martes, 21 de marzo de 2017

Corrientes

Una cosa es dejarse llevar por la corriente y otra cosa es nadar a favor de la corriente.
En el primer caso es un simple abandono. Te sientes satisfecho porque avanzas pero no pones nada de tu parte.
En el segundo caso, incluso vas más rápido que la propia corriente.
Nadar contra corriente es meritorio simplemente porque pones esfuerzo de tu parte, no por lo que en realidad consigas avanzar.
Por último, siempre puedes nadar hasta la orilla. El mérito es el esfuerzo que has puesto en sustraerte a la corriente.
Si al final te quedas quieto tampoco está mal; por lo menos mira el paisaje, no dejes la cabeza metida en el agua.

1 comentario:

  1. Tu metáfora me ha aclarado unas ideas que hasta ahora tenía bastante turbias. Eso es mucho

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