domingo, 19 de junio de 2011

Un viejo y unas palomas en un parque

Muchas veces me pasa que de pronto siento que me gustaría haber vivido ya. Tener una vida que recordar, pero recordarla sentado en un banco del parque, viendo a las palomas comerse las miguitas, mirando pasar a los enamorados y sonriéndome para mí ante la evocación de un recuerdo. Se me hace pesado en esos momentos pensar en el futuro, en lo que me queda por vivir, tan vacío y tan falto de recuerdos como lo que he vivido ya. Pienso en ese futuro y en ese parque y en esas palomas y en ese viejo que mira al frente con la imaginación completamente en blanco.

5 comentarios:

  1. Me gusta, hay cierto lirismo en mirar hacia atrás y recordar lo bueno y lo malo, sopesando las opciones que tuvimos, las que tomamos. Pero, es un poco aterrador pensar que al mirar hacia atrás puede que sólo veamos un páramo, igual de vacio que el que enfrentamos en el fúturo. Pensar es necesario, pero no siempre gratificante.

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  2. A mi me gusta la contradicción que tiene. El deseo de haber vivido ya para recordar plácidamente lo ya vivido frente al terror de seguir viviendo sabiendo que lo por vivir va a ser igual de vacío y falto de sustancia que lo hasta ahora vivido. Y ahora que lo pienso, creo que a ese tío lo que le hace falta es que le peguen un tiro y acabe con todo de una vez. Como a los caballos cojos en medio del desierto.

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  3. Tal vez sea contradictorio con mi visión de la existencia, que se resume en su identificación con un pozo de lodo e inmundicia, pero, creo que el suicidio, o el asesinato por compasión, no es opción.

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  5. Literariamente el texto me parece muy apreciable, que quieren que les diga. Recoge esa sensación aterradora que hasta James Bond habrá sentido alguna vez de que nuestra vida ha resultado inútil y vacía. Después se toma uno una cerveza o le salen cuatro cosas bien (de esas que normalmente salen mal) y se ve todo, lo de atrás y lo de delante, de mejor color. Las visiones pesimistas dan bastante cancha poética y yo no me atrevería a censurar (muchas gente los tacha directamente de locos) a los suicidas por tomar esa deteminación. La vida, por muy optimista que se pretenda ser, todos sabemos que es una historia que acaba mal. Ahora bien (y que corrija algún matemático que pueda leer esto), para no existir tenemos toda la eternidad, para qué adelantarlo. Puede tocarnos la bonoloto o que se enamore de nosotros una chica impresionante y no nos dé tanto miedo que salgamos corriendo. Las probabilidades tienden a cero pero no son cero.

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