Pasó
el tiempo.
Venía
un futuro milagroso y prodigioso,
lleno
de alegría,
pero
nos engañaron:
no
se puede ser libre si se es idiota.
No
se puede ser libre
si
nos interesan los goles de la selección,
si
nos apetece saber qué vestido vistió la Geisha en su último escándalo,
si
nos masturbamos los unos a los otros al ver aquella televisión que nos convence
que todo está de lujo,
que
Chile está forrado,
que
somos especiales,
somos
el mejor rebaño,
el
mejor de todos,
el
más obediente,
upa
dicen, chalupa gritamos.
Un
incendio duerme en mi cabeza.
La
alegría ya viene, hijos de perra.
Les
creímos
Y
NOS DOMARON,
Poema reflejo de lo que pasa a ambos lados del Pacífico, del Atlántico y del Ártico.
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