jueves, 10 de febrero de 2011

Mas de Tomás Moro y su Utopía

Donde quiera que haya bienes y riquezas privadas, donde el dinero todo lo puede, es difícil, y casi imposible, que la república sea bien gobernada y próspera.

Ante un consejo de Tomas Moro

Si no podeis arrancar de los corazones de los hombres las malignas opiniones; si no podéis, como quisierais, enmendar los vicios que el uso y la costumbre han confirmado, no por esta causa se debe abandonar la república o renunciar a ella. /.../ Es preciso que obréis de manera tal que si no  podéis hacer todo el bien que deseáis, logren vuestros esfuerzos por lo menos quitar fuerza al mal.

Rafael responde

Supongo que los sutiles predicadores siguieron vuestros consejos, porque viendo que los hombres obedecían de mal grado la ley de Cristo, han torcido su doctrina cual si fuese una regla de plomo para acomodarla a las costumbres humanas. No veo que hayan ganado nada con ello, a no ser una mayor tranquilidad para los que obran mal                                                                                                                                                                                       
LA REGLA DE PLOMO: me parece una imagen para el comportamiento económico de nuestra sociedad actual absolutamente descriptiva. No se adaptan las medidas a la regla, se adapta la regla a las medidas que queremos obtener.

2 comentarios:

  1. El platonismo que tenemos arraigado en la genética socava nuestra potencial felicidad. Nunca veremos ese hombre ideal, que en verdad no existe, campando por el mundo. Los hombres reales actúan maquiavélicamente y cuanto antes lo admitamos y nos convirtamos a la ley de la jungla, antes dejaremos de sufrir por comparar lo que debería ser con lo que simplemente es.

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  2. Me temo que la regla de plomo no solo es aplicable a nuestra sociedad actual, sino a todas las sociedades.
    Ya lo decía Hobbes: "El hombre es un lobo para el hombre". No hay nada nuevo bajo el sol.

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