martes, 21 de febrero de 2012

El paro no es una maldita limosna


El paro no es una limosna. Es precisamente una herramienta que sirve para contrarrestar la avaricia de los empresarios y evitar que estos se aprovechen de las miserias de los trabajadores. Si un trabajador rechaza un trabajo será porque es aún más miserable que vivir de la miseria del paro, y encima generando riqueza para otros.

1 comentario:

  1. Huyamos de los maniqueísmos. Los buenos los trabajadores y los malos los empresarios. Se trata, bajo mi punto de vista, de tener una sociedad con reglas de juego honradas y "buenas" en ese sentido del derecho natural y sobre esa base equilibrar los poderes de los agentes sociales para que ninguno se encuentre en una posición de dominio que acabe traduciéndose en abuso. En esto juega un papel importantísimo la educación. Debemos fijarnos en dos países extremos en en el primer punto: por ejemplo, Noruega y Venezuela (que me perdonen los venezolanos, si quieren). ¿En un segmento que uniera ambos países dónde estaría el nuestro y hacia que polo se ha movido en los últimos 20 años? ¿Cómo vamos de equilibrio de fuerzas? ¿Cómo va nuestra educación? ¿Y los demás servicios públicos esenciales? ¿Y a todos les ha ido, más o menos, igual de bien/mal?
    Por mi trabajo veo cada día empresas pequeñas y autónomos y en general lo están pasando muy mal para sobrevivir. Los "abusones" están más arriba, en sus castillos. Los siervos de la gleba de vez en cuando los vemos pasar en sus caballos blancos. Pero apenas se dejan ver.

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