lunes, 14 de julio de 2008

El niño gusano (en memoria de Algora)

Yo concibo la realidad como la matemática concibe un plano, infinitos sucesos aconteciendo simultáneamente. Para poder desenvolverme en esa realidad yo le aplico una máscara, es decir, tapo la realidad con un elemento opaco en el que practico unos agujeros y solo observo de la realidad lo que puedo percibir a través de esos agujeros. Los agujeros vienen a representar mi foco de atención. Así soy capaz de ordenar la cantidad de percepciones que recibo constantemente a través de mis sentidos.
Dónde y qué tamaño le doy a los agujeros que practico en mi máscara dependen de mi cultura, de mi entorno, de mi estado de ánimo, de mi interés.
Creo que crezco cuando consigo aumentar el diámetro de esos agujeritos captando mayor cantidad de realidad sin volverme loco. Creo que crezco también cuando practico nuevos agujeros en la máscara que para mi sentir es como si descubriera "nuevas" realidades a las que antes estaba ciego. Creo que llegaría a ser un Dios si no necesitara de esa máscara y fuera capaz de "ver" toda la realidad que soy capaz de percibir a través de mis sentidos. O algo así.

Ahora se me ocurre que la metáfora puede también ser esta otra. La realidad, esos infinitos sucesos simultáneos, transcurren para mi, en la oscuridad. Mi atención es como un foco de luz que la ilumina y así veo la parte de realidad que está dentro del círculo de luz. Cuanto más grande es ese círculo más realidad soy capaz de percibir. Cuanto más conozco más intensidad tiene la luz y más amplio es el círculo de lo que puedo ver. Cuanto más débil es mi foco, más estrecho y limitado es mi mundo.

Cada vez que consigo ampliar mi círculo de percepciones, cada vez que accedo a un nuevo trozo de realidad que antes ignoraba, experimento un relámpago de felicidad. La sensación se extingue con la costumbre pero queda en mí ese nuevo conocimiento que alimenta la intensidad del foco.

También se cierran agujeros o se debilita el foco de luz cuando caigo en el hastío y el hábito. Olvido con demasiada frecuencia sentir el aire fresco dándome en la cara y mirar de noche a las estrellas, por ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario