miércoles, 13 de mayo de 2009

Capilla Ardiente

"Capilla Ardiente". Nunca me había fijado en estas palabras. Te habitúas a mirar a través de ellas el significado que contienen y acabas por ignorar el continente, las palabras. De pronto, con la muerte de Antonio Vegas las he visto escritas y me han llamado la atención.
A este hombre lo pondrán hoy en una "capilla ardiente".
Recuerda uno las películas de los vikingos, el barco con el cuerpo prendido en fuego y alejándose hacia el horizonte. También me viene a la mente los enterramientos hindúes, indostanís, indios de la India en los que - según La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne - se incluía a la esposa del difunto. Creo que también he leído en la Ilíada que Aquiles incineró a Patroclo en un entierro que ahora no recuerdo, pero que me pareció una tremenda brutalidad cuando lo leí.
En el diccionario dice que la capilla es ardiente porque hay velas encendidas. Son, tal vez, las velas y el apellido un reflejo del aquel fuego.
No forma parte de mi Olimpo Antonio Vegas. Pero la muerte de un dios siempre hay que lamentarla, aunque sea el dios de otro.

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