jueves, 21 de marzo de 2013

Faulkner/Faulkner

Había decidido poner gasolina y estaba aminorando la marcha al llegar al surtidor, cuando advertí a aquella muchacha, que parecía muy joven y de buen ver y que estaba de pie en una esquina como si esperase que se detuviera alguien que se ofreciera a llevarla. Tenía algo en los brazos. En principio no pude ver lo que era y hasta que se me acercó para hablarme no me di cuenta de que un hombre estaba con ella. Comencé a pensar que, si no lo había visto antes, era porque no estaba junto a ella. Y luego me di cuenta de que era de esa clase de individuos a los que no se les ve a primera vista, aunque estén solos en el fondo de una piscina de cemento vacía.

Este tipo de sutilidades es más propio de Faulkner. Una clase de individuos a los que no se les ve a primera vista ni aunque estén solos en el fondo de una piscina de cemento vacía.

Las de Onetti son siempre más descriptivas de estados de ánimo, pero Faulkner también clava con chincheta estas mariposas y uno sabe exactamente de qué clase de hombres estamos hablando.

¿Qué miran? ¡No me miren así! 


PD. Me duele no haber sido señalado por los dioses.

No hay comentarios:

Publicar un comentario