viernes, 9 de diciembre de 2011

El tiempo de vivir

Ha llegado el tiempo de vivir a como sea,
a como salga, vivir,
ya no podemos esperar a hacer las cosas bien,
para que en el futuro todo vaya mejor.
Ha llegado el tiempo de vivir desesperadamente,
vivir sin ahorrar para mañana,
ha llegado el tiempo de correr, de no correr
de sentarse a soñar,
ya nadie nos asegura un futuro, solo tenemos presente,
hay que vivirlo, a como salga, al rumbo,
hay que abrazar, y vivir, y beber, hay que reir,
no olvidarse de eso.

9 comentarios:

  1. Es curioso la liberación que están suponiendo estos tiempos de crisis. Los que ahorraban para mañana saben ya que lo hacen en una moneda que se puede devaluar, en unos ladrillos que han perdido valor. Por muy bien que se trabaje un ERE pende sobre la cabeza de todos. Nos han mentido. No nos pueden asegurar nada para el futuro. Agarrémonos al presente.

    ResponderEliminar
  2. Nadie ha mentido a nadie. Todos hemos contribuido a la mentira. Todos vivimos en este mundo y hacemos lo que nos dicen mal que bien. Nuestros móviles, nuestro coches, nuestras salidas los jueves, nuestros trabajos de mierda que odiamos. Nuestras decisiones en las urnas para que no salgan los malos, nuestros vamos a ver esta película para no pensar, nuestros todas esas cosas ya está bien de quejarse, vivamos como buenamente sepamos, procuremos no joder a nadie, busquemos la felicidad por efímera que sea y pa'lante

    ResponderEliminar
  3. Se ha puesto de moda gritar: "Disfrutemos antes de que se acabe el mundo"; pero esta consigna es inutil, el mundo ya se ha acabado, y nosotros somos ya cadáveres sin futuro, como en la canción de Sabina, vagando, pero sólo encontramos puertas que niegan lo que esconden.
    Cadáveres y cobardes, eso es lo que somos; nuestro universo ya está en descomposición, y nos dedicamos a lloriquear por los rincones, en vez de levantarnos y con nuestras manos, y dientes si hace falta, construir un futuro para los que nos han de seguir.

    Pobre de nosotros, pobres cobardes.

    ResponderEliminar
  4. ¡Joder, como está el patio! Vale, estamos muertos. ¡Seamos zombis felices, calléndonos a cachos¡

    ResponderEliminar
  5. Mi comentario anterior lo podemos dejar en: "¡Cómo está el patio! ¡Seamos zombies felices, cayéndonos a cachos!"

    ResponderEliminar
  6. A mí me gustaba la posibilidad de que fuera "¡callándonos a cachos!"

    ResponderEliminar
  7. A mí me gusta tanto "cayéndonos a cachos" como "callándonos a cachos". Pero, con independencia de este insignificante matiz sin trascendencia, a veces me asombro del pesimismo que rezuman algunos comentarios.
    Me preguntan cómo harán esos comentaristas para levantarse todos los días por la mañana, con qué cara irán al trabajo, con qué ánimo irán a la cena de la empresa que les paga y qué valores inculcarán a sus hijos cuando salgan a pasear con ellos. ¿Realmente les dicen que son cadáveres y cobardes?
    Una cosa es el sentimiento trágico de la vida, como señaló Unamuno, y otra cosa es el catastrofismo nihilista que no ve salida por ninguna parte.
    El primero, puede y debe tener un sentido positivo para el ser humano, como el vitalismo de Nietzsche. El segundo solo vale para amargar un poco más las charlas de los bares a altas horas de la noche.

    ResponderEliminar