viernes, 15 de julio de 2011

Otra forma de contar un chiste.

- ¿Te cuento un chiste?
- No.
- Un hombre se encuentra a otro que espera a la puerta de su zaguán. Lo saluda y sigue de largo.
- No empieza bien. No parece un chiste.
- Calla, que ahora viene lo más interesante. Unas horas después regresa por el mismo camino y el tipo del zaguán sigue allí.
- Joder, como historia es trepidante.
- No me interrumpas, coño, que se pierde el efecto sorpresa: Se para y le pregunta: “oiga, ¿lleva usted aquí toda la mañana?”.
- ¿Tú crees que va a tardar mucho la guagua?
- Precisamente este chiste tiene mucho que ver con el transporte. Verás, el del zaguán responde.
- ¿Cuánto llevamos aquí, una hora, dos horas?
- Yo que se, no tengo reloj. Para mí que el sol no se ha movido de ahí en todo el rato. Debe ser la misma hora. Pues el tio responde.
- Pero ¿qué hora era cuando te diste cuenta de eso?
- ¿No te digo que no tengo reloj? Le dice: que he escuchado por televisión que el mundo da vueltas.
- Se me va a hacer tarde.
- Pero si no vamos a ninguna parte. Estabamos sentados aquí simplemente. Esperando.
- Pero se me va a hacer tarde igual.
- ¡Qué enigmático eres a veces, de verdad!
- ¿Ya acabó el chiste?
- ¿Qué chiste?
- Dijiste que ibas a contar un chiste.
- Pero tú dijiste que no. Luego ya no me acuerdo.
- Estabas contando algo. ¿Qué era?
- ¡Ah, sí! Lo del tipo del zaguán. Pues el tipo le responde que estaba mirando la televisión y se enteró de que el mundo estaba girando.
- Uno de esos que ve documentales de la dos. No va a ser un buen chiste.
- Espera, espera, que ahora viene lo bueno. El tio le dice.
- ¿Te he contado cuando, una vez, ví salir el sol en medio de la oscuridad?
- No. Parece apasionante.
- A mí me lo pareció. De pronto se hizo la luz. Fue impresionante.
- Se llama amanecer. Y lleva ocurriendo hace mucho tiempo. Si te levantaras más temprano. O te acostaras más tarde.
- No era eso, no era eso, era… mágico.
- Bueno, ¿sigo?
- ¿Qué?
- Lo del chiste.
- ¿No decías que no estabas contando ningún chiste? Bueno sigue.
- Pues el tipo del zaguán le dijo que como tenía que irse a la oficina. Estaba esperando a ver si su oficina pasaba por allí para meterse dentro de un salto.
- ¡Ajá!
- ¿No lo comprendes? Como el mundo estaba girando, pues la oficina tenía que pasar por allí. ¿No lo entiendes?
- Si. Lo entiendo. Pero no tiene gracia.
- No sé, a mí siempre me ha hecho gracia. Lo vi en una película.
- Tu ves películas muy raras.

1 comentario:

  1. Este texto presenta varios problemas, a mi juicio, además de alguno pequeño de puntuación (hacia el final sobra un punto) pero ninguno que no pueda ser salvado por una gran interpretación. Quiero decir, que lo veo en alturas de cumbre siempre y cuando dos extraordinarios actores lo interpreten sabiendo resaltar sus, sin duda, admirables méritos.

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