martes, 9 de julio de 2013

El otro yo


Ese otro que yo sería si no fuera yo ya está siéndolo otro, uno de los seis mil millones de seres humanos que pueblan ahora mismo la Tierra, o tal vez ya lo fue uno de los 107 mil millones que la han poblado desde los albores de la humanidad, o tal vez lo será uno de los próximos seres que se encarnarán en el futuro. Muy mal me tienen que venir dadas para que no sea uno de esos ese otro yo que yo sería si no fuera yo.
Más complicado es que el otro yo que sería ese otro si no fuera él, fuera yo.

4 comentarios:

  1. No te preguntaré quién es. No sé, me da mal rollo.Si me cae bien, me sentiré estafado por no haber sido efectivamente él. Si no me cae bien, tendré que considerar que al final no era peor ser yo, de quien no me siento muy contento. En fin, no, no te preguntaré quien es.

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  2. Yo todo este texto lo calificaría como trabalenguas ontológico. Por otra parte, ese otro que no eres pero que podías haber sido ¿ha de tener necesariamente una existencia real? Yo no tengo demasiado claro que la respuesta haya de ser si. En fin, buen trabalenguas.

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  3. Me temo que sí, que no es más que un trabalenguas.Y, si se quiere, una reflexión sobre la pretensión absurda de querer ser otro que ya no será uno mismo y que por lo tanto podría ser cualquiera que igual ya es.Esto también es un trabalenguas. En realidad ser el que eres no es más que un azar, ineludible una vez que ya lo estás siendo. Esto también. Y creo que podría seguir así indefinidamente, lo que demuestra la banalidad de todo el asunto. No sé si debería volver a plantear el asunto del sexo de los ángeles.

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