. PEERO, acá estamos: Internet, a pesar de toda su pornografía (que en cierta medida también es arte), tiene leyes que no están manejadas por ninguna "mano invisible" y que se revuelque en su tumba Adam Smith y salud!

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