sábado, 26 de octubre de 2013

Siempre Zitarrosa.


Qué debo hacer para que en tu jardín
cultives una flor extraña para mí
yo ya no puedo amar mejor a nadie
solo así.


Siempre digo “no admiro a nadie”.  Porque tengo siempre presente la  dicotomía entre el autor y el hombre. Y sin embargo hay dos autores en los que, cuando pienso en ellos –tal vez me engañe, seguro me engaño, la realidad es tan sucia- no puedo distinguir esa diferencia: Zitarrosa y José Martí. Ambos me parecen de una capacidad de ternura infinita unida al mismo tiempo a una voluntad de ser, de independencia, de reciedumbre. Admiro en ellos la virilidad y la fuerza que quisiera cultivar en mí. 

1 comentario: