jueves, 17 de enero de 2013
De Martin Eaden
He forgot himself and stared at her with hungry eyes. Here was something to live for, to win to, to fight for - ay, and die for. The books were true. There were such women in the world. She was one of them.
Se olvidó de sí mismo y estuvo observándola con ojos hambrientos. Aquí había algo por lo que vivir, algo que ganar, algo por lo que luchar -ay, y algo por lo que morir. Los libros decían la verdad. Existían ese tipo de mujeres en el mundo. Ella era una de ellas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Si, si que existen; pero excepto en muy contadas ocasiones a ellas no les agrada que luches por intentar ganarlas, y tu vida, también tu muerte, se las trae floja.
ResponderEliminarLo de "en muy contadas ocasiones" es una luz de resplandeciente esperanza.
ResponderEliminarEsa "luz de resplandeciente esperanza" se parece demasiado a los fluorescentes que atraen a los insectos voladores para achicharrarlos que podemos encontrar en algunos bares de medianías.
ResponderEliminarPues hacia esa muerte segura voy
ResponderEliminar"Los insectos son los poetas de la naturaleza, que vuelan hacia la luz, cantando... y se achicharran"
ResponderEliminar