jueves, 15 de marzo de 2018

Rumbo, dirección y sentido

No exactamente objetivo sino rumbo es lo que hay que tener: dirección y sentido. Preferiblemente el mismo de manera más o menos constante.

De pronto se me hace una nueva luz con respecto a lo que pueda significar el sentido de la vida. Según esto significaría simplemente que no vayas alternando en todas las direcciones, que escojas una y vayas preferiblemente hacia adelante. Cualquiera, da igual, te llevará a alguna parte. De la otra manera siempre estarás pisando el mismo suelo. Un día te darás cuenta de que de tanto pisarlo has terminado por cavar un agujero y ya no habrá manera de salir de allí.

La existencia parece ser dispersión, y esa dispersión es más o menos lo que llaman entropía. Entropía es el hecho de que las partículas estén cada una a su rollo, pero no al rollo de las demás, por lo cual ninguna contribuye al propósito de la otra. Hay muchas direcciones y muchos sentidos al mismo tiempo con lo cual el sistema no se mueve, no cambia. La disminución de la entropía sería que un número apreciable de partículas tuvieran un mismo propósito, un número apreciable relativo al número de partículas que componen el sistema. En sociedad a eso le llamamos aunar voluntades. Mientras hay desorden no hay dirección y menos sentido.
Qué es lo que hace que las partículas aúnen voluntades o tengan todas el mismo propósito, ni idea. Pero pienso en cuando pasas una piedra imán por encima de un montón de virutas de metal, cómo todas se ponen en fila en una misma dirección y orientadas en el mismo sentido. Es decir, ha hecho falta una fuerza, una energía externa que las organice. Una voluntad.
La voluntad es la energía magnética que hace que todas las partículas dispersas y desordenadas de nuestros deseos se alineen en una misma dirección y con un mismo propósito. Luego, la voluntad es nuestra gran arma de progreso en cualquier sentido. La falta de voluntad es abandonarnos a la dispersión de nuestros deseos instantáneos.
El asunto es que para que haya voluntad debe haber propósito. Dejad que a cada día le baste su propio afán, no es un buen propósito. Es dejar que cada día se resuelva al albur de los deseos circunstanciales de ese día y la probabilidad de satisfacerlos. Se puede construir una vida a fuerza de pequeños pasitos, pero si la miramos al cabo del tiempo desde arriba no veremos una dirección clara, tal vez sí un sentido porque cada pasito va hacia adelante, pero como cada adelante es en una nueva dirección lo mismo estamos dando vueltas, que no es exactamente a lo que nos referimos con avanzar. Para que haya dirección y sentido debe haber largo plazo y para que haya largo plazo debe haber propósito. Por eso los que tienen un propósito, un sueño dicen los americanos en las película, una vocación se dice también mucho, parecen progresar, cambiar, evolucionar, y los que no lo tienen, no parecen nada.

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