Gordon es un astronauta que ha viajado a la Luna y ahora no se acostumbra a vivir en la Tierra.
Allá en la Luna uno se olvida de todo, amigo. De las tristezas del amor, del presupuesto de gastos espaciales, de la declaración de rentas, del lío de los hijos... de todo. Creo que hasta de la muerte – continuó. Se había puesto un poco solemne, y X pensó que ese era el estado perfecto para un astronauta, para un hombre que ha vislumbrado la belleza del espacio y ha sido desterrado para siempre de él, condenado desde entonces a vagar por la atiborrada superficie de la Tierra en perpetua nostalgia.
Lo malo -declaró Gordon enseguida- es no poder volver.
Alguien dijo, discúlpeme, no sé si fue Horacio o Virgilio, que siempre partimos del lugar donde hubiéramos sido eternos y felices. (esto lo dice X)
(Extraído de La Nave de los Locos de Cristina Peri Rossi)
Hay muchas lunas
hay muchachas luna
de las que nunca se apetece volver
pero se vuelve
siempre se vuelve, como dicen que dice Horacio
o Virgilio,
de los lugares en los que hubiéramos sido eternos
y felices.
A veces no puedo entender cómo es que hay más cosas fuera de la tierra misma. No me cabe en la cabeza. Debe ser tormentoso recordarlo, además.
ResponderEliminarY más para lo que estuvieron allí, en esos lugares imposibles. ¿Cómo será volver aquí después de haber estado en un lugar imposible? ¿Cómo será mirarlo por las noches, allí arriba, distante, indiferente, existiendo al margen de nosotros?
ResponderEliminarNo al margen. En toda la página. Y nosotros en el estrecho margen.
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