Mis buenos propósitos para esta legislatura son, por de pronto, aprender a ser más tolerante. Exteriormente lo soy, mi filosofía, extraída de una novela de Raymond Queneau es "cada uno según su especie". Pero interiormente no consigo controlar esta desesperación que me causan las opiniones ajenas que se contraponen completamente a mi modo de pensar y sentir.
Acabo de visitar el blog de Josep Pla Un buen propósito para el gobierno entrante (Amanece que no es poco "hemos ganado los mismos") es que tomen ejemplo de este blog e integren un poco este país integrando sus lenguas en los medios culturales. Que la gente no solo de galicia se acostumbre a oír hablar y leer en gallego, y lo mismo para el catalán, el vasco, el euskera, el bable, el valenciano y todas esas lenguas y dialectos que pueblan este país. Que la televisión cumpla su papel de difusor cultural y abandone ese camino de fábrica de idiotas que sigue con tanta euforia.
Que se burlen hasta la nausea de nosotros en Europa por poner tanto ahínco en demostrarles que somos tan manipulables. Porque no veo la elección del chiqui chiqui como un rasgo superior de inteligencia, de ironía y buen humor de este país frente a un concurso pseudomusical anquilosado y patético (cuando les vendieron a Rosa hubo la misma euforia y ahí se lo tomaban completamente en serio siendo exactamente lo mismo) sino como resultado de una exahustiva campaña publicitarias ayudada por la predisposición de la gente a seguir cualquier idiotez metódicamente vendida.
Para apartarme de esta dejación de libertad de la masa me sumerjo en Thoreau.
¡Ah!, también me duele españa por el descalabro de iu ("¡que no ha salido!".
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