lunes, 4 de mayo de 2009

El y El mismo

Estaba tan harto de sí mismo que decidió fugarse. No sería fácil, lo sabía, tantos años juntos habían creado una sólida cohesión, pero estaba dispuesto a intentarlo. Comenzó distrayéndose de sí, abismándose cada vez más en sus cosas y alejándose. Lo hizo tan bien que por un tiempo sus proyectos quedaron en un segundo plano. Una mañana se despertó y se descubrió sentado en una silla mirándose.

Tenía un semblante preocupado, casi triste, que le intrigó ¿en qué estaría pensando? y se preocupó a su vez pensando en lo grabe que podría ser. No quiso distraerse y se levantó por el otro lado para ir al retrete. Cuando volvió estaba definitivamente llorando a mocos como nunca se había visto llorar. Sintió tanta lástima por sí mismo que comprendió enseguida su angustia y la compartió sin remedio. Decidió volverse a sí y tratar de ayudarse en lo que pudiera y postergar para otra ocasión la huida.

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