lunes, 16 de enero de 2017

Crítica vs reseña

La crítica literaria es la cirugía aplicada a la literatura. Como en cirugía, se puede diseccionar el cuerpo en partes e indicar la salud de cada parte y cómo se coordinaba cada parte con las demás. Se podrá decir si el paciente cojea, si padece algún mal funcional o si todas sus partes contribuyen armoniosamente para dar un todo saludable (cosa muy rara, un individuo de tal perfección). Lo que nunca podrá afirmar la cirugía, ni la crítica literaria, es si un individuo es bueno o malo, amable o desagradable, si permanecerá o no en la memoria de los que lo conocieron.
Puede ocurrir que el tipo contrahecho, con una pierna más corta que otra, unos cuantos dientes de menos, estrábico y con mal de hígado resulte el ser más simpático y todos recuerden su bondad, y, en cambio, el dechado de perfecciones, modelo de armoniosas formas, encandile las miradas pero no deje huella en las mentes.

Otra cosa es la reseña. Una reseña es una impresión individual. Sin vocación de juicio universal, y si la expresa, es simple soberbia del reseñante. Una reseña es una reacción ante un encuentro, que, a veces, no se sostiene en un segundo encuentro y otras veces sí. Tal vez un buen reseñista debería escribir al menos dos reseñas, una primera tras la primera lectura y una segunda un cierto tiempo después, apagados los recuerdos de las primeras emociones. 

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